Plazas desiertas en las oposiciones de Secundaria: de la «falta de vocación» a un sistema «obsoleto»
En diez de las 17 especialidades que realizaron pruebas de oposiciones este verano quedaron plazas vacantes, sin otorgar, con especial incidencia en materias como Matemáticas (78% de plazas desiertas), Informática (80%) o Sistemas y Aplicaciones Informáticas (85%)
Las cifras escandalizaban a unos, dejaban boquiabiertos a otros. En una materia troncal, clave, como Matemáticas, sólo 38 candidatos en las oposiciones convocadas este verano en Castilla y León para Secundaria habían superado la primera prueba de un total de 970 presentados para 170 plazas convocadas.
Es, indudablemente, un problema, que se repite en otras materias. En Matemáticas, sólo su cubrieron 37 plazas, el 78% de las ofertadas, números que se superan en Informática, con el 85% de las plazas desiertas (sólo se cubrieron ocho de 40 convocadas) o en Sistemas y Aplicaciones Informáticas, con el 85% de plazas sin cubrir (sólo se dieron seis de 40). En otras materias, los números no son tan gruesos, pero sí preocupantes: 60% de plazas desiertas en Instalaciones Electrotécnicas; 53% en Equipos eléctricos; 50% en Mantenimiento de Vehículos y Sistemas electrónicas automatizados; 31% en Físico y Química; 30% en Lengua Castellana y Literatura; o el 26% en Tecnología.
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«En Primaria e Infantil se cubren todas las plazas, en Secundaria y Otros Cuerpos han quedado plazas desiertas en diez de las 17 especialidades convocadas», explica a leonoticias el presidente de la Junta de Personal Docente de León, Javier Ampudia, que esgrime que los motivos que pueden justificar este escenario en la provincia leonesa y en la comunidad «no tienen por qué ser los mismos» que lo expliquen en otras comunidades.
Las distintas percepciones del problema
Pero, ¿por qué se da esta situación? Las visiones son diferentes en el mundo de las academias y los preparadores de oposiciones y desde el mundo docente. Mabel Miguélez, directora de la academia Opoeduca, considera que la «mentalidad y motivación» es diferente en los opositores de Secundaria respecto a los de Primaria e Infantil.
«Los que estudian Magisterio tienen claro qué quieren ser. Y están mentalizados para ello. Pero en Secundaria, no existe tanta vocación y nos encontramos con candidatos que llegan rebotados desde la empresa privada», señala Miguélez, que insiste en que hay «excepciones» de candidatos que tienen interiorizado que quieren dedicarse a la docencia y se muestran decididos a ello desde un principio, «en especial de Educación Física o de Orientación Educativa».
A esto se suma el factor de los interinos que acuden a las oposiciones para mantenerse en lista y no para buscar plaza, puesto que tienen una puntuación alta. Con una nota de oposición que se les mantiene, y aumentando su puntuación por cada curso que ejercen como docentes, no van a por la plaza para mantener ese puesto de privilegio en la bolsa de interinos y poder optar a vacantes cercanas a su lugar de residencia.
Desde la Junta de Personal Docente de León consideran que son otros los motivos de este «espantoso e inexplicable fracaso» del sistema de oposiciones. En primer lugar, señala el presidente de este organismo, Javier Ampudia, se encuentran las alternativas «mejor retribuidas y con mejores condiciones laborales» que pueden encontrar graduados de materias como la informática: «En dos años pueden cobrar lo mismo que un catedrático con 30 años de experiencia y, con 15 años de actividad, pueden llegar a duplicar el salario de un profesor».
Otro aspecto que explica que las plazas docentes no sean tan atractivas son la «alta tasa de interinidad y la movilidad que conlleva» y la enorme cantidad de «plazas precarias» que hay para esos interinos, «especialmente en León»: «Todo ello asusta a los graduados». Y también la pérdida de poder adquisitivo y, en especial, de reconocimiento social. «Es una profesión peor vista y menos respetada por padres y alumnos que años atrás», señala Ampudia.
Temarios con más de 30 años de antigüedad
Por otro lado, la Junta de Personal Docente también esgrime motivos como la antigüedad de los temarios, que datan del año 1993: «Son obsoletos y están desfasados. Hay especialidades donde no se nota tanto este aspecto, como Geografía, Historia, Filosofía o Literatura, pero en otras como Matemáticas, Física y Química y, sobre todo, Informática, no tienen nada que ver con la realidad».
Esa actualización de los temarios y de las pruebas prácticas, haciéndolas «más cercanas» al a realidad del aula «como ya sucede en Primaria» son dos dos los aspectos que piden mejorar desde la Junta de Personal Docente. «Para ello debe de haber un Pacto de Estado. El último borrador fue de 2009, pero no se llevó a cabo», recalca Ampudia.