La tendencia de los viajes grupales que empieza a triunfar en León: «Entras con desconocidos y sales con amigos»
Grupos reducidos, itinerarios compartidos y ganas de conectar: así son los viajes que cada vez más personas eligen para descubrir el mundo
Diego Nicolás Alonso
Lunes, 1 de septiembre 2025, 08:09
Viajar solo ya no significa estar solo. Cada vez son más los que deciden recorrer el mundo acompañados de desconocidos, apuntándose a viajes organizados en grupo donde lo esencial no es tanto el destino como las conexiones humanas que surgen en el camino. Aunque en países como Italia esta fórmula lleva tiempo funcionando, en España su presencia es aún limitada. Y en provincias como León, directamente, resulta «desconocida para muchos».
Sin embargo, hay quienes ya han dado el paso y han repetido. Fran Murillo, leonés de 37 años, CEO de Educadog e instructor de buceo, acumula ya ocho viajes en grupo con personas que no conocía previamente. «Entras en el aeropuerto sin conocer a nadie y, al terminar el viaje, tienes una piña de amigos. Esa es la magia», explica. Lo que comenzó como una prueba en Islandia, su primer destino, se ha convertido en una dinámica habitual para él: «He estado también en Jordania, Cabo Verde, Sri Lanka, Indonesia, Belice, Tailandia y Japón. Y en todos se ha creado un grupo muy fuerte».
Lo que más valora no es solo la logística del viaje o la comodidad de no tener que organizar cada detalle, sino la experiencia de convivir con personas muy distintas. «He conocido ya a más de 80 personas así, y lo curioso es que casi todos seguimos en contacto. Algunos han acabado siendo grandes amigos», cuenta. En uno de los viajes incluso surgió una pareja que todavía hoy sigue junta: «Fue en Jordania, justo después del viaje de Islandia. Al final formas una especie de familia viajera».
¿Cómo son los viajes?
La mecánica de estos viajes es sencilla: un grupo reducido, normalmente de entre cinco y 15 personas, un itinerario común, alojamiento compartido y actividades variadas. Y aunque la idea de convivir con extraños durante varios días puede generar dudas, la experiencia parece disiparlas. «En mi caso fue más curiosidad que miedo», reconoce Fran. «Te preguntas si funcionará, si realmente es posible que 15 desconocidos conecten tan rápido, pero la realidad es que todo está muy bien planteado para que eso pase».
Una opinión que comparte Saray Muñoz, de 33 años, profesional del sector alimentario, que decidió sumarse a esta forma de viajar tras comprobar lo difícil que era cuadrar fechas con amigos o familia. «Fui a Sri Lanka y Colombia. Son destinos que me apetecían mucho, pero que no todo el mundo se atreve a visitar. Con estos grupos, puedes hacerlo sin depender de nadie».
Saray conoció esta modalidad a través de redes sociales y el boca a boca que la llevó a viajar con viajó con WeRoad. Aunque era su primera vez, no sintió inseguridad. «Vas motivada, con ganas de conocer gente y de ver un país que te atrae. La gente que se apunta suele tener ese mismo espíritu, así que el ambiente es muy bueno», señala. Antes del viaje, se crea un grupo de WhatsApp donde los participantes ya se van presentando y resolviendo dudas. «Es la primera toma de contacto. Desde ahí ya empiezas a ver que todos van con muy buena actitud».
Durante el viaje, los alojamientos se comparten entre los integrantes del grupo, y se recomienda llevar mochila en lugar de maleta, ya que suele haber muchos desplazamientos. «Eso también favorece que interactúes con todos. Como las habitaciones van rotando, acabas hablando con gente con la que al principio igual no te habías relacionado tanto», explica. En su caso, guarda especial cariño por el grupo de Colombia: «Son encantadores. De hecho, en septiembre voy a verles otra vez».
Aunque este tipo de viajes se asocian muchas veces a jóvenes de veintipocos, la realidad es que los perfiles son muy variados. Fran, por ejemplo, ha viajado con personas de entre 30 y 40 años. «Lo importante no es la edad, sino la actitud. Tienes que ir con la mente abierta, ser flexible y tener claro que vas a compartir mucho tiempo con otras personas. Pero si estás dispuesto, merece mucho la pena».
Ambos coinciden en que esta manera de viajar aún no está muy extendida en León, pero creen que puede encajar perfectamente con el carácter de muchos leoneses. «Somos gente viajera, nos gusta conocer mundo. Lo que pasa es que no se conoce esta fórmula, falta visibilidad. Pero en cuanto la pruebas, repites», asegura Fran. Saray también lo tiene claro: «Yo repetiría sin dudarlo. Viajar así te permite ver sitios increíbles y, al mismo tiempo, hacer conexiones humanas que no se olvidan».
Pese a haber estado ya en más de 40 países, Fran sabe cuál es su asignatura pendiente: Papúa Nueva Guinea. Y probablemente, si se da la ocasión, lo hará con mochila, junto a un nuevo grupo de desconocidos que, quién sabe, quizá terminen siendo amigos para toda la vida.