Las comarcas de la Valdería y Jamuz afectadas por el fuego vuelven a la normalidad
El viernes ha sido tranquilo para los vecinos que tuvieron que ser evacuados este martes por los incendios que asolan la provincia
Al caminar, el tacto en las suelas del zapato es como el de pisar una costra. La de la superficie, lo que queda de vegetación, que se rompe bajo los pies, la ceniza que hace que la pierna se hunda un poco. Todavía quedan algunos pequeños troncos en los que sale un pequeño hilo de humo, mientras que el sol comienza a bajar con un color rojizo, oculto entre el humo del resto de focos activos que asolan el paisaje leonés.
Es la situación en los montes que rodean las localidades de Nogarejas y que alcanzan, desde el otro lado de la barrera física, al municipio de Quintana y Congosto, donde este viernes trescientos vecinos han podido volver a sus hogares después de haber sido evacuados este martes por el fuego. Unas llamas que precisamente han dejado este paisaje ennegrecido bajo los pies y sobre el horizonte.
Pero mientras la mañana ha sido la de volver a casa, ver el resultado del incendio en el paisaje, intentar recuperar la calma. El discurrir de las horas ha dado paso, poco a poco, a una normalidad teñida, eso sí, por el humo, que no ha levantado durante todo el viernes alrededor de la comarca. A media tarde, desde el puesto de mando de La Bañeza informaban de la tranquilidad en la zona, sin dejar de lado la preocupación y la vigilancia por la posible reactivación de unos focos, como ha sucedido en Nogarejas, sin que haya llegado a más. «Por el momento tranquilidad, esperamos que siga así y el viento no cambie», apuntaban otros agentes forestales que descansaban en la carretera que lleva a Castrocontrigo.
El panorama contrasta en este sentido con el que se vive dentro de los pueblos, que en su mayoría están también inmersos en sus festividades, más aún este viernes, 15 de agosto, que es sinónimo de día grande en muchos de ellos. Las actividades siguen, lo que también ayuda a recuperar la normalidad a simple vista. Esto ocurría en Castrocontrigo o en Torneros de la Valdería, donde la tranquilidad se traducía en niños que jugaban por la calle, mayores que leían un libro a la puerta de su casa o jóvenes que echaban un partido de fútbol sala en un campo a la entrada del pueblo. Eso, y las terrazas llenas, mientras que otras mujeres caminan por la calle central del municipio destino a la verbena u otros aprovechaban para pasear a sus mascotas.
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La normalidad en la zona, ahora mismo, es esta, y eso hace que algunos de los efectivos movilizados al entorno de La Bañeza hayan sido desplazados a otras zonas de la comunidad donde el fuego y la necesidad es más acuciante, como por ejemplo a la provincia de Ávila. Es una imagen que contrasta, lo más cercano, con la desolación y el enfado de los vecinos que regresaban a sus hogares, pero más aún con la de hace escasas horas, cuando las llamas entraron en varias localidades de la zona, obligando a desalojar hasta a trescientos vecinos de Quintanilla de Flórez, Palacios de Jamuz, Herreros de Jamuz, Quintana y Congosto. Por el momento, Castilla y León mantiene nueve incendios en nivel dos y tres en nivel uno.