«Después de evacuarnos empecé a ver en los medios que mi casa se estaba quemando»
Los vecinos de Cubo de Benavente y Molezuelas de la Carballeda vuelven a sus casas después de haber sido desalojados
Óscar F. Civieta
Lunes, 11 de agosto 2025, 18:01
A las puertas de la casa cuya parte trasera se ha quemado en Cubo de Benavente se arremolinan, con rictus de preocupación, pero relativamente tranquilos, vecinos y vecinas. Es el daño material más grave de los que ha provocado el fuego que, de ayer a hoy, ha quemado más de 3.500 hectáreas entre las comarcas de Benavente y La Carballeda.
Entre ese conjunto cambiante de personas está la nieta de los propietarios de la casa, que está pasando el verano en el pueblo. Preocupada por lo que pudieran ver sus abuelos (que no están en el municipio), explica que la zona de atrás (donde había habitaciones, un salón, cocina y baño) ha quedado destrozada. Allí todo son huertas, detalla, «se quemó el pajar, saltó una chispa y, como las casas son de madera, pues... La primera que ardió fue la nuestra y los bomberos comenzaron a controlar para que no sucediera con ninguna más».
Como el resto de vecinos, ha pasado la noche en una nave municipal de Camarzana de Tera (ha habido más de 800 evacuados entre los distintos pueblos afectados) y han regresado a sus casas esta mañana sobre las 10:30 horas. Los momentos más angustiosos se dieron en la tarde del domingo, cuando, a eso de las 16:00, les dijeron que tenían que marcharse, según publica El Norte de Castilla.
«Nos desalojaron y, de repente, empecé a ver, por fotos de los medios, que mi casa se estaba quemando». Como el resto de vecinos, loa la labor de todos los que han trabajado: «Los bomberos han hecho un trabajo tremendo, y ahora siguen, todo el rato nos preguntan si necesitamos algo y controlan para que no vuelva a prender».
Los efectos del fuego no son perceptibles en la delantera de la casa, pero la parte posterior asusta. Parcelas enteras negras y todavía humeantes, bomberos que alertan de que hay riesgo de derrumbamiento y vecinos que tratan de refrescar la zona con la anuencia de los profesionales.
Ángel Paramio es el propietario de la vivienda colindante a la calcinada. Dentro de las circunstancias, comenta, «la casa está bien, aunque se ha quemado la parte de atrás». Con pena, recalca que él ya no vive ahí, pero que es el lugar en el que nació: «Es muy triste todo esto».
«No nos imaginábamos que pudiera estar tan mal»
En Cubo de Benavente, a las 11:30 horas de esta mañana, el fuego solo era perceptible en el interior de una nave que hay en la entrada del pueblo. Según operarios de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que controlaban la situación mientras las llamas trataban de escapar por la puerta, en la nave hay humo tóxico, y probablemente dejarán que el fuego se apague por sí mismo.
Delante, metida en un coche, María Reyes, su propietaria, espera impaciente a que esto suceda. Está asustada, y no solo por la nave, sino porque su casa, que está muy poca distancia, estuvo a punto de arder: «El fuego estaba en el cementerio (justo enfrente) y los bomberos lo apagaron de milagro».
Precisamente por el camino del camposanto vienen andando Nerea y Valentina. Dos chicas muy jóvenes, que reconocen estar impactadas: «Hemos pasado por Molezuelas de la Carballeda (de vuelta a sus casas, tras pasar la noche en Camarzana), que es donde empezó el fuego, y no hay punto de comparación. Está todo bien. Por eso, al llegar aquí y verlo todo quemado... No nos imaginábamos que pudiera estar tan mal».
«Al principio no parecía nada. Fue todo rapidísimo»
Entre Molezuelas y Cubo hay poco más de cinco kilómetros. Distancia suficiente para comprobar como el pálido amarillo mezclado con el verde robledal -tan típico de esta zona del campo zamorano- se va tornando negro para acabar ofreciendo un paisaje absolutamente bruno. El matorral y las condiciones climatológicas hicieron de gasolina para que el fuego se expandiera con vertiginosa rapidez.
El convoy de autobuses, coches y patrullas de la Guardia Civil con los alrededor de 150 vecinos que habían sido evacuados de Molezuelas regresó al pueblo en torno a las 10:30 El ajetreo del puesto de mando allí instalado se mezclaba con las personas que trataban de volver a la normalidad.
Es el caso de Silvia Gallego, que recuerda cómo fue lo que vivió el domingo por la tarde: «Al principio se veía un poco de humo a lo lejos, no parecía nada. Pero fuimos a casa a comer, nos llamaron, nos acercamos al campanario y ya se veían las llamas. Entonces apareció un coche de la Guardia Civil y nos dijo que teníamos que marcharnos. Fue todo rapidísimo.
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José Luis Ferreira prefirió quedarse en el pueblo. Relata que estuvo un rato parado en la carretera con el coche y, cuando vio que el fuego se alejaba de Molezuelas decidió volver. Se deshace en elogios con todos los que han trabajado: «La UME, la Guardia Civil, todos han hecho un trabajo perfecto. Yo vivo en Francia, conozco bien Europa, y es para estar muy orgulloso de ellos».
Al tanto de la última hora alrededor del puesto de mando está el alcalde, Alexandre Bertín Satue, que respira aliviado después de que el fuego no haya llegado al pueblo. Acaba de recorrer con el coche los alrededores y confiesa que lo divisado es desolador. Viendo como está, subraya, «se entiende que nos evacuaran tan rápido, porque si el viento cambia, entra de lleno en el pueblo».