Vecinos desalojados relatan la desesperación: «Lo miras y es todo negro. Yo no lo volveré a ver verde»
El fuego mantiene evacuado el pueblo desde el sábado y ha dejado un paisaje «desolador» que, según los vecinos, tardará décadas en recuperarse
Diego Nicolás Alonso
Yeres
Lunes, 11 de agosto 2025, 13:44
El incendio declarado en la zona de Yeres sigue generando alarma en la comarca de El Bierzo, con el pueblo todavía evacuado por motivos de seguridad. Los accesos permanecen cortados desde el sábado por la tarde para evitar que vecinos y curiosos entren en el paraje y pongan en riesgo tanto su integridad como las labores de extinción.
«Estamos en Yeres, que sigue evacuado por seguridad para los vecinos. Se han cortado los accesos porque la gente quería acercarse al paraje por este lado», explica Julio Arias Escuredo, alcalde de Puente Domingo Flórez. Aunque en la mañana del lunes 11 de agosto el ambiente parecía más tranquilo, las autoridades no bajan la guardia. «El domingo también estábamos bien y por la tarde todo se desmelenó. El aire fue muy importante y el fuego se reavivó», recuerda el regidor.
La principal preocupación ahora se centra en la zona de Castroquilame, con dirección a Pombriego y al municipio de Benuza, así como en la gran masa forestal situada sobre Salas de la Ribera. «Hoy por la mañana, la UME ha conseguido controlarlo tras trabajar desde la noche, aunque por la proximidad de las copas de los pinos fue muy peligroso», relata Arias Escuredo, que destaca «el trabajo encomiable» tanto de la Unidad Militar de Emergencias como de las brigadas forestales.
El origen del incendio se sitúa en el entorno de Las Médulas, concretamente en la zona de Las Medulillas y Reirigo, dentro de la senda perimetral del paraje. Los vecinos desalojados han asumido, según el alcalde, que su mejor forma de colaborar es mantenerse alejados. «Un miembro de la UME le dijo a una señora que mientras él estaba preocupado por que a ella no le pasara nada, no podía atacar el fuego. Lo mejor es que tengan libertad de movimientos y no entorpezcan su trabajo», subraya.
Entre esos vecinos está Felipe Blanco Viedo, miembro de la Junta Vecinal, que confirma que «llevamos desalojados desde el sábado». La mayoría de los 28 habitantes desplazados han encontrado alojamiento en Puente Domingo Flórez o Ponferrada, dependiendo de sus posibilidades. «La situación ha sido bastante crítica, pero ahora estamos en buena situación. La labor de la UME y de los efectivos de la Junta de Castilla y León ha sido impecable. No se les puede pedir otra cosa», asegura. Blanco Viedo reconoce que «alguna gente se ha hecho reacia a marchar, pero dentro de lo que cabe, se están comportando bastante bien».
También destaca la implicación del alcalde: «La noche del sábado estuvo bastante crítica porque el fuego se metía en el pueblo, pero gracias a Dios y al trabajo de todos, el pueblo ya no peligra. El alcalde se ha portado como un caballero; estuvo aquí toda la noche con nosotros».
Más crítico en su valoración, aunque igual de agradecido con los equipos de extinción, se muestra Ángel Meraya, presidente de la Junta Vecinal de Yeres. «Seprona nos preguntó si sabíamos algo del origen del fuego, pero lo único que pudimos hacer fue acompañarles a la zona. Es desolador, todo negro, no hace falta mirarlo muy de cerca para ver la magnitud de lo que hemos perdido», lamenta. Meraya admite que los vecinos están «intranquilos porque quieren volver a su casa, pero también entienden que hay que tener paciencia. Lo más importante es que no ha habido daños personales ni se ha quemado ninguna vivienda en el casco urbano».
El dirigente vecinal relata momentos de máxima tensión: «La tarde del sábado el fuego bajó hasta la última casa, y su dueña y la gente que estaba con ella pasaron un momento muy difícil antes de que llegaran las brigadas. Si el fuego nos hubiese entrado por abajo, hoy el pueblo estaría pasto de las llamas». Reconoce que parte de la expansión se debió a decisiones en las que, según él, no se escuchó la experiencia de los vecinos: «Pedí que me dejaran un bulldozer para abrir paso donde estaba el foco y me dijeron que no. El resultado lo vemos ahora: se extendió hacia Las Médulas y Carucedo».
A pesar de todo, Meraya insiste en que «somos afortunados» por no haber perdido viviendas y agradece la labor de la UME y las brigadas de la Junta, que incluso pasaron la noche del sábado desplegados en el pueblo para sofocar cualquier foco que pudiera reavivarse. Pero mira con tristeza el futuro: «Es desolador el panorama. Este monte nos daba vida, oxígeno, alegría… ahora todo es negro. Yo no lo volveré a ver verde; harán falta treinta años para que esto repueble».
La Guardia Civil y Protección Civil refuerzan desde hoy los cortes de carretera ante la escasez de efectivos para controlar los accesos. Mientras tanto, Yeres sigue a la espera de que la situación se estabilice para permitir el regreso de sus vecinos.