El verdadero fruto de Todos los Santos
La locomotora Changai ya se ha instalado en la calle Ancha, con Ángel como maquinista, llena de olor a castañas asadas el centro de León
Lleva más de 40 años estacionando la locomotora Changai en la plaza Botines de León. Lo hace cada otoño, cuando cambia la hora y la noche se confunde con la tarde. Memoria viva de León, ve cómo ha ido cambiando la ciudad mientras asa castañas en su locomotora hasta el final de la temporada, llegando a comerciar con dos toneladas cada año.
Con la única compañía de un ajado taburete y de la lumbre del asador, Ángel ve pasar cada otoño e invierno del centro de la capital leonesa. Como tantos otros a través de la geografía española, él es uno de los elementos fijos de los paisajes invernales de las ciudades. Ángel es el castañero del centro de León y desde el año 80 sus gafas redondas, estilo quevedo, registran el latir de la ciudad.
Ángel conoce cada mirada de esta calle cada vez más dedicada al turismo aunque por su peculiar locomotora cada día pasan más de un centenar de personas, algunos clientes de toda la vida. «Me pareció que era un buen refugio para pasar el invierno y no me equivoque. Me ha permitido vivir sin tener que escoger un trabajo peor», puntualiza.
Castañas desde El Bierzo
Ángel no se abriga en demasía para aguantar el duro invierno leonés ya que asegura que el calor de las castañas de El Bierzo y que la satisfacción que le reporta su trabajo hace más llevaderas las desapacibles tardes de invierno. Mientras, los leoneses siguen acercándose por un cono de castañas, asadas lentamente a la brasa, para calentar las manos y volver con una sonrisa gracias a este castañero con alma de cronista.
Ángel siempre está pegado a la actualidad, periódico en mano, comparte su opinión sobre las noticias mientras el olor a castañas sube hacia la plaza de Botines. «Me gusta leer, porque quien no lee es un necio», advierte mientras no se muestra muy optimista con la actualidad. «Estamos gobernados por la peor gente. Nunca hubo tanta corrupción y tanta medianía (...) Aquí también tenemos un Zelenski, igual que en Ucrania y en el momento que dé el paso vamos a la trinchera, a desfilar detrás de un tambor», critica.
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No es ajeno a la anunciada recesión aunque el precio del cono de castañas es igual al del pasado año. Eso sí, al castañero de La Changai le sorprende la tranquilidad de la ciudadanía. «La clase media solo quiere comodidades y que le den pienso, a ser posible gratis, y votan a los verdugos», responde mientras asegura que parte de esta situación se basa en el desconocimiento y la falta de conciencia.
En cuanto al volumen de ventas asegura que se mantiene constante año tras año, aunque en esta nueva temporada que ahora inicia ha tenido que escoger un poco más el fruto. «Este año las tienes que escoger más. Tú compras una tonelada y te la venden sin escoger, así que entran 20 o 30 malas, pero yo las escojo. Este año sale más pequeña», advierte.
Ángel no puede continuar con la charla pues son muchos los clientes que se acercan en esta tarde festiva. Y es que esta locomotora no necesita integración, ni pasar bajo un puente que divida una localidad, él es el encargado de vender la golosina del invierno.
