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Imagen de un niño leonés danod de comer a las palomas. César Sánchez/ICAL

Las palomas en León, una por cada 11 habitantes: «Dejan todo hecho un asco»

Algunos vecinos se quejan por su abultado número y por los daños que causan, mientras que su presencia crece cada año

Jueves, 24 de julio 2025, 08:14

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Están en todos los sitios, en todas las partes. Con su vuelo ágil su presencia crece cada año. Hay sobrepoblación. Tienen buena imagen, entre lírica y sentimental. Parece, sin embargo, como si las palomas le hubieran declarado la guerra, a su manera, a León y sus ciudadanos.

El censo de estas aves, proporcionado por el consistorio leonés, data del 2022. Son 10.000 ejemplares, aunque el vecindario estima que su número es mayor. Fue a partir de 2015 cuando se empezó a controlar el número de palomas en el núcleo urbano, a causa de su desproporcionado aumento. Las quejas no se han hecho esperar en la capital: son muchos leoneses los que se muestran molestos con la abundante presencia de esta especie: «Dejan todo hecho un asco. No puedes sentarte en ningún sitio, porque se encuentra lleno de cagadas», afirma sin remilgos una vecina de la calle Cid.

El Ayuntamiento de León realiza un «conteo de ejemplares», aunque afirma que carece del número de palomas registradas este año «debido a su complejidad». La última estimación, aproximada, así se recalca, corresponde a la fecha indicada. Tres años atrás. Este censo de palomas es bianual (en este caso, coincide con los pares) y, para que los datos sean lo más rigurosos por parte del consistorio leonés, se tienen en cuenta las costumbres de estas aves. Eso deriva, también, en la elección de la época de su estudio. Además, no es tarea sencilla, pues un estimable número de ellas se ocultan en tejados, nidos, huecos de paredes, refugios o azoteas.

De ahí que desde el Ayuntamiento de León se subraye que «los cálculos realizados no sirven para saber la carga exacta de población», pero sí permiten establecer un cómputo aproximado. Para eso se tienen en cuenta los datos precedentes, «llevando a cabo una repetición del experimento realizado en otra época del año o en años anteriores». Así, se pueden «realizar comparaciones y establecer sí los métodos utilizados para gestionar las molestias causadas por las palomas son efectivas o no».

Estudio y procedimiento

León lleva años luchando contra la sobrepoblación de palomas. Con el tiempo, se ha convertido en un problema. El Ayuntamiento lleva años con su brega contra esta «plaga» voladora. Confirma que, «en vista de los resultados obtenidos, se puede afirmar que el municipio presenta un exceso de población en determinados puntos, pero no en toda la ciudad». Cada dos años se ha repetido meticulosamente el mismo estudio. Y ¿en qué consiste? Los técnicos especializados del consistorio dividen la ciudad de León en cuadrantes: 300 metros por 3.000 metros. De estos cuadrantes, se eligen diez de ellos al alzar («este método se ha repetido en años anteriores», aseveran las fuentes municipales) para estudiar cómo varía la población, distinguiendo entre paloma torcaz y bravía. Así, se obtiene «una muestra representativa de todo León y puede estimarse la densidad poblacional (palomas/kilómetros cuadrados)».

La sección de Salubridad de la Concejalía de Desarrollo Urbano registró un total de 10.610 ejemplares el año 2022 en la capital. El incremento es mucho más que notable, casi 3.000 ejemplares (concretamente 2.928), respecto a 2020, año en el que se llegó a contabilizar un total de 7.682 aves torcaces. En 2018, fueron computadas 6.884. Y dos años antes, en 2016, se alcanzaron 6.498 ejemplares. Existe un sostenido incremento. Estas cifras, proporcionadas por el Ayuntamiento de León, muestran una tendencia muy definida: la existencia de un sostenido incremento. En el periodo de confinamiento a causa de la pandemia, del Covid, se produjo otro hecho: estas aves colonizaron más espacios urbanos. Fue un tiempo prolífico para las palomas. Se percibió cómo aumentaba su población a pasos agigantados.

¿Cuál fue la especie de paloma que más vio aumentada su familia? Curiosamente, la conocida comúnmente como 'paloma torcaz', que pasó de tener el 21% de población en 2016 a contar con el 29% en 2020. En el caso de la C.Livia o 'paloma mensajera', su población mengua, pasando del 79% en 2016 al 71% en 2022.

Centro y parques: dónde se concentra el mayor número de ejemplares

No hay un censo que indique con exactitud dónde anidan, ya que «el reparto de la densidad de palomas es desigual», revelan los expertos del consistorio. Es decir, las torcaces no se aposenta en las mismas zonas que las mensajeras. Cada una tiene su núcleo poblacional y de 'residencia', más allá de los movimientos migratorios y de las tendencias. Unas y otras se encuentran separadas. ¿Las zonas más comunes o donde se suelen ver con mayor frecuencia? Hay respuesta para eso: parques, inmediaciones de los ríos y casas abandonadas.

Hay otros espacios: el centro de la ciudad, las plazas de la Catedral, Mayor, San Marcelo y Santa Ana, los parques de San Mamés o el Cid. Es muy común verlas revolotear en esas zonas. Campan a sus anchas. Son pocas las que se asustan con la presencia humana. Es más, zonas como el barrio Húmedo o las mesas de los bares y restaurantes no se libran de su comparecencia. Saltan, vuelan y sobrevuelan…y acechan a la comida o lo que encuentren, que puede ser un trozo de pan o un pincho.

imagen de las palomas en una terraza de León. César Sánchez/ICAL

«Están por todas partes», comenta una vecina de la zona centro, Rosario Rodríguez, donde se asientan patrimonio y comercio. «Los bancos de la ciudad», prosigue, «están todos estropeados. No hay quien se siente». Las quejas de los vecinos se extienden, y llegan a la casuística: «Estaba tomando algo el otro día en una terraza y no paraban de venir palomas. Es muy incómodo, no hay quién pueda estar en la calle con su presencia», afirma otro residente en la plaza de San Marcelo, Lucas Benito. «Te ven y no se asustan. Tienes que apartarte. Por no hablar de cuando están en los árboles y se pelean entre ellas», afirma un vecino de la calle Papalaguinda, Javier Carretero. «No se puede pasear tranquilo». Los zureos y arrullos son otra música. Ciudadanos radicados en la citada Papalaguinda o visitantes del parque Cid también destacan como este tipo de aves generan suciedad, algo que maltrata ciertas zonas y afea a la ciudad.

El remedio contra las palomas

«El método de control poblacional que se está llevando a cabo consiste en la captura regulada de palomas a través de jaulas trampa», informan desde el consistorio leonés. Se recalca que este sistema no daña al ave, sino que actúa como cebo o «trampa mecánica» para su correcto apresamiento. El Ayuntamiento de León indica, asimismo, que «las jaulas se revisan varias veces por semana, de tal forma que las palomas no se queden sin agua y sin comida, y se puedan retirar las capturadas». Las aves «son llevadas a un recinto acondicionado para su estancia en el Mercado Nacional de Ganados, hasta que se entregan a un gestor autorizado para su retirada y tenencia de palomas», explican las fuentes municipales.

Transmisión de enfermedades y daño al patrimonio

Hay otro aspecto. Las palomas son portadoras y transmisoras de enfermedades no solo entre ellas, sino con otros animales y, también, con el ser humano. Están consideradas como muy antihigiénicas, debido a la gran acumulación de excrementos que depositan en algunos puntos de la ciudad. El ruido que a veces generan, como ya se ha indicado, es otro aspecto que señalan los ciudadanos. Por el momento, «no constan problemáticas» de ruido o enfermedades e infecciones provocadas por estas aves, revelan desde el Ayuntamiento leonés.

El daño causado por la «palomina» (el excremento, que antiguamente se utilizaba para abonar los cultivos, al que también se denominaba guano) no es pequeño. Afecta mucho a los edificios históricos o monumentales. A la estética y a los materiales de su estructura. Afecta, por tanto, a la ciudad y a su patrimonio. Es evidente, y más que notable, en la 'Pulchra leonina', de magnífica belleza. La Universidad de León (ULE) no solo ha editado numerosos estudios sobre las restauraciones de la Seo a lo largo de los siglos, sino que continúa investigando cómo protegerla. También de la corrosiva y degradadora «palomina».

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