León refuerza la vigilancia por la gripe aviar: «Pedimos precaución, pero sin crear alarma»
El sector avícola insiste en que no hay casos en la provincia y que la gente no debe dejar de consumir el producto por miedo
Los últimos focos de gripe aviar detectados en varios puntos de España han generado inquietud entre consumidores y ganaderos.
El confinamiento obligatorio de explotaciones avícolas en amplias zonas del país, activado en radios de 10 a 20 kilómetros alrededor de los focos, ha contribuido a que la noticia cobre relevancia mediática y a que parte de la población tema posibles consecuencias sobre el abastecimiento o la seguridad alimentaria en la provincia.
A pesar de esta preocupación generalizada, los expertos recuerdan que se trata de medidas estrictamente preventivas destinadas a evitar la expansión del virus entre aves de corral. Y, sobre todo, insisten en que no existe transmisión a personas en la situación actual.
León, sin casos pero en alerta preventiva
En la provincia de León no se ha detectado ningún foco de gripe aviar, aunque la cercanía con zonas afectadas como Olmedo y Ataquines, en Valladolid, ha activado una mayor vigilancia. Las integradoras y las explotaciones han recibido instrucciones para reforzar los controles de bioseguridad: limpieza más exhaustiva, reducción de entradas de vehículos, desinfecciones y cuidados adicionales en la ropa y movimientos del personal.
«Son medidas necesarias para evitar problemas mayores», explica Sonia Castro, secretaria general de la Unión de Ganaderos y Agricultores de León (UGAL) y responsable de una fábrica de pollos de carne. «Un solo positivo podría afectar a todas las granjas del entorno y paralizar la producción en un radio de 20 kilómetros».
Preocupación en las explotaciones en exterior
El confinamiento de aves impuesto en varias localidades españolas afecta especialmente a las explotaciones con cría en exterior, muy comunes en el sector de ponedoras por la normativa de bienestar animal.
«Las gallinas que están acostumbradas al exterior bajan la producción cuando se encierran», indica Castro.Las granjas de interior notan menos el impacto, pero las de sistema mixto también sufrirán alteraciones en el comportamiento y la puesta de los animales.
Los pequeños gallineros particulares también deben extremar cuidados: «Pueden causar mucho daño en zonas con gran densidad de granjas, como la de Carrizo».
El mensaje de tranquilidad al consumidor
Aunque la atención mediática ha sido intensa y los confinamientos han generado dudas, Castro asegura que no percibe temor generalizado entre los compradores:«No he notado miedo, pero sí desconocimiento. La gente oye 'gripe aviar' y se inquieta, pero no hay que crear una alarma exagerada, solo actuar con cabeza».
Sí advierte de un riesgo real: que algunos distribuidores utilicen la situación para encarecer productos sin justificación.«No tiene por qué haber subidas de precio ni desabastecimiento. Lo importante es que no se especule, como pasó con el aceite».
Posibles casos y actuación
En caso de detectarse un positivo, el protocolo es muy estricto: la granja se precinta, se sacrifican los animales, se quema el estiércol y se vigilan todas las explotaciones en un radio de 20 kilómetros durante unos 21 días.
Aunque la granja no sea la afectada directamente, si está dentro del área de control puede quedar temporalmente inmovilizada y no meter nuevas crianzas.
Los seguros de lucro cesante cubren estos periodos de inactividad y los gastos de eliminación de animales y residuos. «Permiten que la explotación sobreviva mientras está parada, que es fundamental para los pequeños y medianos productores», explica Castro.