

Secciones
Servicios
Destacamos
Durante las navidades fue la única estación de invierno de la Cordillera Cantábrica que permaneció abierta. Ahora mantiene dos kilómetros de pistas esquiables gracias al trabajo del personal y al uso de los cañones de fabricación de nieve que permiten, al menos, poder disfrutar de la instalación.
San Isidro cuenta con una superficie azul de 1,7 kilómetros para innivar -producir nieve- en la zona de Cebolledo. El proyecto de modernización de la Diputación de León planea ampliar ya esta zona.
«Nos gustaría tener muchísimo más porque tenemos 27 kilómetros alpinos», reconoce la directora de la estación Olga Álvarez, que valora esta oportunidad para «aguantar y extender» el tiempo de cada temporada, más aún ante la falta de nieve de los últimos años.
Los cañones han permitido que la cama existente fuera suficiente para volver a abrir la estación tras el obligado cierre de hace unas semanas. «Nos ayuda la orientación de la estación, con Cebolledo y Requejines hacia el norte, que facilita que se mantenga. Podemos fabricar, pero no abusar».
Existen tres factores clave para que se pueda crear nieve de forma artificial en San Isidro: que la temperatura sea de cero o inferior, que la humedad del ambiente sea lo más baja posible y que el viento sea razonable. Luego tocará trabajar para pisar el resultado con las máquinas.
En lo que llevamos de temporada, San Isidro ha tirado de las máquinas en nueve jornadas -se entiende como jornada el uso durante 12 horas-. Por cada uno de estos periodos, la Diputación de León desembolsa 3.400 euros, que es el coste de la fabricación de nieve, por lo que se han superado los 30.000 euros de consumo en estas operaciones. Todo ello parte del lago de Cebolledo, que facilita con unas bombas que el agua suba a los cañones de alta y baja presión. En todos estos días se han fabricado unos 60 centímetros de nieve -en cada jornada se pueden fabricar siete-.
«La factura de luz ha variado muchísimo. Nos suelen indicar las franjas horarias con el kilovatio hora a precio más bajo», explica la directora para saber cuándo deben encender los cañones. Los fines de semana y las noches son el mejor periodo para ello.
Olga Álvarez recuerda que gracias a este recurso han podido abrir 35 días de los 54 que llevan de temporada, lamentando el cierre que tuvo que producirse el 29 de diciembre durante 19 días -tres de ellos por viento- ante la escasez de nieve, a pesar de las críticas recibidas.
Más allá del coste de producción, en San Isidro valoran el impacto económico que la apertura de la estación tiene en la zona. «Potencia el desarrollo socio-económico y es un servicio a su área de influencia», desde Boñar o Lugueros. «Todo va quedando en el viaje y no solo viene la gente que esquía».
Haberse convertido en la única pista que aguantó buena parte de las navidades abiertas en la Cordillera Cantábrica ha sido «agradecido» por los usuarios y han logrado los segundos mejores resultados de los últimos cinco años. «La oferta no es mucha, pero la calidad de la nieve es muy buena. No tenemos una fluencia muy elevada, pero superamos la media del millar», sentencia la directora.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.