Las casas rurales confían en que la fase 2 relance las reservas y cuentan con zonas los fines de semana de verano al completo
Incertidumbre y falta de confianza entre el sector turístico y hostelero para encarar la campaña de verano, que advierten de la desaparición de un 20% de establecimientos
juan lópez
Sábado, 6 de junio 2020, 14:35
El sector de las casas rurales de Castilla y León confía en que el pase a la fase 2 de la Comunidad el lunes suponga el relanzamiento de las reservas, totalmente paralizado desde hace meses por la pandemia de la covid-19, si bien asegura que ya hay zonas en determinadas provincias donde los establecimientos cuentan con todos los fines de semana de junio, julio y agosto al completo, si bien a la gran mayoría les está costando más.
No en vano, incertidumbre y falta de confianza son las dos características que definen la campaña de verano entre el sector turístico y hostelero de Castilla y León a pocas horas de ascender de fase de la desescalada, la que ya empieza a vislumbrar una ligera mejoría de la movilidad. Pero deberá será a partir del 21 de junio, siempre que la situación epidemiológica lo permita, cuando los españoles y castellanos y leoneses puedan cruzar las fronteras simbólicas de comunidades y provincias y poder disfrutar del turismo cultural o de naturaleza que brinda esta tierra, y para el que será imprescindible tanto el alojamiento como el complemento de la gastronomía.
La joya de la corona regional en esta materia la protagoniza el turismo rural, en el que Castilla y León es líder en España. Luis Chico, presidente de la Asociación de Valladolid y gran conocedor del sector en la Comunidad, asegura que a día de hoy hay de todo: establecimientos llenos todos los fines de semana de verano y otros en difcultades. «La intención es trabajar mucho en ese periodo», sostiene Chico, quien en su caso concreto aboga por bajar los precios.
«Está la cosa con mucha incertidumbre y la sociedad no tiene confianza plena por asuntos sanitarios, tanto los propietarios como clientes», explica. «Se está animando ahora, pero hay mucha gente que está pendiente de llenar. Seguro que con la fase 2 la cosa se verá mejor en las reservas, porque el futuro pasa por la movilidad», apunta. La mayoría de los clientes de turismo rural de Castilla y León proceden de Madrid, además de la movilidad interprovincial en la propia Comunidad, pero sobre todo turismo nacional. «Si el día 21 conseguimos movilidad entre regiones y provincias los de Madrid se van a lanzar», espera.
Por el momento, hay que esperar porque a pesar de ser clientes «acostumbrados a hacer reservas con mucha anticipación», ahora los grupos «se lo piensan». «Lo hacen tanto que uno que quería reservar el 15 de agosto me dijo que se lo pensaba. Me llamó dos días después, a pesar de que le advertí que es una fecha que habitualmente se reserva en Semana Santa, pero este año es diferente, y ya estaba ocupado», recuerda.
No obstante, hasta que la gente «se lance» la «cosa va floja». En la Asociación de Turismo Rural de Valladolid desde hace varios años los socios se ayudan entre ellos. «Si me llaman y tengo reservado para esos días, pues nos escribimos entre nosotros para enviarlos a otras y nos entendemos mejor», destaca.
Reforzar la limpieza
A su juicio, es necesario explicar que se ha reforzado la «limpieza con alcohol, lejías y siguiendo el manual de buenas prácticas, reforzado con vaporetas». También denuncia que «hay gente» que les ha intentado vender desde bombillas ultravioleta a 2.800 euros hasta las máquinas de ozono. «Hemos hecho un seguimiento sobre lo que hacen las tiendas comerciales y es lo que estamos haciendo: vaporetas, lejía, jabón y agua», reitera.
El protocolo a seguir se inicia con la recepción del cliente. Algunos establecimientos han decidido tomar la temperatura a los usuarios, que están obligados a portar mascarillas. En las casas rurales se encontrarán hidrogel y una limpieza absoluta de la casa, principalmente pomos, puertas, llaves, enchufes, espejos, cuartos de baño… «Todo a conciencia. Si añades una vaporeta y las sábanas a la lavandería a alta temperatura, la casa está limpia. Además, después de la limpieza y los últimos visitantes la dejamos entre 24 y 48 horas vacía», narra.
Otra de las medidas que se han llevado a cabo es que, al ser casas de pueblo, contaban con numerosos objetos de decoración que ahora se han depuesto para mejorar su limpieza. «Todo lo que hagamos será poco en ese sentido», apela.
Tranquilidad en una situación nueva
En la misma línea se posiciona la Confederación de Hostelería y Turismo de Castilla y León. Su presidente, Ángel Blasco, asegura que están «llenos de incertidumbre», pero lanza un mensaje de optimismo y tranquilidad al sector: «Como expectativas, pues bien, para adelante…, pero es una situación nunca conocida y desgraciadamente se llevará por delante a muchos negocios». Relata que en los municipios de menos de 10.000 habitantes se puede decir que la hostelería «es como si estuviese ya en fase 2, por los alivios que tienen». Pero claro, a falta de movilidad, «en los pueblos pequeños están abiertos, pero con la población local es muy difícil, faltan los turistas». La Federación Empresarial Hostelería de España señaló la semana pasada que todo lo que sea no facturar un 60 por ciento de la cifra anterior a la crisis «será una ruina en dos semanas».
Blasco defiende que el sector «está trabajando mucho» y reclamó un «respeto mayor» a las asociaciones por parte de las administraciones, ya que han sido el «canal de comunicación entre el Gobierno y el señor del bar o la casa rural pequeña, porque los ayuntamientos han estado cerrados y la gente ha estado muy despistada». «Cuando el Gobierno lanzó la guía de protocolos, hasta que llegó al propietario pasó un largo camino», espetó.
A ello sumó las escasas probabilidades de que se celebren fiestas patronales en los pueblos, por razones lógicas sanitarias, y la casi nula de llegada de extranjeros. «Así que imagínate. Hablamos de un 20 por ciento ya no puedan abrir después de esta crisis», sostiene en referencia a datos nacionales, pues asume que es complicado extrapolar estas cifras a Castilla y León.
También explica que las ayudas de crédito de Iberaval o ICO «están muy bien, pero para empresas grandes, porque la burocracia es farragosa y larga», y le pide a la Junta que la tramitación de sus ayudas sea más ágil. «Han puesto en marcha medidas importantes, pero hay que recordar que la Consejería de Turismo tiene 125 millones de euros de presupuesto; y es difícil ayudar al empresariado del sector, porque son pequeños autónomos y pymes», sentenció Blasco. Cuando los locales son propios, «se va aguantando, pero si son alquileres, no ciertamente baratos, lo van a pasar mal». Entre las reivindicaciones, pide mayor conectividad de internet para el medio rural .
La gente «con ganas de trabajar lo hace»
Resume que la gente«con ganas de trabajar lo hace», y ello se ve en las terrazas en fase 1. «Incluso hay colas en algunas. Pero la realidad es que no salen las imágenes de terrazas montadas y vacías. Y de una sola terraza no vive un hostelero», insiste.
Pero Blasco no se confirma y cree que la sensación es de que la situación se «superará», pero para ello apela a salir de la pandemia y «superar el miedo entre hosteleros y clientes a que haya un rebrote». «Somos optimistas y queremos avanzar en la medida que podamos, pero desde luego las ayudas no han sido tantas como han dicho. No sé donde están los miles de millones», lamenta, para recordar que la partida 'Next Generation' de la UE llegará a España «después del verano, cuando alguno ya habrá bajado la persiana».
En todo caso, se alegra de que las casas rurales particulares «sí que estén recibiendo ya visitantes», como confirmaba Luis Chico, y cree que abrirán hoteles y paradores, que son «fundamentales» para el turismo extranjero, que repercute en el resto de establecimientos, pero aclara que no es lo mismo Valladolid, donde un bar «puede sostenerse con su población», que un pueblo de Ávila, «donde necesitan población exterior en mayor o menor medida». En algunos lugares de la Comunidad, por su tipo de turismo, «necesitan a británicos y alemanes», que en 2019 fueron los que «más llegaron, porque este año olvídate de los asiáticos».