La agroalimentación regional aumenta un 5% sus exportaciones
A pesar de obstáculos «tan tremendos» como la situación sanitaria marcada por la covid-19, el Brexit o los aranceles de Estados Unidos, las exportaciones de la industria agroalimentaria de la región crecieron en un 5% durante 2020. El consejero de Agricultura de la Junta, Jesús Julio Carnero ha destacado este aumento de las ventas en el exterior de uno de los sectores «esenciales» de la economía de e «identitario de lo que es Castilla y León». Al respecto, ha añadido que las exportaciones de la industria agroalimentaria regional han subido en un 32% en los últimos cinco años, frente al repunte del 19% del global de sector a nivel nacional. «Es un sector estratégico con una gran capacidad para el emprendimiento y con grandes retos», ha destacado Carnero, en la localidad burgalesa de Aranda de Duero, donde ha participado en el Curso Prensa y Poder organizado por el colegio de San Gabriel. En esta línea, ha aludido a los grandes retos de una agroalimentación «pujante, dinámico, que se ha expresado en todos sus ámbitos, en todo el proceso de la cadena, con dinamismo y saber estar».
El consejero de Agricultura se ha referido también a las negociación de la PAC, confiando en el campo de Castilla y León tiene una «oportunidad para seguir dando respuesta a las necesidades de la agricultura y la ganadería». En esta línea, ha detallado que las mayores preocupaciones de la Administración Regional se centran en la sostenibilidad económica y social del sector y la profesionalización del campo. «La definición de agricultor activo, de agricultor genuino. La agricultura en Castilla y León es profesional y queremos que ese hecho diferenciador quede bien marcado, bien remarcado en la actual PAC». Asimismo, ha criticado que se esté poniendo el acento en la sostenibilidad medioambiental y no se haga el mismo hincapié en la sostenibilidad económica y social. «Estamos de acuerdo en la sostenibilidad ambiental, pero necesitamos que nuestros agricultores y ganaderos tengan sostenibilidad económica, es decir, tengan rentabilidad», ha incidido. La vertiente económica que, según Carnero, llevará aparejada la sostenibilidad social, «que haya gente en los pueblos», advirtiendo que la peor de las prácticas ambientales consiste en «que no haya gente en los pueblos, que haya pueblos vacíos, deshabitados». En aspectos medioambientales, el consejero también ha mostrado su preocupación por los ecoesquemas como nuevas obligaciones medioambientales que se exige a un sector «que se tiene que acostumbrar y que a nuestro juicio no establece las correspondientes reglamentaciones».
Otro de los retos abiertos por la Junta en la negociación, según Carnero, se centra en que el Ministerio apoye un Plan Integral Nacional de Apoyo al Ovino y el Caprino, sector «tan importante». En cualquier caso, afirma tener «esperanza» en que las negociaciones «lleguen a buen puerto».
