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60 paneles con portadas y noticias sobre terrorismo constituyen la muestra que tiene lugar en la Real Casa de Correos, sede del Gobierno regional de Madrid. óscar chamorro
Una hemeroteca para no olvidar

Una hemeroteca para no olvidar

EN LA REAL CASA DE CORREOS ·

Marlaska y las víctimas agradecen la firmeza de Vocento frente a ETA en una exposición en Madrid que repasa los 60 años de terrorismo en la prensa

Martes, 3 de noviembre 2020

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«Nuestra postura, la postura de todos los que sienten la dignidad del hombre, es la repulsa a estos actos de sangre». La noticia del asesinato a tiros del guardia civil José Antonio Pardines en junio de 1968, el primer atentado mortal de ETA, venía acompañada de un pequeño editorial donde el periódico, en este caso 'El Correo', ya dejaba clara su actitud frente al terrorismo: condena y rechazo. Han pasado seis décadas desde entonces y los diarios de Vocento han mantenido inalterable su compromiso con la libertad y los valores democráticos, su resistencia frente al horror aun cuando este les ha tocade sangre». La noticia del asesinato a tiros del guardia civil José Antonio Pardines en junio de 1968, el primer atentado mortal de ETA, venía acompañada de un pequeño editorial donde el periódico, en este caso 'El Correo', ya dejaba clara su actitud o de lleno. Donde los terroristas ponían bombas, los periodistas empeñaban su palabra; frente a sus ríos de sangre, nuestros ríos de tinta convertidos en páginas que ya son lecciones de historia. Una selección de esas páginas, cedidas por los diarios de Vocento, constituyen el grueso de la exposición 'El terror a portada. 60 años del terrorismo en España a través de la prensa', que se inauguró ayer en la Real Casa de Correos de Madrid, sede del Gobierno regional, con presencia del ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; el alcalde José Luis Martínez-Almeida, y una destacada representación del Grupo Vocento, encabezada por su presidente Ignacio Ybarra Aznar.

Organizada conjuntamente por la Fundación Víctimas del Terrorismo y el Centro para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo, la muestra repasa seis décadas de terror, que se inician el 27 de junio de 1960 con el atentado del DRIL (una organización de extrema izquierda) en la estación de Amara, en San Sebastián, en el que murió Begoña Urroz, de solo 22 meses. Una gran foto de la pequeña ilustra la exposición. En los 60 años transcurridos desde entonces, la lista ha superado las 1.300 víctimas mortales: 855 de ETA y 286 del terrorismo yihadista, a las que hay que sumar los asesinatos del GRAPO, las FRAP, Terra Lliure, Batallón Vasco Español, el GAL, la Triple A o el Exercito Guerrilleiro.

«Entiendo que esta exposición rinde también homenaje a la prensa española y a su papel decidido en favor de la democracia y en contra del terrorismo»

fernando grande-marlaska, ministro del interior

La muestra, que se puede visitar en Madrid hasta el 30 de noviembre y que recalará en el País Vasco, Comunidad Valenciana y otros puntos de España, está formada por 60 grandes paneles (dos metros de altura) con otras tantas portadas de periódico y noticias publicadas en los medios de Vocento. Titulares que rompen a cinco columnas, crónicas desgarradoras de atentados brutales, entrevistas a viudas y huérfanos, reportajes de investigación, descarnadas fotografías que hielan el alma, viñetas que en un par de trazos dibujan la crueldad… la esmerada selección de textos e imágenes va construyendo una conmovedora hemeroteca que rinde homenaje a las víctimas, pero que también subraya el papel de la prensa y de los periodistas que defendieron la libertad y la democracia con firmeza y convicción. Lo recordó el propio Marlaska en su intervención: «La prensa española, de la que el Grupo Vocento es un magnífico representante, ha sido capaz de abordar el fenómeno terrorista sorteando el riesgo de convertirse en involuntario instrumento del terrorismo. Y, además, lo ha hecho pese a sufrir cientos de ataques directos, como muy bien conocen todos quienes durante estos años han trabajado en periódicos como 'El Correo' o 'El Diario Vasco'. Por eso entiendo que esta exposición rinde también homenaje a la prensa española y a su papel decidido en favor de la democracia y en contra del terrorismo».

Vídeo. Un recorrido con la comisaria de la exposición. Óscar Chamorro

«Nos pusieron bombas»

Y en esa misma línea se pronunció el presidente de Vocento: «Esta muestra permite enseñar a través de nuestro trabajo lo que ha sido esta barbarie tan reciente, una barbarie que también sufrimos en carne propia». Ignacio Ybarra recordó al presidente de 'El Correo' y 'El Diario Vasco', Javier Ybarra –padre de Enrique Ybarra, también presente en el acto de ayer–, que fue secuestrado y asesinado por ETA en 1977. Y a Santiago Oleaga, director financiero de 'El Diario Vasco', también asesinado por ETA en 2001.

«Nuestros periodistas eran señalados por denunciar lo que estaba ocurriendo. Nunca nos rendimos»

ignacio ybarra, presidente de vocento

«Nos pusieron bombas en las rotativas y en las redacciones. Nos atacaron en nuestras empresas y en nuestras casas. Muchos de nuestros profesionales vivieron durante años escoltados. Nuestros periodistas eran señalados por denunciar lo que estaba ocurriendo. Nunca nos rendimos. Podemos estar orgullosos de ello», dijo Ybarra en presencia de Josemi Santamaría, director de 'El Correo' y David Taberna, director de 'El Diario Vasco', que acudieron al acto junto al director de 'ABC', Julián Quirós, el director general editorial de Vocento, Fernando Belzunce, y también el director general de comunicación de Vocento, Oscar Campillo.

Oleaga y López de la Calle

Una pancarta con tres palabras en euskera «Hilketa gehiagorik ez» (Dilo con tu silencio) preside el patio interior donde se despliega la exposición. Lógicamente, el rastro de ETA 'mancha' buena parte de los paneles, incluido esa feliz portada del 21 de junio de 2011 del 'Diario Vasco' con un enorme título ('FIN'), que es un grito de júbilo ante el anuncio del cese definitivo de la violencia. Pero hasta llegar a ese 'FIN' queda un terrible recorrido de miedo, de amenazas, de luto y de dolor que, si siempre fue ilógico e incomprensible, ahora, con la perspectiva del tiempo, lo parece mucho más.

«Vocento ha mantenido una línea de resistencia y de apoyo a la sociedad civil frente a la violencia terrorista y eso es muy de agradecer»

florencio domínguez, centro para la memoria de LAS VÍCTIMAS

Hay primeras páginas ante las que detenerse a mirar y reflexionar: el paraguas rojo junto al cuerpo cubierto por una sábana blanca de José Luis López de la Calle; el sabotaje a 'El Correo' en 1968 con una bomba en la planta baja de su sede (el primer atentado contra un periódico en España); el recuerdo que cada 24 de mayo 'El Diario Vasco' dedica a Santiago Oleaga, su director financiero asesinado por ETA en 2001; las manifestaciones de millones de personas que siguieron al 11-M en toda España… Todas esas crónicas han devenido en lecciones de historia que la exposición, comisariada por la doctora en Comunicación de la Universidad de Navarra, María Jiménez, resume acertadamente con portadas de los periódicos de Vocento, desde 'ABC', de ámbito nacional, a otras cabeceras regionales como 'Las Provincias' o 'La Rioja'. En demasiadas ocasiones, esas crónicas se escribieron bajo el denso silencio de redacciones enmudecidas y por redactores con los ojos bañados en lágrimas. Y seguramente con miedo, pero siempre con el pulso firme. Hombres y mujeres a los que ETA colocó en la diana, y nunca dieron un paso atrás en la defensa de una sociedad tolerante, democrática y pacífica.

Periodistas en el punto de mira

Tomás Caballero, hijo de Tomás Caballero, concejal de UPN asesinado por ETA en Pamplona hace 22 años, y que hoy preside la Fundación Víctimas del Terrorismo, quiere poner en valor este trabajo de notarios de la actualidad que tiene el periodismo. «Lo que vemos aquí es el relato verdadero y no el que otros quieren imponer. Los periodistas son los primeros que llegan y lo cuentan», dice Caballero, para quien la muestra es una oportunidad para los jóvenes y las nuevas generaciones «para que se acerquen a esta realidad, una realidad que parece que no ha existido pero está muy presente, como acabamos de ver en el atentado de Viena«.

«Vocento estuvo y sigue estando en la vanguardia de la defensa de las libertades y su compromiso con las víctimas es total»

tomás caballero, fundación víctimas del terrorismo

Florencio Domínguez, director de la Fundación Centro para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo, dedica palabras de reconocimiento a la familia de Vocento. «Las empresas, los directivos y los periodistas de Vocento y sus familias sufrieron atentados y han estado en el punto de mira de ETA, y desde el minuto uno, representaron una línea de resistencia y de apoyo a la sociedad civil frente a la violencia terrorista, y eso es muy de agradecer». También Caballero abunda en este agradecimiento a las publicaciones del grupo. «Vocento estuvo y sigue estando en la vanguardia de la defensa de las libertades y su compromiso con las víctimas es total. No todos los medios estuvieron al lado de las víctimas desde el comienzo del terrorismo; Vocento sí lo hizo, y eso no se olvida».

Por su parte, la comisaria resaltó que la exposición brinda una oportunidad «para honrar la memoria de las víctimas», al tiempo que pone en valor «la importancia de los profesionales de los medios de comunicación como testigos privilegiados de la historia. Creo que ahora que estamos en plena ola de series sobre el rastro y la memoria de ETA, esta exposición llega en un momento idóneo. Hay muchos jóvenes que no han vivido el terrorismo, ni saben lo que pasó en este país durante décadas. Por eso esta exposición es tan necesaria», indica María Jiménez, que ha contado con el museógrafo Enrique Bonet para la puesta en escena de la exhibición.

Somníferos y la carta de Pagaza

La muestra se completa con cuatro vitrinas donde los visitantes pueden ver piezas relacionadas con el terrorismo que seguramente les va a impresionar. En una de ellas, por ejemplo, destaca un subfusil hallado a la célula yihadista que se inmoló en el piso de Leganés, y un libro bomba enviado a un funcionario de prisiones de Murcia. En otra aparecen las ampollas con sustancias somníferas con las que ETA sedó a los secuestrados Julio Iglesias Zamora y José Antonio Ortega Lara. En una tercera la atención la acapara las zapatillas de ballet que llevaba en su bolso la joven de 25 años Sonia Cano, que murió en los atentados del 11-M. Y en una cuarta hay un manuscrito del concejal Joseba Pagazaurtundúa en el que deja instrucciones sobre su funeral en caso de que fuera asesinado. ETA lo tiroteó el 8 de febrero de 2003 en Andoáin. Tenía 45 años.

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