Riello, senderos de placer hacía pueblos con elegancia

Naturaleza en estado puro es lo que ofrece Riello. Un enclave en el que cada vez más turistas se acercan para disfrutar de este paraje que ofrece multitud de alternativas. El monte se entremezcla con el rio Omaña, todo ello bajo unos pueblos que mantienen su elegancia a base de casas de piedra, ermitas o castillos.

Conocer, descubrir, aprender, apreciar y conectar con la naturaleza es factible en esta reserva de la biosfera gracias a las numerosas rutas de senderismo que hay en este enclave. Adaptadas a todos los públicos, estas sendas están debidamente señalizadas, existiendo, además, vías de escalada o descenso de cañones.

Son muchos los paneles informativos que existen en la zona a los que hay que unir la información presente en Internet que facilita al usuario todos los detalles necesarios para conocer el recorrido, la historia y las particularidades de esta zona.

La inmensidad de su paisaje deja rutas increíbles donde conectar con la naturaleza un ejemplo de ello es la que llega al Cueto Rosales que proporciona una impresionante panorámica del valle de Omaña.

El Omaña es uno de los pocos ríos que mantiene su ciclo de crecidas y estiajes. Un espacio natural que mantiene intacta su elegancia y que cuenta con numerosos espacios para el baño. La época estival se hace más refrescante gracias a zonas como El Castillo o La Omañuela donde poder 'chapotearse' en las aguas cristalinas perfectamente adaptadas para este uso.

Al borde de este rio, concretamente sobre un altozano el Castillo de Benal, la primera fortaleza patrimonial de los Quiñones, condes de Luna, resguarda este enclave. En la actualidad solo conserva restos de la torre del homenaje y algunos paños de la muralla pero ya cuenta con dotación económica para 'mejorar' su imagen.

Iglesias y ermitas completan la arquitectura de esta zona. Llenas de vida como la ermita de Pandorado donde cada 15 de agosto reúne a los vecinos de todos los concejos de Omaña.

La elegancia de sus casas no se queda atrás, destaca la casona de Curueña una sólida construcción de piedra, con planta rectangular que se distribuye alrededor de un amplio zaguán.

Adentrarse en estos territorios, disfrutar de su historia, saborear su gastronomía, pasear por su entorno o mantener una charla con alguno de sus vecinos en una joya viva de la que puede presumir Riello.