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Una chica sostiene una pancarta en una manifestación centrada en el colectivo trans, a 28 de junio de 2021, en Madrid. Europa Press
La Ley Trans enfrenta a feministas y asociaciones LGTBI en León

La Ley Trans enfrenta a feministas y asociaciones LGTBI en León

El cambio de sexo registral, la violencia de género y el borrado de las mujeres son los principales desacuerdos que vertebran el conflicto entre las feministas clásicas y los defensores de los postulados 'queer'

Martes, 15 de noviembre 2022, 08:23

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El proyecto de la Ley Trans nació como uno de los principales caballos de batalla de la ministra de Igualdad, Irene Montero, para validarse dentro de la coalición que conforman PSOE y Podemos en el Gobierno de España. La norma, presentada como un avance sustancial en la protección y la promoción de los derechos de las personas transgénero, ha suscitado enconados debates entre los defensores de la ley, englobados en las teorías queer, como un jalón fundamental en el desarrollo de una democracia moderna, y los que consideran que la nueva legislación puede poner en riesgo la salud de los menores y, también, aquellas posturas asociadas al feminismo que afirman que su aprobación supone «el borrado de las mujeres» y la negación biológica del sexo.

En resumidas cuentas, la Ley Trans defendida por el Ministerio de Igualdad presenta dos elementos principales: la autodeterminación de género y sexo registral y la despatologización de la transexualidad, lo que permitiría qque las personas trans (también los menores a partir de los 12 años) puedan iniciar un proceso médico sin la autorización de un profesional psiquiátrico, algo que era condición 'sine qua non' hasta ahora.

La norma, cuyo primer borrador apareció por febrero de 2021, fue aprobada por el Gobierno el pasado 27 de junio, pero su tramitación en el Congreso comenzó a retrasarse y el Ejecutivo marcó dicho proceso como urgencia para reducir los plazos a la mitad. Sin embargo, PSOE y Podemos han tenido discrepancias sobre el contenido de la norma. Diferencias que se han evidenciado con las últimas enmiendas presentadas por la agrupación socialista: el PSOE quiere que los menores de 16 años estén obligados a pasar por un juez para cambiar de sexo; asimismo, los socialistas endurecen las condiciones para revertir de sexo, que podría hacerse delante de un juez y deberá presentar «pruebas» para dar validez a ese nuevo cambio de sexo en el registro; por último, el PSOE quiere eliminar el término violencia intragénero, que quedaría así subsumido en la violencia doméstica y diferenciada del delito de violencia de género.

Dos posiciones claramente diferenciadas en León

En León, hay dos vertientes claramente diferenciadas sobre la Ley Trans: de una parte, agrupaciones que apoyan el texto de forma íntegra como es el caso de Awen LGTBI+ y Rebelión Feminista; y de otra, agrupaciones más cercanas al feminismo clásico -como es el caso de la Asociación Feminista Leonesa Flora Tristán- que consideran que la norma «compromete los derechos de las mujeres».

Desde la dirección de Awen aseveran que esta normativa es «absolutamente necesaria» y que no «era aceptable que en nuestro país hubiera personas que no tenían sus derechos reconocidos y recogidos por la ley». Para la agrupación LGTBI la autodeterminación es un proceso del todo «normalizado» y que ayudará a acabar con «la cuestión patologizante» que siempre ha ido «asociada a las personas trans». La agrupación, en favor de la ley, asevera que «la reflexión sobre la propia identidad» no debe ajustarse a una edad en particular, pudiendo realizarse en cualquier momento de la vida de una persona -también siendo un niño- y «la legislación debe dar seguridad a las personas para que puedan realizar esa reflexión sobre su género sabiendo que sus necesidades importan».

«Más del 87% de los menores acaban desistiendo de transicionar y aceptando su sexo»

Ana Pollán

Miembro de la Asociación Flora Tristán

Una postura radicalmente opuesta a la que se defiende desde la Asociación Feminista Leonesa Flora Tristán. Ana Pollán, doctoranda en Filosofía por la UNED y representante de la agrupación, afirma que la ley permitirá que «cualquier persona, por cualquier motivo pueda autodeterminarse del otro sexo en todos sus documentos administrativos y revertir y repetir dicha modificación tantas veces como desee». Algo que, a su juicio, «crea una enorme inseguridad jurídica e imposibilita legislar en materia de igualdad de forma efectiva».

En este mismo sentido, las feministas leonesas sostienen que «Esta ley no despatologiza la transexualidad porque la ley de 2007 ya no trata la desde un enfoque patologizante». Pollán considera que dicho proceso es «una decisión de gran calado, lo que hacen los psicólogos es acompañar a estas personas y descartar que exista otra motivación en su decisión. De hecho, más del 87% de los menores acaban desistiendo de transicionar y aceptando su sexo y, en muchas ocasiones, su homosexualidad, lo que estimamos plenamente legítimo y positivo»

Acto de Awen León en verano de 2021.
Acto de Awen León en verano de 2021. Awen LGTBI+

Una posición defendida por buena parte del feminismo que les ha hecho ganarse el apelativo (o insulto) de 'TERF (Feminista Radiacal Trans-Exlusiva en sus siglas en inglés). «Desde la asociación estamos absolutamente en contra del movimiento TERF. Las personas trans no son un invento moderno o una moda, sino que siempre han existido. Y mucho menos suponen un atraso para los derechos de las mujeres, nuestro deber es aceptar y entender a estas personas», sostiene la dirección de Awen.

Si bien es cierto que desde la Asociación Flora Tristán no niegan la existencia de las personas trans. Sí que se oponen «radicalmente» a la autodeterminación de género. «El género no es una identidad subjetiva e innata que deba reconocerse ni protegerse jurídicamente. El género es una estructura de dominación. Hay que abolirlo», argumenta Ana Pollán.

El borrado de las mujeres, a debate

Otro de los conceptos a debate es el que aborda el «borrado de las mujeres», tal y como defienden algunas posturas dentro del feminismo clásico o feminismo radical. Mientras que desde las posiciones a favor de la Ley Trans sostienen la posibilidad de que una persona se identifique pueda cambiar su género a placer, o incluso no identificarse como mujer u hombre (personas no binarias), con su corrrespondiente cambio de sexo registral; las posturas defendidas por las asociaciones feministas como Flora Tristán argumentan que el sexo biológico existe y que negarlo supone negar la opresión que ha sufrido la mujer por el hecho de ser mujer. La Asociación Simone de Beauvoir de León, que no tiene una posición definida sobre la ley, sí sostiene que el «sexo es una realidad material y observable, naces hombre o mujer».

«El sexo es una realidad material y observable, naces hombre o mujer»

Encina Gutiérrez

Asociación Simone de Beauvoir León

Y precisamente dicha cuestión entronca directamente con la enmienda presentada por el PSOE a la norma para evitar igualar violencia intrasexual -tal como aparece en la ley- con violencia de género. «Si la violencia de género se llama así es porque con género se hace referencia a la desigualdad entre los sexos y al dominio patriarcal de los hombres sobre las mujeres. En consecuencia, el género no puede ser la causa de la violencia que se produce en una pareja del mismo sexo. Además, puede ocurrir que si un hombre se autoidentifica mujer y, 'a posteriori', comete un delito de violencia de género, no será juzgado en función de esta ley.- Es totalmente injusto», indica Pollán.

Algo que desde Awen consideran anecdótica y defienden que las personas deben ser juzgadas en función del sexo «con el que estén registrados cuando cometieron la agrresión», puesto que paraAwen un una persona trans que se identifique como hombre o mujer debe serlo también «a ojos de la ley».

«Las personas no pueden resumirse a sus genitales»

Un debate con posturas irreconciliables por las enormes diferencias que defienden unos y otros. Como corolario, desde Awen insisten en que «la lectura social sobre el género no puede resumirse a tratar a las personas como simples genitales. Una persona trans es una persona de pleno derecho y desde el conjunto de la sociedad debemos respetar, entender y ofrecer una educación sexual integral para permitir a cada persona llegar a conocerse y ser quienes verdaderamente son».

Por su parte, Ana Pollán mantiene que la normativa «arruina de facto toda la legislación que pretende hacer efectiva la igualdad entre los sexos. Si cualquier hombre puede autodeterminarse mujer esto supone que cualquier hombre tendrá pleno derecho, por ejemplo, a competir en categorías deportivas femeninas, con la ventaja física que eso le supondría; o a concurrir a unas elecciones ocupando en la lista electoral el puesto que correspondería a una mujer en función de las exigencias de paridad; o a ocupar espacios segregados por sexo con el objetivo de proteger la seguridad de mujeres y niñas tales como aseos, vestuarios o habitaciones de hospital».

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