La Policía localiza en el piso del detenido evidencias que le incriminan en la muerte de su madre

La investigación por el crimen cometido en el barrio de San Esteban, en León capital, avanza. Este miércoles agentes del Cuerpo Nacional de Policía han dato traslado al único detenido por este caso, el hijo de la mujer fallecida, hasta su residencia habitual en el número 11 de la calle Pedro Ponce de León.

Allí, en una intervención conjunta con efectivos de la Policía Judicial, se ha procedido al registro de la vivienda con la autorización judicial y en presencia del detenido.

El registro se ha extendido durante tres horas y en el transcurso del mismo se ha apuntalado la tesis policial de que Rubén P. es el autor material de la muerte a puñaladas de su madre en la vivienda de ésta en la calle Pedro de Dios, en el número 12, a apenas tres minutos caminando del piso registrado.

Durante la intervención policial se ha recuperado prendas de vestir del detenido para su examen posterior y se han sumado evidencias a este caso. Las pruebas recogidas serían claramente incriminatorias sobre la autoría del crimen.

No ha sido hasta pasadas la una de la tarde cuando la comitiva ha abandonado la vivienda del presunto parricida al mismo tiempo que el detenido era trasladado en un vehículo policial de nuevo hasta la Comisaría de León. La Policía Nacional quiere en esta investigación agotar los plazos legales antes de presentar al acusado ante el juez.

Desde la investigación se ha apuntado que estaba constatada la mala relación de la madre y su hijo pese a lo cual los encuentros eran comunes. Pese a que inicialmente el acusado ha negado la autoría todo apunta a que las evidencias refrendan la versión policial sobre la autoría del crimen.

Las primeras indagaciones, en paralelo con la autopsia de la mujer fallecida, apuntan a que el joven acudió al domicilio familiar donde mantuvo una discusión su madre. Allí se originó una «disputa familiar» que finalizó con el hombre tomando un cuchillo y apuñalando mortalmente a su progenitora.

El origen podría estar en una cuestión de ámbito familiar y estrechamente vinculada a los problemas de psiquiatría que el hombre arrastraba. Según han relatado vecinos de la familia a leonoticias el ahora detenido había sufrido varios ingresos en el hospital de León por este motivo, ingresos en los que también habría tenido que mediar la intervención de la la Policía Nacional por su carácter violento.

Todo habría sucedido en pasado 25 de diciembre, en la antesala de la comida de Navidad. La madre tenía la mesa preparada para la celebración, pero ésta nunca se llegó a realizar.

La muerte de la mujer, sin embargo, no alertó a los vecinos que se sintieron extrañados dos días más tarde al no tener noticias de su vecina, con la que coincidían de forma asidua.

Otras fuentes policiales han advertido a leonoticias que ese fue el motivo para que finalmente se optara por llamar a la Policía Local. Una circunstancia que se agravó al comprobar cómo en las inmediaciones de la vivienda había pequeños restos aparentemente compatibles con manchas de sangre.

El crimen sucedido en la jornada del 25 en el barrio de San Esteban ha sido todo un trauma para los vecinos de la zona. Durante las últimas jornadas, en la que la presencia policial ha sido habitual en las viviendas de la víctima y su hijo, el presunto asesino, los habitantes de esta zona de León se han mostrado preocupados e impactados con lo sucedido.

Precisamente, una de las vecinas del detenido, la cual vive en el mismo bloque, declaraba a leonoticias, absolutamente indignada, que el supuesto parricida «no se encontraba bien de la cabeza» y que era cuestión de tiempo «que ocurriera algo así».

Otros conciudadanos de la calle Pedro Ponce de León comentaban lo sucedido y se advertían los unos a los otros de lo que había sucedido, puesto que todavía quedaba algún vecino que no estaba al tanto del horrible crimen. «No es el primer apuñalamiento que vivimo en este barrio, que cada día es más peligroso que el anterior», comentaba otro habitante del barrio de San Esteban visiblemente enfadado.

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