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La lluvia no ahoga el macrobotellón de la noche de San Juan a orillas del Bernesga
Toneladas de basura se acumulaban a primera hora del día en el paseo del río tras una noche casi tropical donde las temperaturas acompañaron para la fiesta
Noches de fiesta, mañanas de resaca... y mucho, mucho trabajo para los servicios de limpieza y jardinería. Si ver la hoguera arder tras los fuegos artificiales, quemar los deseos y mojarse la cara con el agua de mil hierbas es un clásico de la noche de San Juan, se puede decir que el macrobotellón a orillas del Bernesga se ha convertido ya en otra cita que no falla en la capital leonesa.
Porque las márgenes del río amanecían un 24 de junio más convertidas en un mar de plástico donde toneladas de vasos, bolsas y botellas dotaban de una imagen más blanca que verde a este espacio.
Desde primerísima hora de la mañana los servicios de limpieza y jardinería del Ayuntamiento de León se ponían manos a la obra para devolver la normalidad a la ciudad. Desde el centro, donde los trabajadores se encontraban con los cientos de leoneses que alargaban la fiesta hasta bien entrado el día animados por las buenas temperaturas, hasta la propia orilla del río, donde un escuadrón verde se afanaba en recoger los residuos.
Varios peregrinos de camino a San Marcos se paraban en los puentes y pasos del Bernesga a retratar una imagen que, sin duda, llamaba la atención. Si bien es cierto que los trabajos avanzaban a buen ritmo, la cantidad de basura y restos era más que evidente y merecía ser retratada.
No faltaban tampoco los deportistas que aprovechaban el fresco matinal, lejos de las altísimas temperaturas de estos días, para pasear o correr por la ribera del río en compañía de sus mascotas, sorprendidas por los restos de la fiesta de la noche anterior.
Una noche casi tropical
Porque, si bien es cierto que el macrobotellón de la noche de San Juan es siempre multitudinario, este 2025 una noche con temperaturas casi tropicales rozando los 20 grados invitaba a pasar la noche más especial del año en la calle que no se libraba de los incidentes.
La lluvia hacía acto de presencia poco después de los fuegos artificiales, ya entrado el día 24, y se hacía fuerte durante la batalla de rock en la explanada de los Pendones Leoneses. Pero no amilanó las ganas de disfrutar de la compañía en una ciudad volcada con sus fiestas de San Juan y San Pedro.