20 minutos de deporte bastan para arder en la noche de San Juan
La lluvia que comenzó a caer minutos antes de la medianoche casi desluce una hoguera dedicada a la Cultural y a los deportes autóctonos
Dicen los expertos que con 20 minutos de deporte al día son suficientes para quemar calorías pero, en este caso, en León ese ha sido el tiempo que ha tardado la hoguera de San Juan en ser pasto de las llamas.
Unas llamas que tardaron en coger fuerza debido a la lluvia que comenzó a caer minutos antes de la medianoche en la capital. Los fuegos artificiales fueron la antesala a una quema que tardó algo más de lo habitual en llegar haciendo que el público que se congregaba en el parque de Eras de Renueva comenzara a lanzar algún silbido.
Pero el momento llegó, pasaban unos minutos de las 00:00 horas cuando una llama llegaba a la estructura dedicada a la Cultural y Deportiva Leonesa por su reciente ascenso a Segunda División y a los deportes autóctonos. Avivada por los técnicos hasta que cogió fuerza y con el público invadiendo el parque hasta las vallas de seguridad, el fuego se fue adentrando en una estructura que 20 minutos más tarde ya era cenizas.
Una hoguera en la que el deporte ha sido el gran protagonista de la noche más corta del año donde la magia, la ilusión, la esperanza, la tradición y la fiesta también han ocupado su lugar.
La noche más mágica y corta del año llenaba de superstición el aire leonés. Quemar lo malo para dar paso a lo bueno. Y así se ha hecho.
El parque de Eras de Renueva volvía a congregar un año más a miles de leoneses dispuestos a ver dejar atrás el pasado quemando sus deseos y mirando al futuro, como mandan los cánones.
Así, ardía un león gigante con la camiseta de la Cultu que emulaba a Guzmán, el escudo del equipo blanco, una rana de ojos saltones, unos bolos leoneses y un podio de medallas.
¡Aúpa, Cultu! era devorada por unas llamas que jugaban a su antojo con los deseos que todos los leoneses habían depositado anteriormente en la estructura y que ya eran cenizas.
El papel de Bomberos de León también fue fundamental acercando hasta la hoguera los mensajes que los leoneses querían dejar atrás.
Un fuego purificador que da paso a un futuro expectante. Un colofón únioco para la noche más corta del año donde la luz y el color ponen punto y seguido a las fiestas de San Juan y San Pedro.