Un rey de Galicia en el barrio de San Mamés, la respuesta a ¿En qué calle de León estoy?

¿Serías capaz de descubrir en qué vía de la capital leonesa estamos con tan sólo un vídeo de 45 segundos? Con este reto proponíamos un divertido juego para descubrir la primera de las calles de la capital que forma parte de esta sección doble en la que una semana se juega con un pueblo y a la siguiente con una calle.

Muchos han sido los comentarios que han dado con la solución de esta vía en la que los detalles y otros planos más amplios han dado las pistas suficientes, pero ¿sabéis ya quién es el rey del Reino de Galicia que buscamos?

Sancho Ordóñez (c.895–929) fue rey de Galicia (subordinado al rey de León) desde el año 926 hasta su muerte. Fue hijo del rey Ordoño II de León y de una aristócrata gallega, la reina Elvira Menéndez. A la muerte de su padre, acaecida en el año 924, el hermano de éste último, Fruela II de León, ocupó el trono leonés. Las circunstancias que rodearon la muerte de Fruela II un año después no están bien documentadas, pero tras ambos sucesos, el hijo de Fruela, Alfonso Froilaz, ocupó el trono leonés, e inició un enfrentamiento con sus primos, los hijos del difunto Ordoño II de León. En 926 Sancho y sus hermanos Alfonso y Ramiro consiguieron expulsar del trono de León a su primo Alfonso Froilaz y le obligaron a refugiarse primero en Galicia y posteriormente en Asturias de Santillana.

Tras ello, los tres hermanos se repartieron el reino o eso dice una parte de la historia. Este reparto que ha sido considerado tradicionalmente como amistoso por los historiadores cristianos no fue tal. Un texto de Ibn Hayyan relata que los hechos debieron de suceder de modo distinto: Sancho que era el mayor, quiso suceder en el Reino de León pero su hermano Alfonso, apoyado por su suegro Sancho Garcés de Pamplona y por su primo Alfonso Froilaz, le derrotó, haciéndole refugiarse en Galicia, donde era apoyado por los linajes condales a los que pertenecía su mujer.

Sancho, que contrajo matrimonio con una dama gallega, Goto Muñoz, se quedó finalmente con el reino de Galicia, que se extendía desde la costa cantábrica hasta el río Miño. Al infante Ramiro, el menor de los hermanos, le correspondió el territorio portucalense, con capital en Viseo. Tanto Sancho como Ramiro gobernaron de manera subordinada a Alfonso al que, en su condición de rey de León, reconocían cierta prioridad.

Sancho Ordóñez fue ungido como rey de Galicia por Hermenegildo, obispo de Santiago de Compostela, y durante los tres años que duró su reinado, mantuvo buenas relaciones con su hermano menor, Alfonso IV, quien visitó en varias ocasiones el reino de Galicia.

Sancho Ordóñez falleció en el verano del año 929 sin haber dejado descendencia, y a su muerte, el reino se reintegró en los dominios del Alfonso IV. Esta reintegración fue pacífica, como refiere el cronista musulmán de la época Ibn Hayyan.

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