Pros y contras de vender una casa en época de inflación

Actualmente, se aprecia una tendencia a la estabilidad de la inflación. Esto no quita para que el mercado inmobiliario viva unos momentos de cierta incertidumbre. Aún así, los precios suben, con lo que vender ahora mismo no es mala idea. El problema es que los préstamos son más inaccesibles porque los tipos de interés son más altos, y no hay tantos compradores en el mercado. Habría que aclarar que hay tantos puntos positivos como negativos a la hora de valorar la venta de una vivienda. Dependiendo de tu urgencia por vender sabrás si es buena o mala idea seguir adelante con la operación.

El precio de la vivienda sube, aunque lo haga lentamente. Si decides vender en este momento sacarás un rendimiento económico en todo caso. La cantidad que pidas por la vivienda será lo que marque la diferencia entre vender ya o dentro de un tiempo indeterminado. Necesitas saber cuál es el precio de mercado para hacer una estimación lo más realista posible. Tras este paso podrás así valorar que cantidad vas a pedir. El estado de la vivienda, las condiciones de la finca y el barrio donde se encuentra son algunos de los factores, que, si son positivos, te permitirán subir el precio y sacar un mayor rendimiento.

Si no hay que acometer ninguna reforma en la vivienda, ya que la tienes perfectamente conservada y actualizada, harás que sea muy atractiva para los posibles compradores. Ya no solo por el dinero que habría que invertir en arreglos, sino porque está lista para entrar a vivir y poder disfrutarla desde el primer momento. El mantener bien la casa convence al comprador de que la revalorización de la vivienda está más que justificada.

La inversión inmobiliaria está considerada como un valor refugio, es decir, en general siempre es un activo que nos proporcionará beneficio al venderlo. Los mercados tendrán mejor o peor salud, pero el ladrillo resultará siempre rentable.

Una determinada ubicación del inmueble puede ser clave en estos momentos. Debido a la pandemia, el aumento del teletrabajo a llevado a miles de empleados a optar por comprar una casa en un lugar apartado, rodeado de naturaleza y tranquilidad. Contar con una vivienda en un entorno rural también la convierte en un objetivo muy deseado.

Esta época de inflación que estamos viviendo limita el consumo, así como la compra de vivienda. Aunque todavía hay mucha demanda solvente, y en determinadas zonas, hay más potenciales compradores que oferta disponible, muchos de los que quieren convertirse en propietarios encuentran dificultades para obtener una hipoteca.

Otro inconveniente es que, si estás en la situación de tener que desprenderte de la casa porque necesitas ya el dinero, debes tener en cuenta que puede que tardes un poco en hacerlo, sobre todo atendiendo el precio que pides. Cuanto más baja sea la cantidad, más fácil te resultará y al revés. En el margen de tiempo que tengas, trata de dedicar un momento a estudiar el mercado y valorar lo más ajustadamente tu vivienda. Esta celeridad juega en tu contra ya que el margen de ganancia será más bien exiguo.

Para atraer a los compradores, y vender rápido, deberás tener la vivienda con un buen mantenimiento. Si hay que hacer reforma, tendrás que invertir dinero, que no podrás repercutir en el precio, y perderás un tiempo precioso.

Otros aspectos que influyen, y que ya no dependen de ti, son el estado del edificio o finca y del barrio o zona donde se encuentre la propiedad. Son determinantes en el precio que podrás pedir. Las zonas residenciales con instalaciones descuidadas en barrios marginales o conflictivos, desvalorizan tu casa y no son interesantes para los inversores o para quien quiere vivir allí.

En cualquier caso, vender una propiedad en este momento te debería de reportar beneficios, aunque sean ajustados. Lo más adecuado es esperar a que remita la inflación, que la crisis provocada por los diferentes eventos negativos de estos últimos años, como la pandemia o la guerra de Ucrania, se sofoque y otra vez el mercado inmobiliario se reactive.