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Trabajadores de Abengoa durante la protesta realizada este jueves ante la consejería de Economía de la Junta de Andalucía en Sevilla. EFE
El juzgado pone en fase de liquidación la matriz de Abengoa y ordena su disolución

El juzgado pone en fase de liquidación la matriz de Abengoa y ordena su disolución

La compañía, que no alcanzó un acuerdo con sus acreedores, carece de activos porque la mayoría están en la filial Abenewco 1, que ha pedido ir al preconcurso

colpisa

Madrid

Viernes, 1 de julio 2022, 22:17

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El juez del Tribunal de Instancia Mercantil de Sevilla encargado del procedimiento concursal de la matriz de Abengoa ha abierto la fase de liquidación de la empresa ante su incapacidad para hacer frente a las deudas multimillonarias que arrastra en un agujero que comenzó hace ocho años cuando en 2015 reconoció una deuda de más de 9.000 millones de euros. Por ello ha declarado la disolución de la misma y el cese de todos sus administradores una finalizado el 30 de junio sin éxito el plazo para llegar a un acuerdo con sus acreedores, según informó este viernes la compañía.

En este sentido, el juzgado ha decidido dejar en suspenso las facultades de administración y disposición de Abengoa sobre su patrimonio, según recoge la Ley Concursal para estos supuestos. Ello supone la salida del consejo de administración actual, presidido por Clemente Fernández. No obstante, podrán seguir en sus cargos aquellos que estén ejerciendo la representación de la empresa en el procedimiento y en los incidentes donde sea parte. Los demás serán sustituidos por la administración concursal, según apuntan fuentes jurídicas.

Asimismo, el juez ha ordenado a la empresa que presente el plan de liquidación de bienes y derechos integrados en la masa activa, como recoge la ley. Sin embargo, la matriz de Abengoa no dispone prácticamente de activos porque los acreedores acordaron en 2020 vaciarla de bienes productivos y transferirlos a Abenewco 1. Esta sociedad pretendía ser, según el plan del tercer rescate del grupo -presentado por su expresidente, Gonzalo Urquijo- el vehículo para salvarla.

Sin ayuda de la SEPI

En esa planificación era clave el papel del fondo estadounidense TerraMar Capital, que aspiraba a quedarse con el 70% de la compañía a cambio de inyectar en ella 200 millones de euros, mientras el 30% restante lo tendrían los acreedores. Pero antes era necesario que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) diera luz verde a la ayuda pública de 249 millones solicitada por seis de sus filiales.

Finalmente no ha sido así y aunque el consejo -crítico con la opción de TerraMar- había pedido dos meses más de plazo, el juzgado lo ha denegado ante la falta de garantías. Su resolución, sin embargo, aún puede ser recurrida por el equipo de Fernández,.

El año pasado Abengoa registró una cifra de negocio de 1.000 millones de euros, con unos beneficios operativos de más de 160 millones. En cuanto a su pasivo, la deuda pendiente de pago ascendía todavía a 5.000 millones. Pero la SEPI (el Estado tiene el 3,1% de las acciones de la compañía) no terminaba de ver claras las cuentas de la empresa: ponía en duda la validez de ajustes fiscales por valor de 2.000 millones y, además, incidía en que las contingencias pendientes por diferentes litigios y reclamaciones judiciales rozaban los 963 millones de euros.

En paralelo, seguirá la tramitación de la petición de preconcurso hecha por 27 filiales de Abengoa, incluida Abenewco 1. De obtenerlo, dispondrían de cuatro meses para buscar una solución financiera con los acreedores que pudiera salvar a la sociedad de una quiebra próxima. En total, se estima que este grupo industrial tiene en España cerca de 3.000 trabajadores, un tercio de ellos en Andalucía.

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