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José Antonio Fuertes, Valduino Fernández, Daniel Martínez (presidente) y Romualdo Castro, miembros del consejo rector de la cooperativa. E.N.

«El principal desafío ahora para la ganadería y la agricultura es la mano de obra»

La entidad leonesa centra la actividad en la agricultura, el vacuno y el ovino para mantener la actividad en el medio rural

Andrea Díez

León

Domingo, 9 de noviembre 2025, 08:46

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A punto de concluir el Año Internacional de las Cooperativas proclamado por la ONU, el presidente de la Cooperativa Vega Esla, Daniel Martínez, reflexiona sobre esta fórmula que permite la unión de agricultores y ganaderos para mejorar su competitividad, en este caso, desde Toral de los Guzmanes.

–En 1986 dieron sus primeros pasos y casi cuarenta años después siguen dando la batalla. ¿Cómo ha sido el camino?

–El principal objetivo siempre ha sido el socio, defendiendo los contratos de nuestros productos lácteos y comercializando con calidad y precio. Esta cooperativa nació gracias al impulso de un grupo de ganaderos de la vega de Toral comprometidos con la promoción del cooperativismo agrario. Comprendieron que la unión fortalecía su actividad y así nació esta cooperativa con una buena base agrícola de regadío y tradición ganadera.

–¿Qué papel desempeñan los socios en la toma de decisiones?

–Actualmente somos 31 asociados de vacuno, siete de ovino y 34 socios agrícolas y las decisiones del día a día se toman en el Consejo Rector. En el caso de que las propuestas planteadas conlleven un desembolso económico importante o sean de mayor calado, se convoca Asamblea General. Lo que puedo decir, en este sentido, es que la cooperativa es un ente totalmente democrático ya que las decisiones se adoptan por el consejo rector, como he comentado, que está formado por socios y elegido democráticamente en las asambleas.

–¿Y la presidencia es rotatoria?

–Efectivamente, se vota cada cuatro años. En mi caso entré a ocupar el cargo en mayo de este año, pero llevo como vicepresidente desde 2016. Una peculiaridad que tenemos en la cooperativa es que para dar voz a todo aquel que entre nuevo se rota también el consejo. Aunque los cargos duran cuatro años se hacen elecciones cada dos años para cambiar el consejo y así poder asegurar la participación máxima de todos los socios.

–¿Y qué objetivos se han marcado para esta etapa?

–Principalmente, la incorporación de nuevos socios y que la cooperativa siga funcionando y dando el mejor servicio posible. No es fácil aumentar el número de asociados porque cuando se fundó eran 73 ganaderos y hoy en día, entre todos sumamos 81 socios. Buscamos siempre una defensa de precios sostenibles de las materias primas que se producen.

–¿Está complicado el relevo generacional?

–Mucho porque los socios cada vez son más mayores y prácticamente no queda juventud en el sector. No es fácil convencer a nuevas generaciones de ver en el campo una oportunidad de futuro. Nos gustaría tener una varita mágica para poder atraer a gente al sector primario. Es muy difícil que la juventud se acerque.

–¿Qué barreras se encuentran?

–Es que hacer cualquier inversión en tema de naves o robotización o montar una granja puede ser prácticamente inviable. No sé cuál es la solución, pero es cierto que hay que seguir luchando y trabajando.

–Pero las nuevas herramientas tecnológicas ayudan...

–Creo que la robotización es el futuro, facilita el trabajo y contribuye a un aumento significativo de la producción. Nosotros estamos actualizados, por ejemplo las guías para el movimiento y traslado de animales se pueden realizar en la cooperativa, todo lo relativo al cuaderno de campo también es un servicio que se ofrece para quién lo desee. Y en cuanto a los programas para el funcionamiento interno de la cooperativa tengo que decir que son muy caros.

–¿Qué impacto económico tiene la cooperativa en el entorno?

–Creo que la facturación de 31 millones de euros lo dice todo. Tenemos un área de trabajo principal que es alrededor de la cooperativa, pero también se vende maíz y cebada a otras fábricas de pienso y ganaderos. Creo que las cooperativas son necesarias para que el tejido rural funcione de una forma activa. Se compra maíz y cebada a socios y agricultores que se utilizan luego para la fabricación y venta de pienso y cereales.

–Los precios justos son una histórica reivindicación del campo

–Así es. Por ejemplo, para cereales nosotros nos fijamos en el precio de la lonja de León y además, se paga luego un plus al socio. Para la leche tenemos un acuerdo de largo tiempo con una empresa del sector lácteo (García Baquero) para la venta de lo que producimos.

–¿Hay un plan para seguir siendo competitivos en el mercado?

–Tenemos una fábrica de piensos de última generación de la que salen 12 millones de kilos al año, contamos con secadero de maíz propio y silos impermeabilizados para mantener el cereal en las mejores condiciones posibles. Además, los siete socios en activo de ovino producen 2,7 millones litros de leche al año y 40 millones de leche vaca.

–¿Y se plantean nuevas inversiones en instalaciones?

–Ahora mismo tenemos una fábrica muy moderna con todo informatizado. Los socios tanto agricultores como ganaderos llevan sus cereales a la cooperativa porque disponemos de un almacén propio lo que facilita la logística. De esta forma, no dependemos de estar comprando a alguien y sumarle además los portes de transporte.

–Y precisamente en relación con la transformación digital, ¿hay un cambio en los perfiles que se necesitan?

–El principal desafío ahora para la ganadería y la agricultura es la mano de obra. Porque por ejemplo, en cuestión de piensos, nosotros trabajamos con una empresa especializada en nutrición animal y gestión ganadera para poder ofrecer fórmulas de pienso exclusivas para cada ganadero.

–En su hoja de ruta de cara al próximo año, ¿qué objetivos se plantean?

–Buscamos el crecimiento de volumen y capacidad de nuestros socios. Por eso destacamos especialmente, el que la cooperativa ofrece un servicio integral como es la comercialización de la leche a un precio muy bueno y contamos con la fábrica de piensos con muy buen asesoramiento de los nutrólogos.

–¿Han hablado sobre el nuevo documento de la PAC?

–Nos preocupa la rotación de cultivos porque un agricultor puede jugar más con diferentes tipos de siembra, pero una granja en la que normalmente se suele utilizar maíz y forrajes, el que tengas que rotar a otro tipo de cultivos que no te valgan para tu explotación ganadera es una preocupación. Y por supuesto, también la reducción del presupuesto.

Y en el día a día, ¿cuáles son las preocupaciones?

–En el sector ganadero, aunque aquí no ha llegado, se está pendiente de la dermatosis nodular contagiosa. Aparte de los precios de venta de cereales y leche que son preocupaciones del consejo rector para seguir remunerando bien a los socios.

–¿Cómo perciben la evolución del consumo de los productos que elaboran?

–Un poco a la baja, como el número de ganaderos, a nivel general. En nuestro caso estamos manteniendo la cifra de negocio y nuestros socios van aumentando. Hemos aumentado un 8% la producción de leche en lo que llevamos de año, pero vemos el futuro incierto por el relevo.

–¿Los consumidores demandan productos hechos en la comunidad?

–Creo que la sociedad está comprometida con el sector, pero sigue habiendo un punto de lejanía entre el productor del sector primario y el consumidor final. Hay que valorar el poder tener productos de calidad y cerca de casa.

–Además, cuentan con una quesería artesana

–Que nos han dado muchas alegrías, nos han hecho pedidos de todo el mundo en el momento en el que empezaron a premiar nuestros quesos en los World Cheese Award. Se vende a través de la cooperativa, la web y algunos distribuidores, pero hay que tener en cuenta que no son grandes volúmenes porque estamos hablando de unos quesos artesanos. Hacemos solamente oveja y vaca, no hacemos mezcla.

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