«Aquí le ponemos letras a los números, detrás de cada cuenta hay una historia»
Paloma Villar Rodríguez, jefa de zona Valladolid Caja Rural de Zamora ·
La cooperativa abrirá su décima oficina la próxima semana en Valladolid en su apuesta de expansión en el territorioCumple un cuarto de siglo en Caja Rural de Zamora asumiendo la responsabilidad de coordinar, supervisar la red y «dar apoyo a apoyo a los compañeros. Uno solo no es nadie, el equipo es el motor», explica Paloma Villar Rodríguez, jefa de zona Valladolid Caja Rural de Zamora.
–¿Cómo ve el papel de la Caja Rural de Zamora en el desarrollo local en que operan?
–Somos la única entidad local del territorio, comprometida con el presente y futuro porque por nuestra propia definición somos cajas locales. Estamos en Valladolid, León, Zamora donde se concentra nuestra actividad pero también con presencia en Madrid y Orense.
–¿De qué forma se traduce vuestro apoyo a las iniciativas que os llegan?
–Apoyamos mediante todo tipo de financiación, con acceso directo... creemos en la ilusión de la gente y apostamos por estudiar cada propuesta y siempre escuchamos. Hay cuatro elementos que nos representan: cercanía, confianza, profesionalidad y trato amistoso. Nuestras oficinas siempre están abiertas.
–¿Qué les distingue de la banca tradicional?
–Llevo 25 años trabajando aquí y siempre ha habido una cercanía, sabemos los nombres y apellidos de los clientes, no tenemos cita previa pero sí todos los elementos digitales al igual que la gran banca porque no dejamos de ser una banca del S.XXI
–¿Qué planes se contemplan para Valladolid?
–Inauguramos la décima oficina en Valladolid la próxima semana y tenemos cinco más en la provincia. Creemos que Valladolid necesita una caja local, una caja de Valladolid, una caja cercana. El plan estratégico es consolidar el proyecto de caja de Valladolid y de aquí a que acabe el año tenemos previsión de abrir otras dos oficinas en la capital. Aspiramos a ser la red bancaria con mayor implantación en Valladolid.
–Son una entidad apegada al territorio...
–Es fundamental no perder nuestras raíces y tener los pies e la tierra. En Castilla y León todos somos rurales y somos una entidad que ha apostado con orgullo por el nombre sin dejar a un lado el desarrollo tecnológico.
–¿Cuál es el perfil de sus clientes?
–Está todo muy diversificado, tenemos comercio, profesionales y autónomos, industria, pensionistas, jóvenes que solicitan hipotecas...
–¿Qué peso tiene el compromiso social en su estructura?
–Es muy importante porque a través de la Fundación y las colaboraciones que hacemos, el desarrollo social impulsa también el desarrollo económico.
–Han evitado la tendencia de cerrar oficinas...
–El trato directo es fundamental, que la gente sepa que somos una entidad amiga, sabemos escuchar. Aquí le ponemos letras a los números, detrás de cada cuenta hay una historia de vida. Es muy importante escuchar.
–¿Qué estrategias están implementando para adaptarse a la digitalización?
–Tenemos en Madrid, nuestra sociedad participada Rural Servicios Informáticos (RSI) que se dedica a todo el desarrollo telemático y digital. Es una sociedad en la que trabajan un millar de personas para todo el grupo nacional de cajas rurales. E igual que la gran banca ofrecemos todos los servicios tecnológicos pero manteniendo nuestro ADN. La gente joven y el mundo empresarial demanda estas herramientas pero siempre recordando que cuando se va a acometer un proyecto o una inversión el contacto personal es importante.
–¿La atracción de un público joven es un reto ?
–Precisamente, estamos a punto de lanzar una nueva campaña para los jóvenes, la nueva cuenta joven de catorce a treinta años. Se trata de una campaña 'Joven In' en la que hemos trabajado todas las cajas rurales. Estamos pendientes de toda la evolución tecnológica pero el asesoramiento personal es vital en nuestra forma de hacer banca.
–¿Qué medidas tiene implementadas la caja rural para promover la sostenibilidad?
–Es un concepto, el de sostenibilidad, que tenemos muy interiorizado porque tenemos un grupo de empresas dentro de la entidad en el que se lleva trabajando mucho tiempo en el tema de renovables y eficiencia energética. Forma también parte de la cultura de nuestra entidad y también de la exigencias normativas europeas.
–¿Qué momento recuerda que haya marcado un punto de inflexión?
–Hemos vivido unas cuantas crisis económicas en España y una pandemia. Esta es una entidad que tiene muy diversificado el riesgo. En la época de la pandemia nos adelantamos a los clientes y fuimos la entidad que firmó los ICOS en 72 horas . Nuestros clientes nos lo agradecieron, tuvimos mucha agilidad. La toma de decisiones está aquí, no está lejos y este es otro elemento que nos diferencia. En un momento tan complicado como ese la rapidez a la hora de tomar decisiones fue muy importante.
–¿Qué números acompañan a su crecimiento?
–Hace poco se publicaron los datos. En 2024, Caja Rural de Zamora , como grupo, superó los 7.200 millones de euros de volumen de negocio.
–¿Perspectivas a futuro?
–Queremos seguir creciendo aunque la máxima del beneficio no es un elemento que distorsione la forma de trabajar y de hacer. Tenemos una parte social muy importante. El 12% de los beneficios se dirigen a al Fondo de Educación y Promoción (FEP) de carácter social. Comprende todas las acciones vinculadas al desarrollo social, educación, medio ambiente, cultura, deporte, entre otras. Y no me olvido del compromiso con el tercer sector que nos parece fundamental.
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