El Andorra asalta El Toralín y deja a la Deportiva sin ascenso

Pocas personas podrían llegar a imaginar un escenario tan cruel como el que le tocó vivir a la Deportiva. Era su día. Con una ciudad volcada, El Toralín hasta la bandera y el equipo, posiblemente, en el mejor momento de la temporada. Pero, el Andorra, que ya venía demostrando no tener nada que envidiar a los de Javi Rey, asaltó el feudo berciano (0-1) para conseguir el ascenso a Segunda y dejar a los blanquiazules a las puertas de su gran sueño.

De esta forma, el nuevo proyecto de Javi Rey evidencia sus cimientos de cara al futuro, pero se despide con un varapalo tremendo a todos los niveles tras tocar el ascenso con la yema de los dedos y acabar perdiéndolo en casa.

La afición de la Deportiva intentó llevar en volandas a su equipo tras conseguir teñir las calles de blanquiazul y generar un ambiente único. Además, la previa culminó con el tifo desplegado en un estadio que batió el récord histórico de afluencia, con 8.492 espectadores, sesenta más que la mejor entrada registrada hasta la fecha.

En cuanto a las alineaciones, lo único destacable fue la presencia de Pau Ferrer en la delantera blanquiazul en detrimento de José Luis Cortés, que se lesionó en la ida y no llegó en condiciones de ser titular. Doue volvió a ocupar el centro del campo junto a Esquerdo y Andoni partió desde el lateral zurdo.

El ambiente de El Toralín llevó a la Deportiva a mostrar su versión más agresiva en el inicio, presionando arriba para impedir la salida de balón del Andorra, aunque también con la consciencia de que la temperatura y la dificultad del escenario iban a requerir un esfuerzo físico superior al habitual. Quizás, el Andorra se excedió en cuanto a sangre fría sacando el balón y eso provoco el robo de los locales y las primeras ocasiones a su favor, con Bustos y Yeray como protagonistas.

El inicio fue mejor del cuadro berciano y así se plasmó sobre el césped en cuanto a número de ocasiones durante la primera media hora. El conjunto tricolor buscaba aprovechar sus opciones al contragolpe y a balón parado, pero ni así obligaron a intervenir a un Andrés Prieto muy tranquilo hasta el momento.

Traspasado el ecuador del primer acto, ambos conjuntos optaron por una versión más directa de su fútbol y tanto Doue para los locales como Manu Nieto para los visitantes estuvieron cerca de abrir el marcador con sus disparos.

Después del arreón inicial, el Andorra subió de marcha y consiguió mayor presencia en campo rival, sumando por primera vez varios minutos consecutivos de combinaciones con la Deportiva embotellada en su área. Sin embargo, como en la ida, les estaba faltando pegada en el último cuarto para poder rematar sus jugadas.

La tensión estaba muy latente sobre el césped y así se reflejó tras el pitido inicial de la primera mitad, cuando jugadores de ambos equipos fueron a protestar al colegiado y protagonizaron una pequeña tangana que, por suerte, no fue a más.

El guion tras el paso por vestuarios fue muy distinto, convirtiendo el partido en un cúmulo de duelos sin acciones destacadas a nivel futbolístico. Rompió esta dinámica Lautaro de León con un gran disparo desde la frontal del área que se estrelló en el larguero. Sería el propio delantero quien, en la jugada siguiente, recibió el balón dentro del área y fue trabado por Andrés Prieto, provocando un penalti a su favor. Aunque el guardameta paró la pena máxima, el ariete consiguió anotar en el rebote.

El gol visitante cambió por completo el contexto del partido, obligando a la Deportiva a dar un paso adelante para, al menos, igualar la contienda. Lo consiguió hacer Borja Valle cinco minutos más tarde, pero el árbitro decretó fuera de juego.

Javi Rey optó por los primeros cambios para intentar dar la vuelta a la eliminatoria, dejando a Borja Valle de interior para formar con doble punta. El nerviosismo estaba muy presente en los jugadores y el Andorra lo quiso aprovechar para sentenciar, pero lo que consiguieron simplemente fue dejar correr el reloj, algo también muy importante en la búsqueda del objetivo.

Con la llegada de los últimos diez minutos, la Deportiva consiguió dar un paso adelante, al menos lo suficiente para enganchar de nuevo a El Toralín. Las gradas, que de épica saben mucho, se volcaron por completo para los últimos minutos de la temporada.

No se podrá discutir que los blanquiazules se lo dejaron todo, pero la realidad es que su esfuerzo no fue equivalente a opciones reales de peligro y, finalmente, se quedaron sin el anhelado ascenso de la forma más cruel. De esta forma, la Deportiva se quedó a las puertas del ascenso un año más y disputará una nueva temporada en Primera RFEF ante la desilusión de su gente.