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En Valdeón o lo que queda de él, es aún identificable la huella humana. bosque en los planos medios y pradería en el fondo de valle. Siro Sanz

Ecologismo criminal. Paisaje y paisanaje de la Montaña Oriental Leonesa

Muchos escriben y opinan que el paisaje de nuestra montaña es natural. Así se vende en las paletas y zafias promociones turísticas, tanto locales como provinciales de este ramo, también en las clónicas Casas del Parque, con su monotema de la nueva religión ecologista, adoradores de pajaritos, arbolitos, osos y el carnicero lobo.

Sábado, 6 de septiembre 2025, 09:25

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Muchos escriben y opinan que el paisaje de nuestra montaña es natural. Así se vende en las paletas y zafias promociones turísticas, tanto locales como provinciales de este ramo, también en las clónicas Casas del Parque, con su monotema de la nueva religión ecologista, adoradores de pajaritos, arbolitos, osos y el carnicero lobo. El paisaje de la Montaña de Riaño, desde Peñacorada hasta los puertos con Asturias y Cantabria, era hermoso, magnífico, extraordinario, pero menos natural de lo que nos pretendían vender y terminaron por convencer a las juntas vecinales de la montaña a cambio de nada, perdón.., a cambio de humo.

Era el fruto de siglos de trasformación producida por la huella que había dejado el trabajo agrícola y ganadero de generaciones. Ese paisaje legado por nuestros antepasados, se desvaneció en nuestro tiempo y se restituyó a las selvas lo que el hombre arrebató a la naturaleza a partir de la presura de Purello en 854 y Sisnando de Liébana en 874. Desde entonces, cada generación aceptó la carga de la anterior hasta nosotros, ahora cansados de la lucha y sometidos por leyes injustas que nos obligan a vivir en nuestros pueblos como comanches en sus reservas, lo hemos abandonado todo.

Mediante el estudio de las fuentes documentales del monasterio de Sahagún y Santa María de Otero podemos llegar a conocer cómo eran nuestros antepasados y el paisaje en el que se desenvolvieron sus vidas hace 1000 años. Ventas y donaciones mencionan el pago en especie: ganado, cereal etc; toponimia mayor y menor; aguas, acueductos, molinos; animales domésticos y salvajes.

En años buenos los ceresiales se mostrarían así, con sus ramas cargadas y sostenidas por varales. Siro Sanz

Se señala también la vegetación silvestre como la doméstica; la presencia de casas y hórreos; los cierres en fincas y prados por medio de tapias de piedra, sebes o setos vivos. Se citan los nombres de hombres, mujeres y su estatus social: la poderosa familia de los Flainez; campesinos, clérigos, jueces, sayones, notarios, escribas. Es esta documentación, una sonda que el pasado dirige hacia nosotros. He aquí una pequeña muestra de documentos referidos a nuestra tierra, custodiados durante 1000 años en los monasterios del glorioso Reino de León, atravesaron tiempos de guerra, pestes, incendios y el expolio de las desamortizaciones liberales.

El lenguaje utilizado es el bajo latín vulgar, origen de las lenguas romances. El paisaje montañés a finales del siglo X y principios del XI es más o menos el que perduró hasta la primera mitad del siglo XX. Los montes concejiles formados por robledales, hayedos, bosque de ribera, choperas y acebales que eran podados sistemáticamente cada año para alimentar el ganado durante el invierno. En 946 en Valdoré, dos hermanos Pedro y Vicente, son acusados de destruir dos límites o setos verdes de algunas fincas: et derumpit II limites uerdes; cambiar los mojones de piedra: et fiximus II moliones pedrinios y robar las mieses de esas fincas: et asucavimus tua mese (Valdoré. a. 946. Doc 4. Otero de las Dueñas. J, A. Fernández/ M. Herrero).

El abuso en los montes tan importantes para la supervivencia de las comunidades campesinas era perseguido y castigado por la autoridad. Como antecedente de las ordenanzas concejiles impresas a partir del siglo XVI que protegían los montes tenemos este documento de 1022. Dono y su hijo Leovigildo, juntamente con Maxito y Vermudo donan a Pedro Flaínez y su madre Justa tierras y montes de roble en el territorio de Noanca (Reyero).

Cerezos y manzanos se mencionan constantemente en la relación de frutales cultivados en los huertos medievales. Especies muy afectadas por heladas y cambios de temperatura primaverales, tan frecuentes en la Montaña. Siro Sanz

El sacerdote Cidi les acusó en juicio por haber talado y hecho grandes calvas en un monte de roble con fuego: roboreto montani que taliaront et dekalvaront y además se atrevieron a mover los mojones en el mismo monte: illas arcas petrinias que conmoverunt in ispso monte. Fueron condenados en 300 sueldos de plata a pagar en heredades que tenían en Reyero; un buen caballo para la guerra valía entonces 30 sueldos y un buey de labranza 7 sueldos (Noanka. a.1022. Doc149. Otero de las Dueñas. J, A. Fernández/ M. Herrero). Estos documentos son también una fuente inagotable de toponimia menor que aún perdura. En 949 se cita en Valdoré: Monticello, actual Monticiello, pradería de la margen derecha del Esla, lugar en el que se vendía una tierra por la que se pagaba un buen carnero y una masa de hierro: et acepi de te in pretio uno karnarium placibile et masa de ferro (Valdoré. a. 949. Doc 7. Otero. J, A. Fernández/ M. Herrero).

La ausencia de plata y oro amonedado se hace patente al momento de pagar en especie las propiedades en venta. Así por la tercera parte de otra tierra también en Monticello se recibe en pago una cabra con su cabrito: et acepimus de te in pretio kabra cum suo filio (Valdoré. a. 949. Doc 8. Otero. J, A. Fernández/ M. Herrero). Los huertos frutales adquieren gran importancia y estima. A menudo se nombra el pumar en su sentido individual de manzano o colectivo de manzanal. En Felechas, por ejemplo, se vende al conde Munio Flaínez, media cuarta parte de un pumar (manzanal), la mitad de otro pumar cercado (clusa) y se recibe a cambio dos vacas, una de ellas preñada y un carnero: vinderemus uobis..., acepi de uos in pretio vacca becerata et alia vacca et carnario (Felechas. a. 961. Doc 12. Otero. J, A. Fernández/ M. Herrero).

De nuevo en Monticello-Valdoré por donación se entrega al presbítero Braiolo diversos frutales: pomíferos, ceresiales et ceroliares et peredos, es decir: manzanos, cerezos, ciruelos, perales (Valdoré. a. 964. Doc 14. Otero. J, A. Fernández/ M. Herrero). La abundancia de manzanos en Valdoré trae consigo la presencia de lagares para la producción de sidra; una bebida corriente en nuestra montaña en aquellos tiempos. Es una venta de cierta importancia pues por esas tierras, casas, hórreos, manzanales y lagar se pagan 3 vacas, 15 terneros, 1 cobertor y una saya: et acepimus de vobis in pretio pro ipsas terras et pumares.., et kasas et oreos et lacar vacas III, et recelos XV, et kainabe I, et sagia I (Valdoré. a. 1006. Doc 67. Otero. J, A. Fernández/ M. Herrero).

En Villar, hoy un despoblado del Valle de Valdoré, se vende en 1000, una tierra con sus manzanos valorado en siete sueldos de plata que es en lo que está valorado el buey que se entrega para sellar la venta: terra qui est in Orete, in Vilare, in illo pumare.., et adcepit de vobis in pretio, por ipsa terra et ipsos pumares , bobe valiente solidos VII (El Villar. a. 1000. Doc 48. Otero. J, A. Fernández/ M. Herrero). Todos los parajes que se describen en la documentación son hoy selvas impervias, solo practicables para las fieras y destinadas a ser devoradas por los incendios.

En nuestros montes concejiles se nos prohíbe hasta coger una rama de orégano o de genciana. Que las juntas vecinales, últimos testigos del antiguo concejo leonés, se aparten de los partidos que las han pervertido dividiendo a los vecinos, se apresten a la lucha y se defiendan de leyes injustas dictadas por los señores feudales actúales que echan la culpa de todo al cambio climático: Montes; Confederaciones y Directivas del Marco del Agua, que destruyen azudes y derechos de regantes; Red Natura 2000; Leyes de Sanidad Animal y su transporte etc. Apañados estamos con esta tropa…

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