Borrar
Tomás Ámez y Imad Niya, en la panadería La Nueva. Sandra Santos

Desde Marruecos para reabrir la panadería de un pueblo de León: «Nos han enseñado a hacer pastas, rosquillas y magdalenas»

Las recetas caseras de la panadería La Nueva seguirán endulzando los paladares de los vecinos de Toral de los Guzmanes gracias a la llegada de un joven marroquí

Sábado, 12 de julio 2025

Comenta

Hace tres años la panadería de Tomás echaba la trapa sin ningún atisbo de volver a endulzar los paladares de los vecinos de Toral de los Guzmanes. El olor a pan recién hecho, a pastas, a anís, las manchas de harina y los madrugones llegaban a su fin un 31 de diciembre. La Nueva cerraba después de más de 70 años horneando pan, primero de la mano de su padre y después junto a su hermano Arcadio.

Los hermanos Ámez fueron los panaderos del pueblo hasta su jubilación, en una profesión que no entiende de horarios, ni de fiestas, ni de vacaciones, porque el pan se come todos los días: «Yo empezaba a las tres de la mañana, terminábamos de hacer el pan y a las ocho ya salía un furgón con pan y luego yo a las nueve salía para Valencia, Villademor o San Millán porque los que estábamos en la panadería salíamos también a repartir» recuerda Tomás Ámez, panadero, ya jubilado, de Toral de los Guzmanes.

No bajaban de las 700 al día llegando hasta las 1.200 un domingo entre barras normales, chapatas, bregados, tortas, integrales o sin sal. Un sinfín de variedades que, con el cierre inesperado, dejaban casi huérfanos a toda una comarca.

Años de sacrificio, esfuerzo y trabajo constante de Tomás, su hermano, su mujer y su cuñada que llegaron a su fin con la tristeza de no encontrar un relevo a un negocio que tantas alegrías les había dado. Pero, el destino les tenía preparada una sorpresa.

Imagen principal - Desde Marruecos para reabrir la panadería de un pueblo de León: «Nos han enseñado a hacer pastas, rosquillas y magdalenas»
Imagen secundaria 1 - Desde Marruecos para reabrir la panadería de un pueblo de León: «Nos han enseñado a hacer pastas, rosquillas y magdalenas»
Imagen secundaria 2 - Desde Marruecos para reabrir la panadería de un pueblo de León: «Nos han enseñado a hacer pastas, rosquillas y magdalenas»

«Un 31 de diciembre dejé de hacer pan y la puse a traspasar. No preguntaron por ella hasta este último año que han venido a verla cuatro», comenta Ámez, pero el local, en el que habían llegado a trabajar hasta ocho personas, era demasiado grande para todos: «Hasta que vino el amigo este, se atrevió y por lo que le veo tiene muchas ganas, está cogiendo clientes y el pan lo está haciendo, por no decir igual, a lo mejor hasta mejor que yo», comenta entre risas.

Y con «este», Tomás se refiere a Imad Niya, que se ponía en contacto con él y en menos de 15 días ya tenían un acuerdo cerrado. La Nueva volvía así a encender un horno en una singular permuta multicultural donde el aprendizaje y la solidaridad fueron fundamentales: «Si nos necesita, tanto a mí como a mi hermano, venimos y le echamos una mano si tiene algún problema con alguna máquina o algún cliente», explica Tomás.

Una ayuda que no sólo se ha quedado en asuntos meramente laborales sino que ha ido más allá proporcionándoles a Imad y a su mujer las recetas de todos los dulces que se vendían en La Nueva antes de que Tomás apagara los hornos: «El tema de la repostería lo ha cogido su mujer y él hace las empanadas, que las hace riquísimas, y su mujer hace las pastas y las palmeras muy bien. No se distingue de las que hacíamos nosotros a las de ahora», comenta Ámez.

«Tomás es muy buena persona. Nos han ayudado mucho tanto él como su hermano y su cuñada. Nos han enseñado a hacer pastas caseras, rosquillas o magdalenas con su receta» explica Imad, un joven marroquí de 32 años que hace 10 decidió poner rumbo a España para ganarse la vida. Llegó solo y ahora vive con su mujer y su hija de 14 meses en Toral de los Guzmanes, un pueblo al que llegó después de haber vivido en Logroño, Zamora y Palencia.

Imad posa con una variedad de empanadas. Sandra Santos

«En Marruecos trabajé de mucho de panadero y aquí en España también, pero quería empezar un negocio mío», comenta el joven que llegó a Toral un 23 de mayo de 2025 después de ver en internet el anuncio del traspaso de la panadería de Tomás y su conexión fue inmediata: «No lo dudó, vino, lo vió, le gustó y dijo que sí. En 15 días lo teníamos hecho», recuerda Tomás.

Ahora, junto a su mujer, regenta la panadería con la responsabilidad de volver a hacer que el olor a pan recién hecho vuelva a colarse por las ventanas de los vecinos de Toral: «Se empieza primero con el pan, después las empanadas, la bollería y después a hacer los pedidos con la furgoneta hacia Valencia de Don Juan, tiendas, bares, restaurantes y a las diez se abre la tienda», comenta con ilusión Imad.

Ganas e ilusión no les faltan como tampoco lo hacen Tomás y su familia dándoles el espaldarazo que necesitaban para ganarse a todo un pueblo en poco más de un mes: «El estigma social está ahí pero se está ganando la confianza de la gente y no va a tener ningún problema. Se les ve con ganas, ilusión y más no se les puede pedir con una panadería que estaba cerrada desde hacía tres años y lo que están haciendo, que están haciendo ya 200 barras más los molletes y el resto, más no se les puede pedir», comenta orgulloso Ámez.

Tomás y Imad detrás del mostrador de la panadería. Sandra Santos

«Nadie en el pueblo me ha dicho algo malo del pan, me han dicho que está todo muy bueno. Se puede comer el pan de hoy, mañana» explica Imad que ya se plantea el introducir productos procedentes de Marruecos: «Sí, voy a meter, pero ahora todavía no porque tenemos mucho jaleo con la mujer que es la que sabe hacerlo, pero para más adelante lo voy a hacer».

Un relevo generacional que, aunque no sea consanguíneo, comparte un corazón con mucha miga.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

leonoticias Desde Marruecos para reabrir la panadería de un pueblo de León: «Nos han enseñado a hacer pastas, rosquillas y magdalenas»