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El patinador español Javier Fernandez. EFE
El patinaje artístico sobre hielo

El patinaje artístico sobre hielo

Ciencia en píldoras ·

Cuando el patinador está girando y quiere detenerse, extiende los brazos

MANUEL J. TELLO

Domingo, 11 de octubre 2020, 04:04

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Detrás de las cautivadoras actuaciones del patinaje artístico sobre hielo hay mucho entrenamiento... y mucha física. Por un lado, está el deslizamiento –su explicación afecta indirectamente al patinador, pero sigue siendo un tema de investigación–; y, por otro, los movimientos del patinador que deben ser compatibles con las leyes de la mecánica clásica.

Los patines de cuchillas marcaron un hito en el patinaje sobre hielo. Pero, ¿se puede explicar su deslizamiento? Hasta 2018 la explicación se basaba en que una capa de agua líquida, creada por tres efectos, funciona como un lubricante superficial. Los tres efectos son: la presión del patín, el incremento de temperatura debida al rozamiento de la cuchilla con el hielo y la llamada prefusión. Recientemente, se ha publicado una nueva y sutil explicación: las moléculas de agua superficial, débilmente unidas al hielo, se difunden en la superficie con un movimiento rodante que facilita el deslizamiento. Algo que, combinado con el hecho de que el hielo permanece muy duro hasta temperaturas próximas a su fusión, también explica por qué no es posible deslizarse casi sin rozamiento sobre otro material.

Veamos ahora cómo los movimientos artísticos vienen definidos por leyes de la física. Por ejemplo, un salto con rotación es una combinación precisa de fuerza, velocidad vertical, momento angular, velocidad, fricción y sincronización. La velocidad vertical cumple el principio de acción y reacción. Con sus piernas, el patinador ejerce una fuerza sobre el hielo y este reacciona con una fuerza igual hacia arriba. El número de giros depende de la altura. Para cuatro giros necesitan velocidades de rotación entre 350 y 400 revoluciones por minuto (rpm). Para cinco giros necesitarían unas 500 rpm. Algo que parece inhumano. La velocidad de rotación está regulada por una magnitud física que se llama momento angular, la cual se conserva durante el salto. Esto permite, por ejemplo, modificar la velocidad de rotación abriendo o cerrando los brazos. Además, cuanto mayor sea el momento angular mayor será el número de revoluciones. A la inversa, si está girando, en el aire o el suelo, y quiere parar lo que hace es extender los brazos. La velocidad lineal es otro factor fundamental. Hace que el centro de gravedad del patinador durante un salto describa una parábola. Para conseguir sus retos, el patinador, además de entrenamiento, fuerza, talento y configuración atlética, necesita un equipo óptimo. Así, el patín de velocidad se diferencia bastante del de patinaje de figuras.

En el patín artístico las cuchillas en la parte delantera tienen picos o dientes puntiagudos. Permiten, clavándose en el hielo, detenerse o lanzarse en un salto. En cuanto al estado de la superficie del hielo, el patinaje artístico no es muy exigente. Por cierto, en el equilibrio del patinador la vertical de su centro de gravedad debe pasar por su apoyo en el suelo.

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