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David Hernández y Jackson Hernández tras realizar unas compras en una tienda de Algadefe.

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David Hernández y Jackson Hernández tras realizar unas compras en una tienda de Algadefe. A.P.C.

El pueblo de León con más inmigrantes: «A muchos nos va a perjudicar lo de Torre Pacheco»

A los marroquíes que llevan años trabajando en esta pequeña localidad del sur de la provincia se están uniendo muchos sudamericanos, africanos y algún europeo hasta representar, oficialmente, uno de cada cinco vecinos del municipio ·

Martes, 15 de julio 2025, 08:19

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El sol pega fuerte poco antes de la hora de comer en Algadefe y no son muchos los que se aventuran a transitar por sus calles. Algunos niños con sus bicis parecen sacados de otra década salvo porque para buscar a otro chico recurren al omnipresente teléfono móvil; varios veraneantes que ya han llegado a su pueblos; y otros venidos de más lejos, sin ascendentes en este pueblo ni en todo León, pero que residen en este municipio de forma permanente: los inmigrantes.

Un grupo de población que se ha convertido durante esta década en una inmensa minoría que, según los datos del Ayuntamiento, este 2025 está creciendo aún más.

Según los datos oficiales más actualizados publicados por el Instituto Nacional de Estadística, el 19,2% de los habitantes de Algadefe son de una nacionalidad distinta a la española. De los 302 habitantes censados en 2024, 56 eran de Marruecos, uno portugués y otro de un país africano sin especificar. Datos y porcentajes que se superarán con la llegada de inmigrantes desde Sudamérica, Europa y África. Un técnico municipal asegura que lleva unos meses que «no para de inscribir» a nuevos vecinos y que los inmigrantes pueden superar el centenar y el total de habitantes los 340.

«La convivencia es pacífica»

«De tres o cuatro años para acá es cuando tenemos una población inmigrante, mayoritariamente de Marruecos», comenta María del Pilar González Barrio, teniente de alcalde de Algadefe que comenta como «ahora está viniendo mucho argentino, peruano, venezolano. Podemos tener unas diez nacionalidades distintas».

«Hasta el momento y a día de hoy, la convivencia es pacífica, no tenemos ningún problema», valora la edil de esta localidad leonesas: «Trabajan mayoritariamente en las cuadras, en la ganadería. Hay mucha gente que está integrada, participa en las actividades del pueblo, colabora en los actos, en fiestas».

María del Pilar González y Jesús Jaular, en el Ayuntamiento de Algadefe.

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María del Pilar González y Jesús Jaular, en el Ayuntamiento de Algadefe. A.P.C.

Jesús Jaular, el alcalde del municipio leonés, cuenta como la integración es más algo «del día a día» aunque «se ha hecho así algún tipo de jornada, como en los últimos días de este curso con una convivencia de gente marroquí a la que asistieron todos los niños y sus madres».

El regidor valora de forma muy positiva la llegada de estos nuevos pobladores: «El tema costumbres y demás, se comparte un poquito más con los que llegan de Argentina, Perú y otros países americanos. Todos ellos sí que se acoplan mejor que los marroquíes, pero bueno, en general todo bien, muy bien. El idioma ayuda, claro».

Uno de los beneficios más importantes que se observan desde el municipio es el rejuvenecimiento de la población: «El tema de los niños es formidable y y la gente colabora al cien por ciento», comenta el alcalde. «Tenemos 18 niños en el colegio, que es para un pueblo de estos está fenomenal», añade María del Pilar.

«Gente pacífica

Jesús Jaular afirma que en todos estos años no ha habido «problemas de como lo que está saliendo en Torre Pacheco o los de El Ejido hace años. Aquí todos somos gente pacífica, se han acoplado bien al pueblo y no hay ningún problema. Estamos contentos con esta gente de fuera».

Explotaciones ganaderas en Algadefe.
Imagen principal - Explotaciones ganaderas en Algadefe.
Imagen secundaria 1 - Explotaciones ganaderas en Algadefe.
Imagen secundaria 2 - Explotaciones ganaderas en Algadefe.

Mismo sentir que comentan dos vecinos como José Luis y Cecilia que afirman que «como no producen ningún problema, son gente normal como con alguna costumbre distinta que no es incompatible con las nuestras, no me han producido problema ninguno». Y, reitera: «Ellos tienen sus pensamientos propios y se respetan, y respetan los nuestros».

Sobre lo ocurrido en Torre Pacheco, con un número mayor de inmigrantes pero con un reparto porcentual muy similar al de Algadefe, José Luis considera que la clave puede estar en una «situación distinta, porque aquí todos los que han venido lo han hecho con contrato laboral y con sus familias» mientras que «si tienes que buscarte la vida y eres ilegal y no encuentras trabajo, pues a veces pasa que hay que ir a algún sitio a coger para comer como puedas».

David y Jackson Hernández, antes de ir a sus casas en Algadefe. A.P.C.

«Aquí se vive en comunidad»

David Hernández ha llegado hace tres meses desde Chile con su familia. Como muchos otros trabaja en el campo o en algunas de las numerosas granjas de ganado vacuno y bovino de Algadefe. En este tiempo destaca «la tranquilidad» del pueblo: «Aquí se vive en comunidad». Asegura que los vecinos les han trasladado sus buenas sensaciones y que se sienten seguros: «Se ve a los niños aquí jugando en la noche. Eso es algo que está muy bien en el pueblo, que no hay delincuencia. La gente deja sus cosas, nadie le roba nada».

Tras hablar con David, de la única tienda de la localidad sale Jackson Hernández, de Venezuela. Él lleva todo el año aquí «mi familia es española» así que «estoy por arraigo familiar», y comenta como «en esta parte de España le gusta la seguridad en el transporte. Hay mucho respeto a nivel de peatón, cosa que en mi país no se ve».

«Van a salir perjudicados muchos inmigrantes que están acá»

Jackson llegó a Algadefe porque aquí le ofrecieron trabajo sin que fuera necesaria la tarjeta de identidad para extranjeros, sólo con el arraigo familiar fue posible: «Y mira, no me quejo. Es un muy buen pueblo, muy tranquilo, como dice mi compañero, muy seguro. No tengo esa preocupación de que alguien me quiera asaltar, robar. Hay mucho respeto y lo mejor es que he conocido a otras personas de otros países y nos entendemos muy bien. Argentinos, chilenos, peruanos, colombianos, también hay un italiano en la empresa y acaba de llegar un africano».

Sobre los conflictos racistas en Torre Pacheco cree que «debe haber un inicio, un comienzo para que se pueda desarrollar un conflicto» que achaca a una falta de comunicación, autocontrol y ayuda: «Vi las noticias, me sorprendió mucho. A raíz de eso van a salir perjudicados muchos inmigrantes que están acá».

Jackson añade que la ley, tanto para españoles como para extranjeros, debe ser igual y se debe aplicar sin que nadie se tome la justicia por su mano: «Si una persona cometió un acto de vandalismo, algún crimen, que toda la ley caiga sobre él. Nadie lo obligó a él a hacer eso y cada uno tiene que ser responsable de sus actos». También pide que no se generalice: «Que se den cuenta de que hay personas, yo me incluyo, que somos profesionales que venimos a este país por una mejor oportunidad de vida, respetando la cultura en donde estamos. Somos seres humanos, personas; y de mi parte, pues cualquier persona de cualquier nacionalidad puede contar con mi ayuda y con mi apoyo».

Por último, muestra un rayo de esperanza antes de tomar el camino a casa junto a David: «No todo está perdido. Hay que darle la oportunidad al extranjero que vino a trabajar y a aportar al país, y que viene a ayudar también. Y a las personas que están cometiendo aquellas faltas, lamentablemente van a tener que ser sancionadas. Las leyes se crearon para algo y para todos, y deben cumplirse y que sean iguales para todos, entiendo».

La barrera del idioma

Tras intentar hablar con varios vecinos de nacionalidad marroquí, la barrera del idioma se muestra como el hecho diferenciador al que apuntan desde el Ayuntamiento y los vecinos que han hablado con Leonoticias.

Un hombre y una mujer marroquí en Algadefe, y una casa donde reside una familia de esta nacionalidad. A.P.C.
Imagen principal - Un hombre y una mujer marroquí en Algadefe, y una casa donde reside una familia de esta nacionalidad.
Imagen secundaria 1 - Un hombre y una mujer marroquí en Algadefe, y una casa donde reside una familia de esta nacionalidad.
Imagen secundaria 2 - Un hombre y una mujer marroquí en Algadefe, y una casa donde reside una familia de esta nacionalidad.

Un hombre que no quiso dar su nombre y que se escudó en su falta de comprensión con el castellano apenas dijo un «todo bien, sí» mientras se refugiaba en su casa.

Comportamiento similar al de una mujer que mientras tiraba la basura rehusó hacer cualquier tipo de declaración con una media sonrisa antes de volver a su vivienda, muy cercana a una explotación ganadera en las afueras del municipio.

El miedo a que se interpreten mal sus respuestas y sufrir algún tipo de reprimenda siempre están detrás de estos silencios que muestran que, aunque en Algadefe no hay ningún problema, las diferencia de idioma, cultura y costumbres pueden ser el germen de malas interpretaciones malintencionadas para hacer saltar la chispa.

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