La campaña de recogida de castaña en la provincia se cierra con una pérdida del 70% en la producción
Las altas temperaturas y la sequía han sido el caldo de cultivo perfecto para la aparición de hongos en unos castaños ya débiles por la avispilla
No está siendo un buen año para el campo leonés y los productores de castañas no se han librado de ello. Según ha reconocido el sello de calidad de Castaña del Bierzo, desde hace diez años esta es la peor campaña que se ha vivido, con una pérdida del 70% en la recogida respecto a otros años. «Estamos escasamente en 2,5 millones de kilos cuando se suele rondar los nueve millones» ha explicado Pablo Linares, director de la Mesa del Castaño del Bierzo.
Una pérdida de producción que es el resultado de la suma de varios factores como la sequía y el intenso calor que han estresado al árbol. «Los terrenos están en secano por lo que la sequía ha afectado pero también el intenso calor que no es habitual en la zona, llegando a temperaturas de 40 grados», ha puntualizado Linares quien ha destacado que los sotos tenían un estado sanitario delicado después de los ataques de avispilla. «A pesar de que empieza a equilibrarse, han aparecido hongos que han acabado con la castaña», señala.
Una realidad que los productores viven con disgusto y resignación aunque con esperanza ya que consideran que es difícil que vuelvan a coincidir todos estos factores en un futuro. «Esperamos que el año que viene recuperemos la producción normal», asegura el también director técnico de la Marca de Garantía 'Castaña del Bierzo'.
Combate biológico
Una de las razones de esta esperanza es que el combate biológico que se está teniendo con la avispilla, a través de la suelta del Torymus. «Sabemos que la avispilla no se va a erradicar, que va a seguir en nuestros sotos pero la podemos controlar. En las zonas que primero se dio la lucha biológica, en el bierzo oeste, ya estamos en el camino del equilibrio», asevera.
Otra de las buenas noticias es que se han comenzado a recuperar algunos de los sotos que estaban abandonados. Y es que aunque El Bierzo cuenta con 19.000 hectáreas de castaños, muchos siguen sin atenderse. «En los últimos años hay un interés creciente por mantenerlos, cuidarlos y comercializarlo. Hay un resurgir de la castañicultura pero va lento», puntualiza Linares quien es consciente de que la caída de la producción conllevará un enfriamiento de las nuevas producciones.
Calidad y precio
Respecto a la castaña que se puede encontrar el consumidor, asegura Linares que además de poca es de pequeño calibre, debido a las plagas que han impedido que crezca. «La que tiene el sello de calidad tiene un nivel alto y las empresas que no están dentro del sello también tratan de llegar al estándar», anuncia el director quien recuerda que las empresas realizan un cribado en la producción.
«El precio sí que ha estado en general más alto que otros años peor no compensa la perdidas de la cosecha», ha destacado Linares quien ha añadido que la perdida se incrementa con la subida de costes y combustible.
Así, Linares concluye que aunque el año es muy negativo para el productor, se debe hacer un balance a medio o largo plazo. «Y al final hay que ver que la media sea positiva. Desde hace 10 años la castañicultura tiene un saldo positivo», concluye.
