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Una instructora ayuda a realizar ejercicios de rehabilitacion dirigidos a personas aquejadas de enfermedades degenerativas. Rick Bowmer
El ejercicio de alta intensidad retrasa la progresión del Parkinson

El ejercicio de alta intensidad retrasa la progresión del Parkinson

La actividad física en las primeras etapas de la enfermedad disminuye el empeoramiento de sus síntomas

europa press

Madrid

Jueves, 21 de diciembre 2017, 18:12

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Investigadores de la Rush University Medical Center (Estados Unidos) han liderado un estudio que ha constatado que el ejercicio de alta intensidad tres veces por semana es seguro para las personas con Parkinson en estadio precoz y, no solo eso, sino que disminuye el empeoramiento de los síntomas de la enfermedad.

Así se desprende de los resultados de un estudio publicado en la revista 'JAMA Neurology', que analizó el impacto de la actividad física en las primeras etapas de la enfermedad, antes incluso de comenzar el tratamiento.

Los síntomas de la enfermedad de Parkinson incluyen la pérdida progresiva de control muscular, temblores, rigidez, lentitud y deterioro del equilibrio. Y a medida que la enfermedad avanza, puede ser difícil caminar, hablar y completar tareas simples.

En total el ensayo clínico incluyó a 128 participantes de entre 40 y 80 años, que durante seis meses practicaron tres días por semana ejercicio de alta intensidad, considerando como tal aquel que requiere del 80 al 85 por ciento de la frecuencia cardiaca máxima, comparando los datos con una actividad más moderada, que sitúa la frecuencia máxima en un 60-65 por ciento.

De este modo, vieron que las personas que se ejercitaron a una mayor intensidad retrasaron la progresión de los síntomas, mientras que los entrenamientos de intensidad moderada no tuvieron ningún efecto, ha explicado Deborah Hall, coautora de la investigación.

Hasta ahora la mayoría de los estudios no han medido o controlado con precisión la intensidad del ejercicio, y ninguno se ha realizado con una frecuencia cardiaca máxima del 80 al 85 por ciento porque se pensaba que puede ser demasiado estresante físicamente para estos pacientes.

Sin embargo, en este estudio los participantes pudieron mantener el ritmo de un ejercicio de cinta de alta intensidad al menos tres veces por semana.

Los resultados justifican una mayor exploración de los regímenes óptimos de ejercicio para la enfermedad de Parkinson y permiten evaluar si el ejercicio podría retrasar la progresión de la enfermedad.

"Cuanto más temprano intervenga en la enfermedad es más probable que pueda prevenir la progresión de la enfermedad", ha defendido Daniel Corcos, coautor del estudio.

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