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Reuters
Una mexicana, primera menor superdotada en ingresar en Harvard en un siglo

Una mexicana, primera menor superdotada en ingresar en Harvard en un siglo

Dafne Almazán, de 17 años, estudiará Matemáticas tras haberse licenciado en Psicología

EFE

México

Miércoles, 6 de febrero 2019, 17:48

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A los 13 años Dafne Almazán se convirtió en la psicóloga más joven del mundo. Hoy a sus 17 años es la mexicana de menos edad en ingresar a la Universidad de Harvard y la primera menor de 18 años en matricularse en dicha institución estadounidense en 100 años.

Dafne es una superdotada. Una niña que a los 6 años ya sabía leer y escribir, a los 10 ya había terminado la preparatoria y a los 13 la licenciatura en Psicología. Ahora cursará Matemáticas en la universidad estadounidense. Ella es una de los casi un millón de niños que tienen esta clase de talento en México.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a una persona superdotada como aquella con un Coeficiente Intelectual (CI) mayor a 130 puntos en alguna prueba psicométrica científica y estadísticamente validada. «Son niños como cualquier otro, solo que con un CI mucho mayor que el resto de la población«, asegura el doctor Asdrúbal Almazán, director del Centro de Atención a Talentos (Cedat) y padre de Dafne.

Sin embargo, Dafne considera que «los niños superdotados en México son estereotipados, mal diagnosticados y poco comprendidos». La joven psicóloga asegura que la gente cree que estos niños se la pasan mucho tiempo encerrados o que son una copia de Einstein. «Yo estudiaba pero también jugaba; aprendí a tocar instrumentos, paseaba a mis perros», asevera.

Asegura que además de la escuela le gusta la parte artística. «Estoy aprendiendo piano, violín, guitarra, canto y teatro». También estudia chino y practica taekwondo y kempo.

Mal diagnosticados

Dafne explica que muchos niños son mal diagnosticados con Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) pero en realidad «solo es que son más inteligentes». De acuerdo con datos del Cedat, el 93 % de los niños superdotados son confundidos y mal diagnosticados con TDAH, lo cual genera un manejo inadecuado y por tanto la pérdida de sus capacidades.

Pero Dafne tuvo la fortuna de nacer en una familia donde sus hermanos también son como ella. De hecho, su hermano mayor, Andrew, y su padre abrieron el Cedat, un lugar en que se trabaja con un modelo educativo desarrollado por aquel, en su momento también el psicólogo varón más joven del mundo.

Se trata de la Teoría Nouménica, un modelo psicopedagógico que se basa en mantener a los niños genios en su ambiente infantil pero con enseñanzas acordes a su intelecto. Plantea la necesidad de que sean atendidos por profesionales de la mente y la conducta igualmente sobrecapacitados, porque son quienes pueden atender y dar seguimiento a estos niños, a diferencia de lo que ocurre en escuelas convencionales.

Dafne, por ejemplo, nunca pisó un aula de una escuela convencional, pues la educación básica la cursó en línea. Sin embargo, ahora los niños del Cedat tienen la oportunidad de aprender en un entorno donde son comprendidos y ayudados. Pero Dafne también ha seguido el modelo de «aceleración radical» que significa dejar aprender al niño sin ningún freno. El doctor Asdrúbal Almazán asegura que de lo que se trata es de potenciar intelectualmente al niño.

Al Cedat acuden actualmente poco más de 300 niños que, como Dafne, son superdotados intelectualmente, aunque han atendido a más de 4.000. Ahí no solo se les dan clases escolares sino también extracurriculares como actividades artísticas y deportivas. Incluso Dafne ha impartido clases en el Centro, y asegura que eso influyó en la elección de la maestría que iniciará en Harvard.

Para poder identificar a este tipo de niños existe un perfil del superdotado, creado por Andrew Almazán. En él se detallan ciertas características de estos niños entre las que destacan la hiperactividad, aprendizaje rápido, distracción, usar palabras como las que usan las personas mayores y estar continuamente armando objetos o estructuras, entre otras. Lo importante, dice el doctor Asdrúbal Almazán, es detectarlos y orientarlos para evitar que se pierdan sus capacidades.

Por el momento, Dafne es el motivo de orgullo no solo de su padre sino del Cedat, y espera seguir desarrollándose profesionalmente «para poder ayudar a los niños, que no sufran y vean que pueden también lograr muchas cosas».

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