Luz ante las llagas
Silencio tan sólo roto por el golpe seco del tambor, el sonido de la carraca y el repique de la campana para arropar la oración por las cinco llagas de Cristo
a. cubillas
Martes, 11 de abril 2017, 00:14
De forma solemne, de puertas para adentro, sólo hermanos y devotos que vayan a procesionar, la madre superior de las Concepcionistas ha accedido a la petición del maestre de la Cofradía del Santo Sepulcro para llevarse el cuerpo del Cristo titular. Cúmplase la voluntad de Dios todo poderoso".
Y así envueltos por la oscura noche de León, tan sólo rota por el tembloroso alumbrar de los cirios de los cofrades, León ha vivido la adoración procesional de las Llagas de Cristo.
Silencio, voto de obligado cumplimiento que se mantiene hasta el final del acto procesional, tan sólo roto por el golpe seco del tambor, el sonido de la carraca y el repique de la campana para anunciar la oración y voto de obligado cumplimiento que se mantiene hasta el final del acto procesional.
Cinco por cada una de las heridas de pies, manos y costado del Cristo, las marcas del sufrimiento, del dolor atroz en la cruz en este lunes Santo, lunes de oración y de recogimiento.
Acompañados por miembros de la Asociación San Pedro del Castro, ataviados a la antigua usanza leonesa, los cofrades han avanzado de nuevo en su plegaria por las angostas, abarrotadas y silenciadas calles en una de los actos con más tradición de la Pasión leonesa que ha embragado de dolor y luto la capital.
Así, como cada lunes santo la imagen del Cristo de la Vida abandona y regresa al Convento de las Concepcionistas tras mostrarse con dolor y expresión única, tras escuchar en cada parada una oración y una parte del canto de las llagas en medio de la noche.
Ya de regreso, en el interior del templo, continúa la promesa de silencio que se rompe con el beso a los pies del Santísimo Cristo Esperanza De La Vida, mientras se escuchan completas las llagas, entonadas, una vez más, por los asociados de San Pedro de Castro.