El Perdón se cita con La Vega en una demostración del barrio de su pasión ferroviaria

No pudo salir ese cristo arrodillado sobre los marrones hombros de unos cuantos ferroviarios, tal como rezan los versos de Jorge Revenga, pero lució como siempre para los vecinos de San Francisco de la Vega.

La Cofradía del Santo Cristo del Perdón llevó a la iglesia parroquial una recreación de su procesión de Martes Santo para que, una vez más, su barrio arropara a la penitencial y pudieran encontrarse con su cristo, acompañándole desde muy cerca su madre, la de la Paz.

Las capillas sirvieron de refugio para una sencilla exposición a la que no falló la Cofradía de Ánimas y Santo Cristo de Fuera de San Martín, que esta vez fueron ellos los que llevaron un ramo de flores al Cristo del Perdón, como la penitencial ferroviaria hace cada año en la calle Plegarias.

También el Cristo de la Esperanza y las tallas de la Condena de Cristo, así como los estandartes de las secciones de menores, mayores y manolas o la banda de música tuvieron acogida en la iglesia.

La cofradía quiso obsequiar a todas las mujeres asistentes con un clavel y una pulsera con su símbolo: una cruz envuelta con un lazo.

La Vega recordó aquel calvario, un Martes Santo más, donde no hubo Acto del Perdón en el Locus Apellationis de la Catedral de León, pero no faltaron los faroles ferroviarios, el fajín blanco o la cruz que marca el paso cada Semana Santa desde el Asilo de los Ancianos Desamparados hasta el barrio del otro lado del Bernesga.