Luto y mucha emoción en el Desenclavo en Santa Marina

La emotividad del desenclavo se trasladó de la plaza de San Isidoro al interior de Santa Marina la Real, pero se vivió con la misma pasión por los hermanos de la Cofradía. Ya van dos años consecutivos en los que la procesión se tiene que cancelar por la lluvia y que el desenclavo del Cristo se lleva a cabo en el interior del templo.

Con Nuestra Madre María Santísima del Desconsuelo ya en el interior de la iglesia, los hermanos de la Cofradía del Santo Cristo del Desenclavo portaron sobre sus hombros la imagen de Jesús crucificado. Una vez en el altar mayor, y tras el toque de la campanilla, el tambor y la carraca, procedieron al ritual del desenclavo.

Con delicadeza y mucho cuidado, bajo la atenta mirada de hermanos y leoneses llegó el momento.

Siguiendo ese guión del que nunca se salen, el que está hecho al compás de los latidos de los centenares de corazones que observan la escena los hermanos desenclavadores le quitaron la corona de espinas mientras las hermanas, entonaban el Canto de las Llagas. Unos versos cantados relacionados con el Desenclavo de Cristo, recuperados en los inicios de la Cofradía que 1992.

Mediante un sudario, los hermanos descendieron el cuerpo de Cristo. Arrodillados, lo presentaron ante su Madre. Uno de los momentos de más emoción del Sábado Santo en la capital leonesa. La Virgen no hizo en esta ocasión una reverencia a su hijo, pero los cofrades lo colocaron en un lucho preparado para la ocasión, ante la falta del paso de la urna.

Este Sábado Santo no se produjo el tradicional encuentro en la plaza de San Isidoro ante el Cabildo, la Muy Ilustre Real e Imperial Cofradía del Pendón y numerosos asistentes. Sin embargo, tanto el Santo Cristo del Desenclavo como Nuestra Madre María Santísima del Desconsuelo estuvieron presentes en el interior de la iglesia de Santa Marina la Real.

• Temas
• León (Capital)