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No es momento de pactos vacios

Esta tierra no está para bromas, no está para mentiras, ni para esperar. Es el momento de actuar. Aquí y ahora. No es momento de pactos vacíos

Miércoles, 1 de julio 2020, 13:28

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Hace tiempo que en uno de esos actos preelectorales o propios de campañas políticas que últimamente se suceden con cierta asiduidad, alguna asociación empresarial manifestaba su disconformidad con la visión que de la realidad hacíamos algunos. Ese cambio de impresiones y esa visión distante, no era tanto por la disparidad de datos socioeconómicos en los que más o menos podíamos coincidir sino en la visión pesimista u optimista de los mismos, es decir, la clave es ver el vaso medio lleno o medio vacío.

Ese debate con la clase empresarial es un debate abierto, rico e incluso objetivamente posible, en tanto en cuanto en los tiempos en los que nos movemos, a veces el marketing para la comercialización del producto, en este caso el producto León, puede verse perjudicado por la forma en que se plantea.

Esa discusión abierta, es tan objetiva, como el plantear que la clase empresarial tan necesaria siempre, debe mostrarse en tiempos convulsos como un dinamizador absoluto de ese nuevo orden económico que tenemos que plantear en la reinvención de los tiempos poscovid 19, es decir si siempre es necesaria hoy es indispensable.

Para cumplir ese rol no sólo los poderes públicos han de jugar su papel, sino que todos los elementos que conforman el grupo de relaciones socioeconómicas de una provincia muy deprimida como la nuestra son claves en este momento tan difícil desde el punto de vista sanitario y desde el económico. Sindicatos, Patronal, Administraciones públicas y todos los agentes del llamado dialogo social estamos emplazados a encontrar soluciones posibles que reviertan esta situación y conformen expectativas de desarrollo que nos alejen de un precipicio cada vez más real.

No se trata de ver la realidad con las gafas de la esperanza para vender una situación idílica, eso es más propio de la generosidad de aquellos que creen que el talante es el fin y no el medio para llegar al mismo. No se puede vender la necesidad de un pacto de reconstrucción o recuperación basado en un documento de mínimos sin concreción para que a nadie le moleste y todos puedan firmar un escrito irrealizable, quizás sea un excelente modelo de marketing pero al final se convierte en algo vacuo y sin contenido.

Eso es lo que es el pacto de reconstrucción de Castilla y León, y me van a permitir que lo defina citando las palabras del director de la nueva crónica, David Rubio que reflejan lo que yo pienso «…sin duda resulta mucho más fácil alcanzar la unidad y el consenso sin perder el puto talante cuando no se dice absolutamente nada: las 86 medidas del documento son espuma de aire, esencia del vacío, un catálogo del buenrollismo naif, sin compromisos, sin soluciones, sin iniciativas novedosas…». Si alguien quiere jugar ese papel que lo haga, yo, la verdad, ni puedo ni quiero, lo digan los empresarios, lo digan los sindicatos, lo diga quien lo diga.

Esta tierra no está para bromas, no está para mentiras, ni para esperar. Es el momento de actuar. Aquí y ahora. No es momento de pactos vacíos.

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