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La ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero. Efe
El PSOE ofrece a Unidas Podemos negociar desde ya el acuerdo programático

El PSOE ofrece a Unidas Podemos negociar desde ya el acuerdo programático

Los socialistas añaden presión a la dirección morada, que se enfrenta también a las corrientes internas que abogan por no entrar en el Gobierno

Ander Azpiroz

Madrid

Martes, 13 de agosto 2019, 18:28

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El PSOE presiona a Unidas Podemos donde más le puede doler en el toma y daca para sacar adelante la investidura de Pedro Sánchez: el frente interno. La ministra María Jesús Montero se saltó este martes los plazos marcados por el presidente del Gobierno en funciones para retomar los contactos con Pablo Iglesias –«los últimos días de agosto o primeros de septiembre»– e invitó a la formación morada a negociar de inmediato medidas concretas. «Sentémonos mañana o pasado, cuando Podemos quiera, y hablemos del programa político. Ahí es donde se van a generar las confianzas»», señaló Montero durante una entrevista en Antena 3.

La titular de Hacienda, una de las encargadas de pilotar las conversaciones con la formación morada junto a Carmen Calvo y Adriana Lastra, respondió con esta oferta a las reiteradas quejas de Pablo Echenique por la tardanza de los socialistas en retomar los contactos. No obstante, la oferta de Montero tiene su parte de trampa. Propone solo hablar de políticas, nunca de sillones. Para la dirección de Unidas Podemos la línea roja es aún desempeñar responsabilidades de peso en el Consejo de Ministros. Para otras corrientes internas o confluencias, en cambio, esta es una exigencia prescindible.

La discusión dentro de la coalición izquierdista puede resultar decisiva de aquí al 23 de septiembre, fecha en la que se convocarían las nuevas generales. Además de en clave vacacional, el silencio autoimpuesto en Unidas Podemos debe leerse en clave política. La coalición morada evita de esta manera airear sus diferencias sobre el gobierno de coalición, lo que a la postre dañaría la posición negociadora ante un PSOE ya de sobra consciente de que importantes sectores dentro de Unidas Podemos abogan por aceptar una propuesta programática si es de un marcado carácter progresista.

Apenas un día después de la segunda votación de investidura, Izquierda Unida ya se desmarcó de Podemos y apostó por esta vía. Según mantiene el partido de Alberto Garzón, unas nuevas generales supondrían «un riesgo innecesario e inasumible» que «solo beneficiaría a las derechas». La ruptura de la unidad de voto ya sobrevoló el grupo parlamentario de Unidas Podemos el 25 de julio, cuando IU –cuenta con seis diputados– apostó por la abstención a Sánchez antes de que la formación morada decidiese el sentido de su voto, que finalmente fue el mismo. Pero, si Iglesias y los suyos se mantienen en su posición según se acerque el 23 de septiembre, la grieta entre los socios de coalición podría ensancharse. Es lo que ha ocurrido en La Rioja, donde, tras acudir a las autonómicas de mayo en una misma lista, Podemos e IU rompieron a causa de la exigencia de los primeros de ocupar tres de las ocho consejerías del Ejecutivo regional.

Poco después de IU fueron los anticapitalistas los que abogaron por conformarse con el acuerdo programático. No es que a la corriente más a la izquierda de Podemos le mueva su afinidad por el PSOE. Más bien es todo lo contrario, no están dispuestos a ir con los socialistas ni a la vuelta de la esquina, pero entienden que a España le irá mejor con ellos en Moncloa que la alianza del centro derecha. «Entrar en un Gobierno liderado por el PSOE es atarse de pies y manos a un partido que ha demostrado que lo que realmente hace es descafeinar los deseos de cambio populares», dicen los anticapitalistas.

También las bases de Equo apostaron de forma mayoritaria en una votación por apoyar al líder del PSOE sin más. No obstante, su único diputado, Juan López de Uralde, se abstuvo. La razón es que las consultas en la formación ecologista no son vinculantes y su representante en la Cámara baja es de la máxima confianza de la ejecutiva podemista. Desde fuera, otras fuerzas políticas o sindicatos han señalado que, aunque perfectamente legítima, la exigencia de la dirección de Podemos de dirigir carteras no puede ser un obstáculo. Lo han dicho el PNV, Esquerra, Compromís o los sindicatos UGT y CC OO.

Una sola voz

Desde que comenzó agosto Pablo Echenique se ha convertido en la principal voz de Podemos, aunque sea a través de las redes sociales. El mensaje del jefe del equipo negociador de la formación morada ha sido inequívoco días tras días: solo vale una coalición en la que, además, ministros podemistas asuman competencias en proporción al peso de sus 42 diputados en el Congreso. No ha habido, por el momento, ningún dirigente que haya invitado a reconsiderar las condiciones que Iglesias puso ya sobre la mesa la noche electoral del 28 de abril. Pero el tiempo corre y toda apunta a que los críticos no tardarán en alzar la voz.

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