«Cada semana que pasa escuchas a compañeros que no volverán a abrir porque no han aguantado»

Un martes más, y en otro día lluvioso, los hosteleros de León han salido a la calle para exigir soluciones ante las restricciones y no seguir pagando los platos rotos de la crisis.

Algo más de una decena de ellos se han concentrado, esta vez ante las puertas de la Subdelegación del Gobierno, para pedir a los políticos «respeto, dignidad y honor».

El presidente de Hostelería de León ha criticado los «engaños» de Francisco Igea, quien les aseguró que la condición para la desescalada sería provincial y con un 25% de UCI «y ahora ha cambiado a toda la comunidad y con una media del 35%». Y también las promesas de Pedro Sánchez, «que en los medios quedan muy bien, pero falta concretar de qué manera y cuándo llegarán» los 11.000 millones anunciados en el Congreso. «Cada vez que sacan medidas juegan con las comunicaciones al sector y a los medios. Nos sentimos engañados por esta gente y las ayudas siguen sin llegar».

Las semanas siguen pasando, las ayudas no llegan y cada día son más los empresarios que toman la drástica y dura decisión de no volver a abrir, ni cuando todo esto pase. Martín Méndez conoce a varios camareros que cada semana comunican que no volverán a abrir. «Ahora no se palpa porque están cerrados por las restricciones, pero luego veremos la realidad del sector y que mucha gente no ha aguantado».

En el horizonte se presentaría la tabla de salvación del sector. En Semana Santa, los hosteleros hacen su particular 'agosto', pero son conscientes de que este año, por segundo consecutivo, no podrá ser así. No piden salvar la Semana Santa si a cambio verán condicionado el verano, aunque insisten en que ellos no son la causa de los contagios, sino parte de la solución, al garantizar un ocio más seguro y controlado.

Ahora, y tras las palabras del portavoz Igea, esperan que la próxima semana al menos se les permita reabrir el interior a un tercio de su aforo como primer paso de la desescalada.

Y es que los hosteleros se quedaron en casa, se pusieron la mascarilla y cerraron sus negocios y ahora solo piden compensar a sus castigados bares y restaurantes, ampliar los Erte o la cadencia de los ICO, y lanzan un mensaje a los políticos: «España está muy por encima de vosotros».