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Imagen de la sede del Museo de la Semana Santa de León, uno de los pocos escenarios en los que se podrá apreciar alguna actividad, con reducida presencia, en el tiempo santo. Campillo

El plan para la Semana Santa: cierre de 14 días en la comunidad, toque de queda a las 22:00 horas y sin vuelta a casa de estudiantes

La propuesta que Sanidad trasladará a las comunidades apuesta por un confinamiento perimetral del 26 de marzo al 9 de abril | La medida, que podría tomar cuerpo la próxima semana, contará con un consenso mayoritario a excepción de la comunidad de Madrid

M. SÁIZ-PARDO | A. SOTO

León | Madrid

Jueves, 4 de marzo 2021, 10:21

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El documento sobre Semana Santa que el Ministerio de Sanidad presentará previsiblemente este jueves a las comunidades para su aprobación en el Consejo Interterritorial del 10 de marzo pivota fundamentalmente en un acuerdo para el cierre perimetral de todas las comunidades autónomas durante catorce días. Se trata de las jornadas que van desde el viernes 26 de marzo al viernes 9 de abril.

Es un amplio periodo temporal, que abarca no solo la Semana Santa como tal, sino también el fin de semana anterior (el del Domingo de Ramos) y buena parte de la semana posterior, la conocida en algunos lugares como de Pascua, con días festivos en varias comunidades.

Además, este texto -de tres páginas y denominado «Propuesta de Medidas de Salud Pública frenta a covid-19 para fiestas de Semana Santa 2021»- propone a las autonomías aplicar durante esas dos semanas un toque de queda entre las 22:00 horas de la noche y las 6:00 horas de la mañana.

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Sin eventos masivos

Actualmente, las autonomías, desde el 9 de noviembre, tienen potestad de activar o no las restricciones de movimientos nocturnas, que fueron de aplicación obligatoria durante los primeros días del actual estado de alarma activado el 25 de octubre.

Sanidad pide igualmente prohibir «eventos masivos de cualquier índole que impliquen aglomeración o concentración de personas»; «limitar o mantener las reuniones en los espacios públicos o privados como máximo a entre 4 y 6 personas»; y pide a las autonomías que veten «la celebración de encuentros sociales en los domicilios o en otros espacios cerrados con no convivientes».

Además, los expertos del departamento que dirige la ministra Carolina Darias, recomiendan «específicamente la no vuelta al lugar de residencia de los estudiantes universitarios que residan durante el curso académico en otra comunidad autónoma o país».

Fatiga pandémica

El texto justifica la necesidad de apostar por la reducción de la movilidad. «El escenario de riesgo en los próximos meses está marcado por la administración de las vacunas disponibles contra el SARS-CoV-2. Sin embargo, en las fechas en las que se celebra la Semana Santa todavía no se habrá inmunizado con la vacuna a una proporción suficiente de la población para conseguir una reducción significativa del riesgo», explica el documento. «Las medidas no farmacológicas de control de la transmisión seguirán siendo durante la Semana Santa las principales medidas de salud pública para evitar una nueva onda epidémica», insisten los expertos.

Más allá de las recomendaciones para contener la transmisión del virus y evitar la cuarta ola, la Comisión de Salud Pública también alienta a las administraciones a poner en marcha una campaña institucional para combatir la «fatiga pandémica», sobre todo haciendo hincapié en que probablemente el cierre de Semana Santa sea uno de los últimos esfuerzos, ya que la futura llegada masiva de las vacunas tendrán su efecto en breve.

A la espera del documento

A la espera de ese documento, las 14 autonomías -todas las peninsulares excepto Madrid- se conjuraron ayer en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud para no «repetir los errores» de la pasada Navidad, con 17 normativas diferentes que desembocaron en una movilidad casi sin límites que acabó desatando la tercera ola. Todos los Ejecutivos regionales -salvo el de Isabel Díaz Ayuso- se manifestaron a favor de encerrarse perimetralmente la próxima Pascua como gran apuesta para limitar los desplazamientos, y acotar la transmisión del virus . Todo con la idea de evitar una cuarta oleada que pueda complicar un verano abierto al turismo, el objetivo ahora prioritario de la inmensa mayoría de los líderes regionales.

Fisura

No obstante, la decisión final sobre las vacaciones se tomará el miércoles de la próxima semana cuando la inmensa mayoría de las consejerías autonómicas darán su visto bueno en el Interterritorial al documento preparado por la Comisión de Salud Pública. Con la Semana Santa dada ya por perdida, la práctica totalidad de las consejerías autonómicas ya avanzaron que van a apoyar sin reparos la propuesta.

Los contactos de los últimos días para intentar convencer del cierre a Madrid -la comunidad que más laxa se ha mostrado en las restricciones contra la pandemia y que tiene la incidencia acumulada más alta de todo el país con 261casos- se tornaron directamente en maniobras para 'aislar' al Gobierno de Ayuso, con el fin de que su propuesta de mantenerse abierta no provocara una fisura entre otras comunidades tentadas de recibir posibles visitas de turistas procedentes de la capital de España.

La cruzada para hacer el vacío a Ayuso y dejar en papel mojado su decisión de no perimetrarse estuvo encabezada por la Comunidad Valenciana, que movilizó a las regiones colindantes para cerrar sus fronteras ante la 'amenaza' madrileña. Otras comunidades encabezadas por el PP (como Castilla y León y Andalucía) no llegaron a sumarse a ese frente, pero anduvieron cerca. El detonante de la campaña contra Ayuso fueron las propias declaraciones de la presidenta antes del consejo. «De momento, el toque de queda no se mueve y la región no cierra. Pero serán nuestros sanitarios quienes nos indiquen el camino», señaló.

«Abrir o cerrar»

«Por ahora, la actividad va a quedar como hasta ahora. No veo mal que haya ciudadanos de otros rincones de España o turistas de otros países que vienen a nuestros museos, o a mover la economía a través de los restaurantes, siempre que se cumplan en todo momento las recomendaciones sanitarias», insistió, al tiempo que mostró sus reticencias a los cierres perimetrales como técnica para frenar la transmisión del temido coronavirus. «Abrir o cerrar una comunidad a estas alturas no provoca más olas».

En el Interterritorial se escucharon palabras gruesas contra Madrid, especialmente desde Extremadura, que pidió incluso una «orden vinculante» para forzar a todas las regiones a encerrarse. Darias, sin embargo, quiso quitar hierro a las críticas para intentarse atraerse a Madrid dentro de una semana a un «acuerdo unánime». «Tenemos que dar una respuesta de país, homogénea y conjunta, que nos permita seguir salvando vidas», explicó la ministra. «Nuestro objetivo sigue siendo salvar vidas, no salvar semanas», apuntó.

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