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Matías Llorente, hace unos días en su despacho del Palacio de los Guzmanes. s. m.
Llorente: «Siempre dije que había más información sobre el asesinato de Isabel Carrasco»

Llorente: «Siempre dije que había más información sobre el asesinato de Isabel Carrasco»

El actual vicepresidente de la Diputación de León, Matías Llorente, repasa su opinión sobre cada uno de los presidentes de la institución con los que ha compartido plenario

Martes, 15 de noviembre 2022, 20:28

En esta entrevista con Leonoticias, cuenta sus inicios clandestinos en el sindicalismo, opina sobre la labor de los nueve presidentes con los que ha convivido en la institución provincial y sobre quienes más le han fastidiado en la vida.

Ha conocido aquí a muchos presidentes y a una presidenta.

He conocido como presidentes a Alberto [Pérez Ruiz], a [Agustín] Turiel, a José Antonio Díez y Díez, a Javier [García-Prieto], luego a Isabel [Carrasco]. Para mí los dos siguientes no cuentan como presidentes, porque estuvieron cuatro días [Marcos Martínez Barazón y Emilio Orejas]. Después, a Juan Martínez Majo, y ahora a Eduardo Morán. Así que unos cuantos…

De todos los políticos con los que se ha cruzado en esta casa. ¿Admiró a alguno?

De todos con los que he estado aquí, Alberto fue el presidente más responsable, también como humano, porque aquí hay que hablar más de personas. Yo cada vez estoy más convencido que quien decide realmente las cuestiones y tal son las personas, no las situaciones. La labor que hizo Alberto Pérez Ruiz en los seis años que estuvo aquí, fue importantísima. Y claro, le pasó lo que a la mayoría, que salió por la gatera: como presidente hizo una buena labor, pero luego, dentro de los partidos, siempre los presidentes que ha habido aquí han acabado mal. El poder está repartido entre la institución provincial y el partido, y ahí siempre pierde la situación provincial y las personas de la institución. La única que vio eso claro, y que tuvo un atajo fue Isabel, que dijo que iba a ser presidenta de la Diputación y de su Partido, y ahí controló todo el poder. Los demás, todos, todos han terminado mal.

Volvamos a la Diputación y a los presidentes que han pasado por aquí. Dígame algo sobre Alberto Pérez Ruiz (PSOE).

La persona con más sensibilidad que hubo aquí, por la problemática que teníamos en el mundo rural y las necesidades que había.

Agustín Turiel (PSOE)

Yo creo que se confundió al final con tanto leonesismo como quería desarrollar como tal, y que era una persona que lo que le interesaban y lo que más sabia era de números. Era el que tenía capacidad de hacer los presupuestos a los interventores, pero nada más.

José Antonio Díez (PP)

Fue la persona administrativamente más preparada que tuvo esta casa. Estaba muy por encima de todos los diputados que había en ella. Venía del mundo de la administración pública y dominaba perfectamente todo lo que era la administración como tal. Fue un personaje que dio muchas lecciones y que al final acabó solo, sin apoyos de nadie de su partido.

Javier García-Prieto (PP)

Un presidente para el pueblo, para el cachondeo, que nunca tuvo ningún problema ni enfrentamiento con nadie. Pasó los cuatro años por ahí muy bien, pero no hizo nada de valor, le manejaba su grupo. Era una buena persona, muy afable con todo el mundo, pero no nos resolvía absolutamente nada.

Isabel Carrasco (PP)

Es la única persona que tuvo dos pelotas para poner orden en esta casa y poner orden en el tema del funcionario. No se le movía nadie, ahí hizo una labor importante. Lo que pasa es que era una déspota total y absoluta, y era ella o nadie más, y ahí se equivocó, porque siempre discriminó a todo aquel que no fuera de su partido, se centraba exclusivamente en lo suyo. Era una persona que tenía un conocimiento de economía bastante grande y todo lo que pretendía hacer lo sacaba adelante, porque nunca tuvo una oposición.

Si alguna vez Carrasco tuvo oposición, habría que hablar de usted. Eran sonados los enfrentamientos en los plenos, con denuncias incluídas…

Cuando me insultó, la demandé, y lo archivaron. Con lo de las oposiciones tiramos hasta el final, hasta que hubo sentencia, y tampoco le pasó nada.

También recuerdo aquellas fotos juntos bailando, fueron portada…

Pero vamos a ver, era la fiesta que hacían de los jubilados. A ti te va una señora a pedir baile, ¿y tú que dices? La rechazas y al día siguiente salgo yo hasta en El Caso. ¿Quieres bailar? Pues bailamos, no tengo ningún problema. Cuando estás en un sitio de estos también tienes que de vez en cuando limar asperezas, porque si no esto sería la de dios, terminaríamos a hostias todos los días.

Unos meses antes del asesinato, en una entrevista, usted hablaba del panorama negro que le auguraba a Carrasco en el ámbito personal…

En política, a veces el poder te nubla la mente, y yo creo que esta mujer que llegó a tener tanto poder que al final el propio poder la comió. Yo lo hablaba con ella a veces, que con tantas broncas y tantos enemigos no iba a poder vivir, que la política se termina y después te encuentras con la realidad de la vida. Ella lo entendía, porque ya empezaban a llamarla e insultarla en la calle, a amenazarla y demás. Entonces empiezas a ver las cosas, a tener problemas, y se daba cuenta: ¡hostia, que la gente no me aprecia ni me quiere!

¿Cómo vivió aquel crimen, del que han pasado ya ocho años y del que ya nadie quiere hablar?

Cuando me llamaron no me lo podia creer. Viví con cierta tristeza que una persona termine así... Por otro lado, también viví cómo los aguiluchos, las aves rapaces que la rodeaban, se iban apoderando absolutamente de todo, y cómo evolucionó aquello…

Hubo condena pero no todo quedó claro. ¿Cree que es un crimen con cabos sueltos?

Yo siempre lo he dicho, que fue un crimen político. Hay muchísimas cosas que no se han querido sacar y que ahora ya no van a salir porque ya ha pasado. Siempre dije que había más información de la que nos contaron y que las cosas estaban totalmente planificadas. Hay muchas cosas que no se llegarán a saber nunca y que tuvieron otros matices muy distintos a lo que se contó.

¿La muerte de Isabel Carrasco benefició a muchos en su partido?

Sí, a todos. Piensa que nada más acabar el tema vino el congreso del PP, que cambió totalmente todo. Claro que a muchos les benefició, lógico, porque había una confrontación a muerte. La cosa se desahogó. Todos ellos estaban apretados, nadie tuvo nunca pelotas a decir una palabra, todos amén, y al liberar eso… entonces aflora lo que estaba detrás, presionado.

Sigamos repasando a los presidentes. La sucedió Marcos Martínez Barazón (PP)

Pasó sin pena ni gloria. Se creyó que iba a seguir la trayectoria de Isabel Carrasco, que va a ser el rey del mambo y a hacer lo que le diera la gana. Le echaron mano y se le acabó todo. Pero bueno, todavía no se ha resuelto el pleito que tiene…

Emilio Orejas (PP)

Le pusieron ahí para cubrir el expediente, pero sin pena, ni gloria, ni nada. Un mirlo blanco que pudieran manejar, nada más.

Juan Martínez Majo (PP)

Demasiado persona para estar en política. No puso orden en su partido y al final se dejó llevar por todos los que tenía alrededor, y mira cómo acabó. El trato que le han dado a Juan Martínez Majo en el PP, después de ser tantos años alcalde, presidente, delegado de la Junta… no se lo merece. Le conozco de toda la vida, no se merece este trato, le han apartado de todo. En política, el día que no eres nadie y caes, en cuatro días te destruyen, te quedan sólo los íntimos.

Y qué me cuenta del actual presidente de la Diputación, Eduardo Morán (PSOE)

Está teniendo mala suerte porque de todos los proyectos que había en esta legislatura, con el tema del Covid no se han podido desarrollar. Pero podría haber sido una legislatura muy buena, porque teníamos muchos fondos y se podían haber hecho muchas cosas. Es una persona trabajadora y comprometida. En lo negativo, te diría que viaja mucho.

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