Juli, de mánager de los Quijano a maestro de paellas en Australia

Julián Mateos, 'Juli', tiene el don de la organización. Este leonés ha sabido sacar partido de su principal virtud para cambiar de profesión como de abrigo con éxito y tesón. «Me gustan los retos, tener mucha motivación, no me gusta que sea todo fácil», señala un Juli que, tras pasar por el extinto Baloncesto León y por poner orden en el 'fenómeno Quijano', exprime su ambición en Australia.

Hace casi diez años, este leonés llegó a Sydney con la principal premisa de mejorar su inglés. Empezó a trabajar en una empresa de cátering aunque, al principio, sólo podía permitirse 20 horas semanales de trabajo con la primera visa. Lo que a priori era un año de aprendizaje del idioma va camino de convertirse en una década. «He pasado por todo», resume 'Juli'. De un cátering en grandes eventos a montar su propia empresa de cáterings ' a domicilio' con la paella como plato estrella.

No fue un valenciano sino un asturiano el que se cruzó en el camino del leonés y, «sin tener ni idea», le enseñó «y le dio confianza» en el arte de uno de los buques insignia de la gastronomía española.

«Voy a sus casas y les hago paellas, tapas, sangría y mucho más», relata el leonés, con capacidad para abarcar desde una cena entre varios amigos a grandes eventos con más de 2.000 personas.

Un negocio que creció «poco a poco» mientras se mantenía primero en la empresa de su amigo asturiano y, actualmente, como principal organizador de eventos de un gran despacho de abogados. Así, a caballo entre dos trabajos, Juli hace crecer su último proyecto.

Todo ello, a casi 18.000 kilómetros de su querida León. «Los que me conocen saben que soy muy pro-León, es la mejor ciudad de España y tiene mucha calidad de vida».

Juli cambió la capital de provincia por una ciudad de más de seis millones y medio de habitantes. «Cambia mucho, no conoces a nadie y tienes que empezar de cero». Aunque señala que, pese a la incertidumbre inicial, «por mi forma de ser no tuve muchos problemas», apunta, en una gran urbe en la que indica que «el 80% de su población es de origen extranjero, es una ciudad multicultural».

El leonés ya está habituado a unas navidades diferentes ya que, en diciembre, los australianos se encuentran en pleno verano. «Hay barbacoas eléctricas en la playa que son totalmente gratis y la gente las usa mucho, no le dan mucha importancia a las fechas señaladas y, tras la llegada del año nuevo, cierra todo sobre la una y media».

Por el momento, no se plantea regresar a León aunque aprovecha sus seis semanas de vacaciones para visitar la capital de provincia. «Intento ir todos los años aunque, por el momento, no me planteo volver».

La motivación mueve a Juli así que, ese momento de retorno o de cambio de aires llegará, simplemente, «cuando me aburra», señala. Hasta entonces, Juli seguirá con sus retos en la lejana Australia.

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