El envejecimiento polariza la pobreza en León y la exclusión social castiga al mundo rural
El informe sobre exclusión y desarrollo social en Castilla y León arroja un perfil de exclusión severa donde se sitúan las mujeres, inmigrantes, de entre 45 y 65 años y que forman parte de una familia con dos hijos
La sociedad leonesa cada vez vive más polarizada y el número de personas en pobreza severa crece a la vez que mejora el sector que se encontraba en riesgo de exclusión.
El último balance del Informe Foessa sobre exclusión y desarrollo social en Castilla y León alerta de que el envejecimiento de la población afecta directamente a la pobreza en la comunidad.
Guillermo Fernández, coordinador del informe, ha reconocido que el envejecimiento se ha convertido en un handicap específico de esta comunidad, y después de cinco años de recuperación ha aumentado mucho ese cohorte en el colectivo.
Más de la mitad de las personas en exclusión social son personas mayores a los que sus familias ya no pueden ayudar y no tienen acceso a necesidades básicas como los medicamentos o si necesitan atender a una persona con discapacidad.
Ha subido notablemente el espacio de personas en dignidad material e integración social, pero en Castilla y León también se ha registrado un aumento de la exclusión más severa.
El perfil de intensidad se dirige a las mujeres, inmigrantes, de 45 a 65 años y que tienen dos hijos a su cargo. También afecta que vivan en municipios más pequeños.
El coordinador del informe asegura que factores como la vivienda, el empleo o las condiciones de vida también pesan en la pobreza de la sociedad castellano y leonesa, que después de cinco años de recuperación vive en una situación más dramática.
La falta de 'colchón de resistencia', ante la llegada de una nueva desaceleración, debe colocar en el foco a una parte de la sociedad insegura para que el apoyo público, social y las familias les ayuden a no caer en la exclusión.