Día Mundial contra el Melanoma
Cáncer de piel: asimetría, borde, color, diámetro y evoluciónLa detección rápida de las lesiones en la piel genera que la mayoría de estas puedan tener tratamiento y que la evolución del paciente sea favorable
La exposición solar es uno de los grandes factores de riesgo cuando llega el calor y el verano. Vacaciones, playa, sol y descuidos que acaban generando pequeños problemas en la piel que pueden derivar en factores de riesgo.
El 23 de mayo se reconoce como el día mundial contra el Melanoma, o más bien conocido como un tipo de cáncer de piel que se suele detectar sobre nevus o manchas oscuras.
Sin detectarse en una edad determinada ni en una población específica el melanoma aparece con un pronóstico, en la mayoría de los casos, detectado por el propio paciente.
Criterios de detección y actuación
Francisco Soto, dermatólogo en la Clínica dermatológica Dr.Francisco Soto Moral ubicada en Astorga lleva años tratando este tipo de agresiones en la piel. Según el doctor es muy importante seguir varios criterios para detectar si se trata de un posible melanoma o es simplemente un lunar o una mancha de nacimiento.
Asimetría, borde, color, diámetro y evolución son los factores más importantes en los que el paciente se debe de fijar. El crecimiento de la mancha o el color genera las primeras alertas en los pacientes. «Pueden ser marrones o incluso negros», indica el doctor algo que tambien varía en su relieve pudiendo estos ser abultados o planos.
El tamaño suele superar el medio centímetro aunque existen otros casos en los que el melanoma nace de cero y se forma directamente en la piel. Los cambios y la evolución de las manchas o los lunares, en estos casos, son muy importantes para detectar que se puede tratar de una problemática mayor.
Profundidad de lesión y avance
«Muchos proceden de nevus displásicos pero otros aparecen sin lesión previa», asegura Soto. Con un avance lento en ocasiones pero muy rápido en otras, lo más recomendable es acudir a revisiones periódicas que aseguren al paciente que estos no son agresivos.
La profundidad de la lesión implica la gravedad de esta. «Cuanto más profundo, más grave», explica. Un factor como el espesor, que se detecta a partir de la consulta del patólogo, influye mucho en el avance y la gravedad del mismo. El pronóstico además, debe analizar si se han visto afectados los ganglios cercanos a la zona o si, incluso, puede haber generado metástasis. «El factor pronóstico más importante es el índice de Breslow», asegura. Este indicador mide el espesor tumoral desde el cual su valor clínico determinará los factores de manejo terapéutico como son los márgenes de escisión quirúrgica y la selección de pacientes que son sometidos a la biopsia del ganglio centinela.
Los pacientes, que acuden a las revisiones en caso de dudas sobre las manchas de la piel, recibe una primera consulta que se basa en una exploración rápida. «Ante la sospecha siempre lo mejor es la extirpación», añade. Una extirpación completa que, en otros casos, genera en caso de duda sobre la eliminación del melanoma una ampliación de márgenes por si apareciera diseminación en ganglios.
Rayos UVA y lámparas de uñas
Aún conociendo todos los factores de riesgo que genera el sol, son muchos los pacientes que se siguen exponiendo a altas radiaciones no solo en la playa, sino también con cabinas de rayos UVA que genera una mayor posibilidad de sufrir lesiones en la piel.
Sonsoles Delgado, dermatóloga del Hospital de León explica la importancia de evitar este tipo de prácticas. «No es un mito, el daño que produce este tipo de exposición es una realidad», asegura. Las radiaciones ultravioletas así como el fototipo cutáneo son dos de los factores que más influyen en este tipo de problemáticas. «Los melanomas en la piel no siempre son visibles», asegura la doctora que destaca las lesiones oculares y en mucosas.
Las lámparas de uñas pueden generar, además de problemas de alergias y alteraciones en la queratina de las uñas, un aumento del riesgo de melanomas subungueales ubicados debajo de las uñas. Una tendencia al bronceado que ni la protección solar consigue poner a salvo. «Independientemente del fotoprotector, las exposición al sol debe ser gradual y no exceder el tiempo determinado», asegura la doctora.
Revisiones periódicas, protección solar, exposición limitada y observación corporal pueden evitar que el paciente acabe teniendo problemas que, a pesar de que siendo detectados con rapidez en su mayoría existe una cura, pueden llevar a problemas mucho más graves.
