Las líneas de la 'vergüenza', el 'sitio' de los guardianes

Tan sólo son tres pero ni mucho menos reflejan una rebaja de la presión social. Los relevos llegan y mantienen su sitio en el Grano. Las horas pasan y cada uno las lleva de la mejor manera. Una teje lana, otro recorta las cuartillas informativas, una más ordena los folletos.

Las líneas fucsias, dibujadas por los encargados de acometer la obra, reflejan lo que para muchos son una 'vergüenza' y son el rosa sobre piedra de lo que defienden. La «excesiva» anchura que se pretende conseguir en las aceras, especialmente en las desembocaduras de la calle Capilla, Juan II y Don Gutierre, ha llevado a los Guardianes de la plaza del Grano a custodiar un empedrado único y unas aceras históricas que respiran el Medievo leonés.

Éstas invadirán «significativamente» el interior de 300 metros cuadrados que ocupa el pavimento actual del suelo del emblemático rincón leonés. «No entiendo porque no escuchan, no tienen en cuenta a Icomos, no desarrollan el Plan del Camino de Santiago y no han protegido el empedrado».

«No es una chiquillada, son informes técnicos», asegura una de las guardianas. Desde las ocho de la mañana han copado la cruz de la plaza de Santa María del Camino para evitar que entre maquinaria pesada y mostrar una presión social que ha logrado poner a miles de leoneses en la calle y ha recogido más 25.000 firmas.

Están de acuerdo con la restauración y la conservación, e incluso ven con buenos ojos ampliar algunos tramos de acera «pero treinta centímetros, no cinco metros», por lo que no permitirán la 'aberración' contra el patrimonio leonés y que la esencia del Grano se quede enterrada bajo la remodelación que acoge el proyecto municipal.