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El presidente de EE UU, Donald Trump (dcha.), y el de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Reuters
La UE se abre a una nueva negociación comercial con EE UU

La UE se abre a una nueva negociación comercial con EE UU

El objetivo es eliminar los aranceles a los productos industriales, entrando de lleno en el sector del automóvil, para favorecer exportaciones por valor de 27.000 millones hasta 2033

Lunes, 15 de abril 2019, 14:08

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La UE ha autorizado este lunes la apertura de negociaciones con Estados Unidos para la supresión de aranceles sobre productos industriales. Se avanza así en el acuerdo alcanzado el pasado 25 de julio por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, con el mandatario estadounidense Donald Trump: «Queremos una situación beneficiosa para el comercio, beneficiosa tanto para la UE como para los Estados Unidos», ha asegurado el luxemburgués.

El compromiso se orienta principalmente a neutralizar la amenaza proteccionista sobre el sector del automóvil y no se descarta que en la negociación se entre también de lleno para corregir los aranceles que se incorporan al aluminio y el acero. Las restricciones al acero que la Administración de Donald Trump activo en marzo del pasado año, con una carga del 25%, han llevado a la UE a imponer también un paraguas protector a su producción por la sobrecapacidad del mercado mundial y las prácticas desleales de socios comerciales como China, Turquía o Rusia, que fue revalidado el pasado febrero para los próximos tres años aunque «revisable» si la relación comercial con Estados Unidos volviera a una senda más fluida.

El paso hacia adelante confirmado este lunes ha sido autorizado por mayoría cualificada de los Estados miembros, y tras el rechazo expreso de Francia, durante una reunión de los ministros de Agricultura en Luxemburgo. «Va a ayudar a aliviar las tensiones comerciales. Estamos listos para conversar sobre este asunto, que traerá beneficios tangibles para las personas y las economías en ambos lados del Atlántico», ha defendido Cecilia Malmström. La comisaría de Comercio ha defendido también que el mandato de las capitales se circunscribe exclusivamente a bienes industriales, con exclusión expresa de la producción agrícola, y conlleva una evaluación para que las empresas puedan testar si sus productos cumplen con los requisitos técnicos que se requieren a ambos lados del Atlántico.

El anuncio llega días después de que Trump lanzase a través de su cuenta personal de Twitter una nueva amenaza: 9.000 millones de euros (11.000 millones de dólares) más en impuestos a otros 300 productos europeos (que van desde el queso o el vino, hasta los automóviles) como respuesta a los subsidios de la UE al fabricante aeronáutico Airbus. Un mensaje intimidatorio que lanzaba en plena crisis de credibilidad de su principal rival, la norteamericana Boing, por los fallos detectados en el software del modelo 737 MAX, tras el accidente mortal de la compañía Ethiopian Airlines. El ministro español Luis Planas, aseguraba horas antes de la reunión en Luxemburgo que la amenaza se refería a simples «borradores», abogando porque la producción agrícola y alimenticia quede fuera de este «tipo de controversias».

La voluntad de abrir una negociación directa se llevará a cabo «en un diálogo regular» con el Parlamento Europeo, los Estados miembros, la sociedad civil y todas las partes interesadas relevantes, se insiste desde una Comisión Europea que defiende que el acuerdo con Estados Unidos para eliminar los aranceles sobre productos industriales aumentaría las exportaciones de la UE a Estados Unidos en un 8% y, en sentido contrario, el repunte sería del 9% con el horizonte puesto en 2033. Unas «ganancias adicionales» de 27.000 millones para los Estados del club y de 26.000 para las empresas del otro lado del Atlántico.

El efecto de distensión en la guerra comercial abierta por Washington que se consiguió el pasado verano en la reunión entre de Juncker con Trump en Washington ha continuado con una serie de contactos bilaterales. El pasado enero la Comisión presentó a los Estados miembros las propuestas para la fase actual que pese al rechazo de Francia, han salido adelante por mayoría cualificada -la que se otorga con la aquiescencia de 16 de los 28 Estados (el 65% de la población europea)-. En aquella declaración de julio se abrió la mano a que Estados Unidos se convierta en el principal proveedor de habas de soja de la UE (fundamentalmente para potenciar su uso como biocombustible).

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