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Angela Merkel baja de un avión alemán. AFP

La avería en el avión de Merkel acentúa la imagen de fin de etapa de la canciller

Un error un pequeño distribuidor electrónico cortó las comunicaciones y otras funciones vitales del aparato

Juan Carlos Barrena

Corresponsal en Berlín (Alemania)

Viernes, 30 de noviembre 2018, 21:47

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Iberia consiguió este viernes el inesperado apoyo publicitario de la canciller federal alemana, Angela Merkel, a la que trasladó a Buenos Aires para participar en la cumbre del G-20 después de que el avión oficial de la Luftwaffe sufriera una avería que obligó a interrumpir el viaje a Argentina. Merkel y una parte de su séquito se convirtieron así en pasajeros de última hora del vuelo IB-6849 que aterrizó a última hora de la tarde en la capital argentina.

El fallo de su propio aparato hizo que la canciller federal llegara con un apreciable retraso a la cita de jefes de Estado y Gobierno. La noche anterior, el Airbus A340 'Konrad Adenauer' sufrió una avería en pleno vuelo cuando Merkel departía con los periodistas poco después de despegar de Berlín. La radio no funcionaba y los pilotos habían perdido el contacto con tierra. Cuando se encontraban sobre el mar del Norte y tras consultar con la canciller se decidió interrumpir el viaje y dirigirse al aeropuerto de Bonn-Colonia. Un teléfono satelital permitió contactar con la torre de control y preparar el aterrizaje, que se llevó a cabo sin incidencias.

Un portavoz de la Fuerza Aérea alemana explicó que el fallo de un pequeño distribuidor electrónico cortó las comunicaciones, pero también otras funciones vitales del aparato. Cargado de queroseno para un viaje de 15 horas, tampoco pudo soltar combustible en el aire y liberarse del peligroso lastre antes de tomar tierra. Guido Heinrich, coronel de la Luftwaffe y responsable de la flota de aviones oficiales del Gobierno germano, aseguró pese a todo que «en ningún momento hubo peligro para los pasajeros» y subrayó que «la interrupción de un vuelo en un caso así es un procedimiento completamente normal». Al mediodía anunció además que la pieza averiada había sido cambiada y que el avión funcionaba ya con absoluta normalidad.

Ataque de roedores

Merkel no quiso esperar tanto y para esa hora ya estaba cruzando el Atlántico atendida por azafatas españolas. Tras dormir brevemente en Bonn y una vez que su equipo encontró una alternativa, a primera hora voló a Madrid acompañada por parte de su séquito, a tiempo para tomar el vuelo de Iberia.

La canciller no es la única que sufre los fallos de los aviones oficiales. El presidente federal, Frank Walter Steinmeier, y los ministros más viajeros han sufrido también sus averías. El mismo avión que ha obligado a Merkel a viajar con Iberia dejó en tierra en octubre al titular de Finanzas, Olaf Scholz, en la isla indonesia de Bali, donde participó en una cumbre del Fondo Monetario Internacional. El A340 fue atacado por roedores que mordisquearon varios cables e inutilizaron el aparato, y el ministro tuvo que volver a casa en línea regular.

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