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Carrie Lam recoge sus notas tras su rueda de prensa. REUTERS
Evacuada del Parlamento entre fuertes protestas la jefa del Ejecutivo de Hong Kong

Evacuada del Parlamento entre fuertes protestas la jefa del Ejecutivo de Hong Kong

Carrie Lam se ve obligada a leer su discurso ante una cámara de vídeo después de escapar de la ira de los diputados demócratas

zigor aldama

Xi'an (China)

Jueves, 17 de octubre 2019, 02:15

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Había mucha expectación por escuchar el discurso de Carrie Lam durante la primera sesión del Parlamento de Hong Kong desde que comenzaron las protestas en la excolonia británica, el pasado 9 de junio. Pero, a pesar de que la Cámara se ha recuperado de los destrozos causados por el asalto del 1 de julio, ayer la voz de la jefa de su Ejecutivo no se escuchó en el hemiciclo. Lo impidieron los gritos de los diputados demócratas que acudieron con caretas del presidente chino, Xi Jinping, y lograron manipular el proyector del hemiciclo para que en la pared frente a la que se encontraba Lam se leyese el lema de las manifestaciones: 'Cinco exigencias, ni una menos'.

Así que la dirigente tuvo que ser evacuada del Parlamento y se vio forzada a pronunciar el discurso en el que detalla sus planes para Hong Kong ante una cámara de vídeo. Es una de las muchas cosas que, en los últimos cuatro meses, están sucediendo en Hong Kong por primera vez. Pero en los 51 minutos de su alocución, y aunque reconoció que la ciudad se enfrenta a uno de los mayores retos de su historia, no respondió a las demandas políticas de quienes la ven como un peón de Pekín y exigen avances hacia el sufragio universal. «Continuaremos guiándonos por el modelo 'un país, dos sistemas' y protegeremos los derechos y libertades recogidos en la Ley Básica. Cualquier acto que promueva la independencia de Hong Kong y amenace la soberanía del país no será tolerado», sentenció.

Lo que Lam sí trata de hacer es solucionar los problemas socioeconómicos subyacentes con una amplia batería de 200 medidas que pretenden dar facilidades para el acceso a la vivienda -la más cara del mundo-, incrementar los subsidios a la natalidad -una de las más bajas del planeta-, o mejorar el acceso a la Sanidad. Su intención es lograr que «Hong Kong recupere la normalidad», pero los manifestantes dejaron claro que no contemplan un regreso a la situación anterior. «Lam da la espalda a las demandas políticas. Su discurso ignora por completo a la juventud, a la que no otorga ningún papel en la sociedad», criticó el activista Joshua Wong en Twitter.

Presión desde EE UU

Por si el terremoto doméstico no fuese suficiente, EE UU también lanzó un poco de gasolina al fuego. La Cámara de Representantes del Congreso aprobó el Acta de los Derechos Humanos y la Democracia en Hong Kong, a la que le falta el visto bueno del Senado para convertirse en ley. Si finalmente ve la luz verde, el estatus especial del que Hong Kong goza en sus relaciones comerciales con Washington podría verse afectado, y los dirigentes chinos acusados de arremeter contra las libertades en Hong Kong podrían ser sancionados de alguna forma.

Los manifestantes aplaudieron el resultado de la votación, a pesar de que puede dañar su economía, pero Pekín respondió con ira. Los dirigentes comunistas consideran el Acta una injerencia de Estados Unidos en sus asuntos internos, y creen que el objetivo es desestabilizar al gigante asiático. «Estados Unidos demuestra que es hipócrita y que tiene una doble vara de medir. Actúa con malicia y con la intención de socavar la prosperidad y la estabilidad de Hong Kong, así como de minar el desarrollo de China», apuntó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Geng Shuang.

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