La condena de ser mujer en Afganistán
Es un país demasiado acostumbrado a las promesas incumplidas, a la muerte y a luchar por su supervivencia. En ese escenario, las mujeres son las grandes olvidadas y discriminadas
Álvaro Ybarra Zavala
Sábado, 4 de septiembre 2021, 07:35
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Mendicidad en las calles
Una mujer con burka pide dinero a través de la ventanilla de un coche en Kabul. Cubiertas por sus burkas, esta sociedad que discrimina a las mujeres da pocas opciones a las viudas que no sea el mendigar.
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Larga espera para atención médica
Un grupo de mujeres y niños espera para ser atendido en el Instituto de Malaria y Leishmaniasis, que recibe decenas de nuevos pacientes al día. Estas enfermedades se propagan a través de los mosquitos, que se reproducen fácilmente en las casas en ruinas de Kabul.
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Al cuidado de sus hijos
Un mujer acude con su hijo al médico en el Instituto de Malaria y Leishmaniasis. Hay tantos casos de esta enfermedad que el medicamento que se utiliza como tratamiento eficaz, si se toma durante un mes y medio, con un coste de unos 150 dólares, se agota constantemente.
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Atención femenina
Una mujer atiende a una enferma de malaria, que acude al médico para que le traten las infecciones cutáneas en la cara. Esta enfermedad provoca además úlceras internas que inflaman el bazo y el hígado, y que pueden acabar siendo mortales.
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La tuberculosis, otro enemigo
Una mujer enferma de tuberculosis descansa en su cama en un centro especializado para enfermos de tuberculosis de Kabul. Las mujeres no pueden recibir la atención precisa para recuperarse de este tipo de dolencias.
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Sin poder de decisión
Una mujer observa desde la calle una reunión a la que solo permiten el acceso a hombres en el Instituto de Malaria y Leishmaniasis. La mujer tiene un papel totalmente secundario en Afganistán, donde los talibanes han tomado el control.
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Un país en ruinas
Una mujer con burka y una niña se sientan en medio de un camino embarrado frente a una hoguera. Más de 3,5 millones de refugiados afganos regresaron a Afganistán desde Irán y Pakistán tras la caída de los talibanes en 2001. Ahora tienen un país en ruinas, sin trabajo ni vivienda para ellos.