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Antidopaje caza a Salazar y el imperio Nike se tambalea
Dopaje

Antidopaje caza a Salazar y el imperio Nike se tambalea

El entrenador y el endocrino Jeffrey Brown, ambos a sueldo de la compañía de Oregón, son sancionados durante cuatro años por «administrar métodos prohibidos» y «manipular o intentar manipular controles»

Miguel Olmeda

Madrid

Martes, 1 de octubre 2019, 12:34

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La credibilidad del atletismo recibió en la madrugada del lunes al martes un gancho directo a la mandíbula. La Agencia Antidopaje Estadounidense (Usada) sancionó durante cuatro años (hasta el 30 de septiembre de 2023) a Alberto Salazar, entrenador del Nike Oregon Project y preparador de algunos de los mejores atletas del mundo en la última década, y al endocrino Jeffrey Brown, también a sueldo de la compañía norteamericana, por «orquestar y facilitar conductas dopantes prohibidas».

Alberto Salazar es el trofeo mayor en la caza antidopaje tras años de sospechas y filtraciones de la Usada que ahora encuentran respaldo. Las investigaciones sobre el entrenador nacido en Cuba comenzaron en 2009 y ya fue acusado por Antidopaje el 30 de junio de 2017, aunque el proceso se mantuvo en secreto durante las alegaciones de Salazar y Brown. Ambos recurrirán la sentencia, avalada por dos paneles independientes de tres miembros de la Asociación Americana de Arbitraje (AAA), y lo harán al amparo de Nike, que en un comunicado muestra «su apoyo» al técnico a la par que recalca que «no perdona el uso de sustancias bajo ninguna circunstancia».

La investigación de la Usada durante esos años presentó una serie de más de 2.000 pruebas, con testigos oculares, testimonios, correos electrónicos y registros médicos. Incluyendo a los acusados Salazar y Brown, la AAA escuchó en el proceso de deliberación a 30 testigos y leyó 5.780 páginas de transcripciones y documentos.

La suspensión de cuatro años por dopaje convulsiona Doha 2019

Entre los testigos de la Agencia Antidopaje se encuentran antiguos entrenadores, fisioterapeutas y atletas del Oregon Project como Dathan Ritzenhein (tres veces olímpico) y Kara Goucher (dos veces olímpica y medallista de plata en el Mundial de Osaka 2007). Como testigo presentado por Salazar destaca el doble medallista olímpico Galen Rupp, entrenado por el sancionado desde 2002.

El panel determinó que tanto el entrenador como el endocrino atentaron contra tres normas del código antidopaje. En el caso de Salazar, «la administración de un método prohibido (con respecto a una infusión que superaba el límite permitido), la manipulación y/o intento de manipulación del proceso de un control y el tráfico de testosterona a través de la participación en un programa de prueba de testosterona en violación a las normas».

Los motivos que sancionan a Brown son «la manipulación de registros de pacientes, la administración por encima del límite de infusiones de L-carnitina (utilizada para pérdida de peso) y la complicidad con Salazar en el tráfico de testosterona».

Campeones en Doha bajo sospecha

Aunque durante el proceso no se inculpó a ningún atleta en particular, la sanción de Salazar afecta directamente al grupo que dirige en Portland bajo el amparo de Nike, el Oregon Project, que el propio entrenador ayudó a fundar en 2001 «con el objetivo de ayudar a fondistas estadounidenses a competir a nivel internacional con un entrenamiento y recursos de élite». Sifan Hassan, reciente campeona mundial de 10.000 metros, es la gran estrella de un club en el que también brillan Galen Rupp, Yomif Kejelcha y Clayton Murphy, entre otros.

Conviene recordar, más allá de que todos defiendan los colores del Nike Oregon Project, que la investigación es anterior a la llegada de los últimos cracks (Kejelcha, Brazier, Klosterhalfen...) a Portland. Y conviene recordar, llegados al caso, que ni a Konstanze Klosterhalfen ni a Donavan Brazier ni a Craig Engels les entrena Salazar, sino Pete Julian. Todos ellos compiten actualmente en el Mundial de Doha.

De cualquier forma, la sanción pone en entredicho las salidas de Mo Farah y Matt Centrowitz, que abandonaron el grupo de Salazar a finales de 2017 y 2018, respectivamente, alegando el uno que deseaba pasar más tiempo junto a su familia en Reino Unido y el otro una motivación tras años con el mismo técnico. Da la casualidad que Farah continúa viviendo a caballo entre Londres, Estados Unidos y Etiopía en su preparación para el maratón y que 'Centro', el primer campeón olímpico estadounidense en casi un siglo (Río 2016), ni siquiera se ha mudado de Portland, pasando a trabajar con el Bowerman Track Club, el otro grupo patrocinado por Nike y que entrena Jerry Schumacher, con quien Salazar no tiene buena relación.

Duro comunicado de Salazar

Salazar emitió un comunicado en el que critica duramente la investigación. «Estoy en shock por lo que ha sucedido. En estos seis años mis atletas y yo hemos sufrido un tratamiento injusto, nada ético y muy dañino por parte de la Agencia Antidopaje Estadounidense». El entrenador acusa, además, al director de la Usada, Travis Tygart, que señaló que Salazar ponía por delante las victorias a la salud del atleta. «Es completamente falso y contrario a lo que dijo tribunal, que incluso resaltó el cuidado que tuve al cumplir el código mundial antidopaje».

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«El panel destaca que Salazar no parece estar motivado ni malintencionado en cometer las violaciones del código encontradas. De hecho, el panel se sorprende del cuidado tomado generalmente por Salazar para asegurar que cualquier nueva técnica, método o sustancia que fuera a probar fuera legal bajo el código mundial antidopaje, con los testigos de la Usada definiéndole como el entrenador al que habían más escuchado con respecto a asegurarse de que cumplía con sus obligaciones».

El técnico nacido en Cuba sostiene en su comunicado que siempre se ha asegurado de seguir el código de la Agencia Mundial Antidopaje, que el Oregon Project nunca ha permitido ni permitirá el dopaje y que recurrirá la sanción acarreada tras «un injusto y prolongado proceso» hasta alcanzar la conclusión que sabe es cierta.

Farah reafirma su respeto a las reglas tras la suspensión de Salazar

El cuatro veces campeón olímpico británico Mo Farah declaró este martes que no tiene «ninguna tolerancia con los que contravienen los reglamentos», tras el anuncio de la suspensión por cuatro años de su exentrenador estadounidense Alberto Salazar por «incitación» al dopaje.

Ambos trabajaron juntos de 2011 a 2017 en el Oregon Project, un grupo de entrenamiento de muy alto nivel en Estados Unidos, financiado por la marca deportiva Nike.

En esos años, el atleta de 36 años ganó sus cuatro oros olímpicos, dos en 5.000 y dos en 10.000 metros. «Estoy aliviado con que (la Agencia Antidopaje Estadounidense), después de cuatro años, haya acabado su investigación sobre Alberto Salazar. Ha habido un veredicto y estoy contento con que por fin haya una conclusión. Yo dejé el Nike Oregon Project en 2017, pero siempre he dicho que no tenía ninguna tolerancia con los que contravienen el reglamento o con los que cruzan la línea», insistió.

Salazar, nacido hace 61 años en La Habana, está acusado de tráfico de testosterona, inyecciones a atletas de ácido L-Carnitina (un complemento) por encima de las dosis autorizadas y de poner trabas a la Usada en su búsqueda de información.

Farah nunca formó parte de los atletas de los que se sospechaba que habían hecho trampas y parece haber conocido la suspensión de su exentrenador con su anuncio público. Aseguró también su marcha del proyecto de Oregon no tuvo que ver con las acusaciones contra Salazar. En 2017 se había filtrado un informe de la Usada a la prensa sobre los métodos del controvertido preparador.

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