La Cultural deberá estar pendiente del límite salarial: así se calcula
Esta regla pone tope al gasto destinado a plantilla de todos los clubes de Primera y Segunda División y puede dejar a jugadores sin ser inscritos en la competición pese a que esté debidamente contratados
El aficionado al fútbol ha escuchado, en los últimos años, hablar en infinidad de ocasiones del límite salarial. Más aún en los últimos meses, cuando algunos clubes han visto como no podían inscribir jugadores por este motivo, con el clímax del FC Barcelona, que recurrió al CSD para poder hacerlo con el futbolista Dani Olmo.
Todos estos asuntos, que parecían tan lejanos de la Cultural y Deportiva Leonesa, serán, desde ya, su nueva realidad. La Cultural deberá vigilar el límite salarial para cumplir con la normativa de LaLiga y confeccionará su plantilla teniendo en cuenta este aspecto.
Pero, ¿qué es el límite salarial? Explicado de forma muy sencilla, es la cantidad de dinero que cada equipo puede gastar en su plantilla. Es una de las medidas tomadas por LaLiga para el control económico de los clubes establecido en 2013 debido a los graves problemas económicos que sufrían muchas entidades por aquel entonces.
¿Cómo se calcula el límite salarial?
La Liga establece este tope salarial en función diferentes criterios y a través de la documentación que le hacen llegar los clubes, siendo siempre el Órgano de Validación quien toma la decisión final acerca de ello. Pero, ¿qué aspectos regulan este límite salarial?
En primer lugar, los ingresos del club, en este caso la Cultural. En este ámbito entran los derechos de televisión – que serán una de las principales fuentes de ingreso esta temporada -, la venta de entradas y abonos, patrocinios y todo tipo de ingresos económicos que pueda tener el club.
En segundo lugar, los gastos no deportivos. El alquiler de oficinas, el gasto en personal administrativo e, incluso, pagos pendientes de deuda, se contabilizan en este aspecto.
El límite salarial: a qué afecta
Una vez contabilizado uno y otro aspecto, el resultado saliente de la resta de los gastos no deportivos de los ingresos del club daría como resultado el límite salarial. Aquí debe incluirse el suelo fijo y variable, la seguridad social, las primas establecidas, los gastos de adquisición de jugadores, amortizaciones de futbolistas e, incluso, comisiones para agentes.
Cabe destacar que en este aspecto entra la plantilla inscribible (del dorsal 1 al 25), motivo por el que se pueden ver a jugadores con dorsales más altos jugando con un equipo en Segunda División pero cuyos salarios no son contabilizados en este límite salarial. Eso sí, hay una serie de normativas, como que no puede haber menos de 7 jugadores de la plantilla inscribible sobre el césped.
En esa plantilla inscribible recogida dentro del límite salarial, también entra el cuerpo técnico del primer equipo o jugadores no adscritos a ningún equipo del club pero del que deriven costes como pudieran ser indemnizaciones.
Si se supera ese límite salarial, LaLiga no permite inscribir a los jugadores en la plantilla, por lo que no pueden participar en la competición, a no ser que el club venda activos con la famosa regla del 1/4 que se hizo popular con el Barcelona: sólo se permite invertir una cuarta parte de los ingresos que se realizan mediante este método.
¿Se puede ampliar el límite salarial?
Pero ese límite salarial puede ser ampliado. Desde la temporada 2020/21, LaLiga abrió la mano a excepciones en esta línea. La primera es que si un club con este límite sobrepasado realiza un traspaso con una plusvalía, se añadirá el 25% de dicho 'extra' a la regla del 1/4. Otro supuesto se da cuando esa liberación de masa salarial se da con un jugador que representa más del 5% del coste de plantilla, momento en el que se aplicará la regla 1/2 en lugar de ese 1/4, es decir, el club puede gastar la mitad del coste liberado.
La venta de jugadores es la manera más habitual empleada para ampliar el límite salarial, pero también se puede dar por un aumento de los ingresos en el área de socios, contratos publicitarios, mayor reparto de los derechos televisivos, aportaciones de los propietarios o la venta de activos, como ha realizado el Barcelona con sus conocidas 'palancas', a través de las que han vendido, por ejemplo, los derechos de Barça Studios, una empresa dependiente del club que se encargaba de la oferta audiovisual en torno al equipo azulgrana.
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