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Durant, en un momento del partido.
Durant lleva a otra dimensión a los Warriors

Durant lleva a otra dimensión a los Warriors

Más coral, el anfitrión se apunta un triunfo cómodo ante unos Cavs penalizados por las pérdidas y la dependencia de James

JOSÉ MANUEL CORTIZAS

Viernes, 2 de junio 2017, 07:17

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Poca historia, entendida como emoción, en el arranque de las finales de la NBA. También comenzaron así en 2016, con ambos rivales viéndose entonces las caras por segunda vez consecutiva, y concluyeron con una remontada histórica que coronó a Cleveland en el Oracle Arena. Para intentar repetir esa historia le queda mucho camino a los de Tyronn Lue. Esta madrugada claudicaron con justicia ante unos Warriors más corales, con sus estrellas enchufadas y no por ello dando la espalda al juego combinativo. Los Cavs, por contra, se hundieron con una ráfaga de pérdidas que apuntaron a LeBron James y a la excesiva dependencia que la franquicia de Cleveland tiene en él y en los arrebatos individuales de Irving.

Hasta el descanso, en especial en el primer cuarto, el pulso tuvo mucho de correcalles. No parecían medirse sobre el parqué dos equipos que incluían sn sus rosters a cinco de los últimos siete ganadores del concurso de triples del All Star y que habían planeado sobre el resto en los play-off con una autoridad insultante: invictos los de la bahía de San Francisco y con una solitaria derrota los de Ohio. Muchos errores bajo el aro, en posiciones sencillas. 1 de 6 y 2 de 9 en los tres primeros minutos. La sangre hervía y las cabezas estaban lejos de controlar los corazones. Las estrellas también parecían aletargadas. LeBron tardaba seis minutos en hacer su primera canasta de campo y Curry un minuto más. Para entonces, Kevin Durant ya había presentado su credencial a MVP del encuentro. El alero de Maryland es el elemento discordante respecto a las dos finales anteriores y matará si es preciso por el anillo que le falta en su palmarés.

1-12 en pérdidas al descanso fue un dato esclarecedor. Acabaron los Warriors sólo con cuatro, la menor cosecha, compartida, en la historia de las finales. Esas recuperaciones permitieron a los de Mike Brown correr, divertirse y encender los ánimos en las gradas. En el minuto y medio final del primer cuarto llegó un tramo estelar, un mano a mano anotador entre Curry e Irving. Un triple sobre la bocina de Iguodala, que llevaba una racha de 3 de 27 en las eliminatorias previas, colocó el 35-30 en el luminoso.

La intimidación primero de Pachulia y después de McGee, sobresaliente el georgiano en los bloqueos, contrastaba con la decisión de Lue de colocar en pista un quinteto pequeño, con Love como sucedáneo de poste. Sin sentirse intimidado y con capacidad para producir en campo abierto, los californianos siguieron facturando al ritmo que marcaba Durant, que visitó el vestuario con 23 puntos embolsados. 60-52 al descanso con el acento visitante cada vez más marcado en la dependencia de James e Irving, destacados, pero solos ante el peligro y por lo tanto previsibles. LeBron sacó tajada en forma de citas con la línea de castigo, pero el arbitraje fue tornándose más permisivo con los contactos y acabó sobrepasado por la situación.

Todo lo que Cleveland preparó en el intermedio se quedó en el vestuario. Parcial de 13-0 encajado para colocar el luminoso en un 73-52 que le resultaría imposible de recalibrar. Curry había cogido, tarde, el fusil y se encontraba a sus anchas deteniéndose en plena contra para canjear sus triples a pares. El repaso era por momentos considerable y los Cavs a lo sumo lograban pequeños tirones que de inmediato eran contestados. 93-72 marcaba la contabilidad al final del tercer cuarto y la pinta no era de que la situación fuera a cambiar.

Los inquilinos del Oracle llevaban ya minutos con rotaciones generosas, con novatos y su segunda línea en pista. Paulatinamente hizo volver Brown a Durant y Curry para que, sobre todo el primero, engordara su cuenta que culminó con 38 puntos anotados, 8 rebotes y otras tantas asistencias. Con una de ellas provocó la llegada a la centena al recoger un rebote defensivo y enviar un pase de zona a zona que Green transformó machacando el aro. Había para todos. Cleveland mantuvo a su rey James (25+15) sobre el parqué más de lo necesario para una situación que a todas luces era insalvable.

1-0 para los Warriors que repetirán en su cancha a las 02.00 horas en la madrugada del domingo al lunes. En las gradas del Oracle se mantiene el lema del pasado año: La fuerza está en los números.

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