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Mike Kennedy, exlíder de Los Bravos. Jesús Andrade
El maestro cervecero deja la música

El maestro cervecero deja la música

Mike Kennedy, vocalista de Los Bravos y uno de los mayores exponentes del rock español, se retira

Carlos Roldán

Madrid

Jueves, 1 de enero 1970

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La estrella se ha extinguido. Un escueto mensaje publicado en la página de Pioneros Madrileños del Pop en Facebook a principios de verano anunciaba que Mike Kennedy les había comunicado su decisión de abandonar los escenarios. No fue una sorpresa. Su carrera de los últimos años era solo un recuerdo de una época en la que el cantante disfrutó de una de las mejores voces de Europa y condujo a los Bravos a un reconocimiento internacional.

El 20 de noviembre de 2016 no fue un domingo cualquiera. La activa organización Pioneros Madrileños del Pop decidió evocar los legendarios conciertos del Price. En el teatro Rialto de la Gran Vía madrileña convocó a grupos representativos de los sesenta. En séptimo lugar, después de Kurt Savoy y antes de los Pekenikes, apareció en el escenario la voz que había llevado sus canciones a los primeros puestos en las listas de todo el mundo. Con sus gafas de sol y una cazadora negra, Mike se acercó al micrófono esquivando sus problemas de movilidad. A su derecha estaba una vez más el bajista Miguel Vicens, único miembro fundador de Los Bravos. Detrás, Jesús Glück, teclista del grupo durante varios años, el guitarrista Tony Obrador y Félix Arribas, batería de los Pekenikes. En el recuerdo, el batería Pablo Sallenhí, en paradero desconocido, y los fallecidos Manuel Fernández y Tony Martínez. En el presente, dos canciones, 'La moto' y 'Black is black', que sonaron algo lastimosas. Aquella fue su última actuación.

Mike Kennedy, nacido Michael Volker Kogel (Berlín oriental, 1945), reside ahora en Vitoria junto a su pareja, profesora de Literatura, a quien conoció en la panadería de unos grandes almacenes cuando el cantante pretendía saltarse la cola. Tenía diez años cuando su madre, su abuela y un tío decidieron saltar el muro de Berlín. Trabajó en el laboratorio de una cervecería, lo que le valió el apelativo de maestro cervecero que le atribuye su compañero de fatigas Miguel Vicens en su libro 'Historias de los Bravos'.

Llega a España en 1965 y se instala en Mallorca. En Alemania se une a un grupo español en el que militan dos futuros Bravos y el gran guitarrista Tony Obrador. Deja a Michael and The Firebirds para enrolarse en Mike and The Runaways. Meses más tarde coinciden en la isla con los Sonor. Mike y Miguel Vicens deciden integrarse y se trasladan a Madrid. Más tarde, se incorpora el baterista y con la presencia de Manuel Fernández y Tony Martínez, ya ex Sonor, queda completada la formación de los Bravos.

Manolo Díaz les presenta a Alain Milhaud, un productor suizo fallecido recientemente, que queda impresionado por la voz de Mike. Una intensa campaña en el programa de la Ser 'El gran musical' de Tomás Martín Blanco les facilita el nombre de los Bravos, la grabación de un single y una presentación en el teatro de la Zarzuela.

Comienzan los contactos internacionales que llevan al grupo hasta el director de Radio Carolina, Phil Solomon, que les propone un repertorio bajo la dirección de Ivor Raymonde. Pero la sorpresa surge de inmediato. Los Bravos no pueden grabar sus discos. Solamente se admite la voz de Mike y los coros del resto del grupo. De esta forma en 'Black is black', el mayor éxito de nuestro rock a nivel internacional, no interviene un solo español en la interpretación ni en la composición ni en los arreglos ni en la producción. La razón hay que buscarla en la oposición de los sindicatos de los músicos británicos a la participación de intérpretes extranjeros en las grabaciones. Así las cosas, nos encontramos aquí a músicos de sesión como Jimmy Page y John Bonham, fundadores de Led Zeppelin, entre otros.

Guzmán Alonso Moreno, en su libro 'Los Bravos, recuerdos de una leyenda', cuenta que la única canción grabada en Londres por el grupo fue 'La moto', aprovechando un descanso en una de las sesiones. Otras versiones ponen en duda la oposición sindical y atribuyen este episodio a la desconfianza de la compañía discográfica y del productor Alain Milahud en los instrumentistas del grupo. Esta misma situación se repetirá más tarde en grupos como los Canarios o los Pop Tops, también producidos por Milhaud. Por el contrario, los Brincos no tuvieron nunca problemas para grabar en Londres.

El éxito es tan indiscutible como mal digerido. La súbita fama provoca unas reacciones contradictorias en la personalidad de Mike. Si bien en el escenario llega a registros inusuales en el rock, su personalidad se ve afectada por el éxito. Sus cambios de humor son frecuentes, y se acompañan de una cierta irritabilidad e inestabilidad emocional. El peso del grupo recae prácticamente en la fuerza de su voz.

«No fuimos conscientes de lo que teníamos», se lamentaba en 2015 en unas declaraciones al Diario Vasco. «Fama, dinero, amor, giras por Estados Unidos, Francia, Cuba, Reino Unido... Ganamos mucho dinero. Pero, como dicen los anglosajones, 'easy comes, easy goes'». Pero en febrero de 1967 una actuación del grupo en Estambul se convierte en un gran escándalo cuando Mike, nada más iniciar el concierto, cae fulminado, víctima de un cóctel de anfetaminas, alcohol y cannabis.

Ruedan dos películas, 'Los chicos con las chicas' y 'Dame un poco de amooor', y Mike entra en el estudio para grabar el tercer álbum con temas que ya se enfocan hacia una futura carrera en solitario. Pero el suicidio del teclista Manuel Fernández, líder natural del grupo, significa el comienzo del declive de los Bravos. El primer día de 1969 se certifica la ruptura. El grupo había tenido una vida de cuatro años. «Aquello era una lucha de egos. Había mosqueos porque en las películas yo salía en más planos. ¡Pero si yo era el cantante!». «Vivíamos como un mal matrimonio. Y acabamos como un mal matrimonio».

Declive

Entre 1969 y 1973 Mike Kogel se convierte en Mike Kennedy. Su portentosa voz sigue intacta, pero debuta con un disco desafortunado, 'La lluvia', del festival de San Remo, sin atisbo del rockero de raza. Su pop complaciente mantiene el prestigio gracias a su repertorio de los Bravos que sigue interpretando en directo. Una balada francesa, 'Que je t'aime', le lleva al primer plano de la actualidad. Cada vez más melódico y con menos rock and roll.

El cantante que pudo ser el Roy Orbison español trata de reinventarse. Publica varios discos. Entra y sale de los Bravos en ejercicios de nostalgia ante la insistencia del albacea del legado del grupo, Tony Martínez, pero la aceptación ha decrecido. En los 90, se sube al carro de la nostalgia junto a Karina, Jeanette, Micky y Tony Ronald para vender melancolía y recuerdos.

Los Bravos lograron lo que era impensable en aquella España de los sesenta, exportar el rock fuera de nuestras fronteras. Tuvieron años alocados, hicieron discos muy buenos, eran unos músicos excelentes y tenían en sus filas una voz incomparable. El grupo tuvo hasta seis cantantes después de su primer proyecto, pero la memoria histórica solo nos remite a uno, Mike Kennedy.

Black Is Black', otra forma de oro negro

'Black Is Black' fue un éxito inmediato en España, donde vendió dos millones de copias y fue número uno en Los 40 Principales durante seis semanas consecutivas. Sin embargo su lugar en la Historia se lo debe a ser el primer éxito comercial de un tema español a nivel internacional. En el Reino Unido llegó al segundo puesto en la lista de sencillos más vendidos en plena edad de oro de la beatlemanía, mientras que en EE UU alcanzó la cuarta plaza en el top 100 de Billboard.

Su popularidad propició una versión en francés, 'Noir c'est noir', interpretada por el incombustible Johnny Hallyday. Dicho tema fue número uno en Francia durante siete semanas. Mike se muestra incapaz de recordar con precisión cuántas grabaciones habrá hecho de 'Black is black', «pero pueden estar entre 40 o 50», asegura. Lo que tiene claro es que «si hubiera sido el compositor no estaría aquí. Estaría en Miami, ja, ja. Es incalculable los derechos de autor que ha proporcionado».

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